36.

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Narración omnisciente

—¿Qué tal, Brandon? —saluda Betsy al día siguiente, con una sonrisa burlona —parece que tuviste una gran noche.

Brandon frunce el ceño, su rostro se tensa con frustración. —Vete al infierno, zorra —murmura entre dientes.

—Oh, ya estuve allí y sobreviví como para lidiar con pobres diablos como tú —responde Betsy con calma —así que no me busques, porque no vas a encontrar lo que buscas sino algo peor.

Entre gruñidos, Brandon se enfoca en la computadora en la que estaba trabajando, tratando de ignorarla por completo.

—Eh, ¿de qué me perdí? —pregunta Amy, acercándose a la conversación.

—Nada importante, cuñada —responde Betsy con una sonrisa forzada antes de instalarse en su puesto de trabajo —Brandon que aprenderá a mantener la boca cerrada y a respetar a sus compañeras de trabajo, ¿cierto?

Brandon asiente con una mueca de disgusto, pero decide no responder y vuelve su atención a la pantalla de la computadora, tratando de enfocarse en su trabajo y dejar pasar el incidente.

Por otro lado, con Eliana decidieron esperar a que Victoria estuviera en un estado de ánimo más estable para hablar con ella. Mientras tanto, seguirían trabajando juntas, tratando de mantener la normalidad en medio de la tensión que sentían.

—¡Walker! —llamó Victoria, su voz resonando en toda la oficina —¿Puedes explicarme por qué los informes de ventas están llenos de errores? Esto es inaceptable.

—Enseguida los corrijo, señorita —tartamudeó la pelirroja, quien se dispuso a monitorear su computadora mientras su amiga avanzaba hacia Victoria y la tomaba del brazo sorprendiéndola.

—¡Ya te dije que Amy no es quien tú crees y no voy a tolerar que la trates así! —murmuró, recuperando la compostura.

La otra rubia miró el agarre con gestos de superioridad, indicándole que la soltara.

—Disculpa, es que no tienes por qué portarte así con ella —Bee carraspeó y la soltó.

—¿Ahora vas a defender a zorras como esa? —refutó en susurros.

—No es ella —aseveró.

—No tengo pruebas, pero tengo la corazonada, créeme —insistió Victoria —solo tengo que confirmarlo para darle su merecido y echarla como la perra que es a la calle.

Betsy inhaló profundamente, conteniendo lo que tenía atorado en la garganta.

—Pues hasta que no lo confirmes, déjala en paz —pidió, con firmeza —créeme, no querrás tener problemas con mi hermano, que es su novio —le recordó, acomodando su cabello detrás de su hombro.

—Entonces, en lugar de estar discutiendo conmigo, deberías alertarlo —respondió Victoria, con un tono desafiante —con permiso.

Gibson se retiró a la sala de juntas.

—¿Todo bien? —le pregunta Amy a Bee cuando se acerca a su cubículo.

—Sí, perdóname —se disculpa Bee, apenada —Victoria cree que tú eres la amante de Eli y te quiere hacer la vida imposible.

—¿Qué? —chilla la pelirroja —¿se ha vuelto loca? ¿Por qué cree eso? Si sabe que Eli y yo somos como hermanas desde la preparatoria.

—Y créeme que las dos se lo hemos aclarado, pero hasta que no tenga mi nombre no se quedará tranquila...

—¿Y qué piensan hacer? —cuestiona Amy.

—Por mí ya se lo hubiera gritado en su estúpida cara, pero le estoy dando tiempo a Eli para que se organice con ella —responde Bee.

Mi vida, mis coloresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora