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Advertencia: Contenido sexual no consensuado u obligado. Proceder con cuidado 🫶

Narrador omnisciente

La noche avanza entre los besos de Eliana y Betsy, mientras se dirigen hacia la habitación que les espera en la casa de verano de los Robinsón. El aire está cargado de excitación mientras caminan juntas, disfrutando del frescor de la noche y la cercanía entre ellas.

Se roban tiernas caricias aprovechando la soledad del lugar y continúan hasta llegar al cuarto donde rematan en la cama. La ropa de baño que adornaban sus cuerpos comienza a estorbar, ansiosas por entregarse al deseo que las consume.

—Eres mi locura, Eli, la tentación que me arrastra a pecar —jadea Betsy, besando su cuello.

—Y tú, Betsy, enciendes cada parte de mí —responde Eli, sintiéndose viva como nunca antes.

—Entonces, quemémonos, cariño.

Se encuentran abrazadas en el centro de la cama, dejándose llevar por el impulso del deseo compartido. Eli se sitúa sobre Bee, acariciando suavemente su mejilla para profundizar el beso en el que sus labios se encuentran, mientras ella está a punto de desprenderse de la parte de arriba de su bikini, hasta que...

Se detienen en seco cuando abren la puerta que olvidaron asegurar.

—¿Mami? —escuchan sin mirarlo al pequeño Luca y Eli le comienza a soplar los ojos a Bee.

—¿Mejor? —le preguntan a Betsy y se aparta de ella disimulando la situación.

—Sí, la basurita salió de mi ojo, gracias —responde, carraspeando un poco para mantener la actuación —¿Qué pasó, amor? —le pregunta al niño, quien está parado en el umbral con su peluche entre los brazos, mientras su jefa se aparta a un lado en la cama.

Ambas luchan por contener las sonrisas que amenazan con escaparse, y el calor del momento les tiñe las mejillas de un rubor de vergüenza.

—No puedo dormir ... —se queja Luca, frotándose su ojito con el dorso de su pequeña mano.

—¿Quieres dormir con nosotras? —le propone la castaña, y el niño emocionado asiente con entusiasmo.

—¡Sí, hagamos una pijamada! —exclama Luca con alegría corriendo y luego se trepa a la cama.

—Vale, como es pijamada puedes ver tus videos en la tele mientras nos aseamos —le responde su madre.

—Está bien, yo iré primero al baño —dice Eliana mientras se levanta y saca sus cosas de su bolsa, que los empleados ya habían dejado con anticipación en el cuarto, antes de entrar al baño —Aprovecha para hablar con él —sugiere en un susurro Eli, acariciando el brazo de Bee. Antes de dirigirse al baño, Eliana se inclina y deja un beso en la frente del niño.

La rubia agradece la privacidad para hablar con su hijo.

—Cariño, antes de que te pongas a ver tus caricaturas, quiero preguntarte algunas cosas...

—Sí, mami, dime —responde el niño, aún abrazando su peluche con ternura mientras ella lo acomoda en su regazo.

—Este... —esta siendo mas difícil de lo creía porque teme la respuesta —¿Qué hacen con Thomas cuando se quedan solos en casa?

—Pues me ayuda con mis deberes —menciona el niño un poco confundido por las interrogantes —luego se pone a leer su biblia hasta que llega la hora de cocinar, mientras yo juego en mi Tablet.

Betsy suelta un suspiro, preparándose mentalmente para lo que sigue.

—Esto puede sonar extraño, pero necesito que confíes en mí, ¿de acuerdo? —se arma de valor para lo que sigue —¿Alguna vez Thomas te ha hecho jugar algo que te hiciera sentir incómodo o te lastimara?

Mi vida, mis coloresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora