Mi vida, mis colores

28.

Eliana

Tras una larga jornada de trabajo en la oficina, recojo mis cosas mientras hablo con Victoria por teléfono.

—Si, ya estoy saliendo para allá —le respondo cuando me pregunta si voy al dichoso evento de SunStar —No creo que demore mucho, apenas termine el desfile me voy al departamento —le aseguro y ni siquiera ser porque siento que le estoy mintiendo.

—Vale, disfrútalo y hazme sentir orgullosa —me dice del otro lado de la línea —te amo.

Por más que me fuerzo, las palabras que espera escuchar de regreso no salen de mi boca.

—Descansa, Vic.

Le cuelgo sin más con la punzada del cargo de conciencia.

Suspiro y salgo de mi oficina en busca de la mujer que ha vuelto a causar revuelo en mi vida. Yo que tenía todo planeado, bueno, Victoria al parecer lo tenía para mí.

—¿Lista, Betsy? —le pregunto y se acomoda su blazer blanco que combina con su jean

—Si, pero primero hay sesión de lobas en el baño —me quedo con un signo de interrogación en la cara hasta que veo el rostro emocionado de Amy que me contagia.

—Claro, vamos —las incito y Brandon tuerce los labios recogiendo sus cosas

—Nos vemos mañanas, chismosas —el rubio se dispone a irse.

—Disculpa que no te invitemos, pero como lo escuchaste es reunión de lobas no de perros —se burla Bee sacudiendo su mano haciendo que le blanqueé los ojos.

Camino hacia el tocador y saco mis cosas de mi bolsa para retocarme el maquillaje.

—Bien, ¿en que quedaron con Santiago? —inquiere entusiasmada mi abejita —¿ya te puedo llamar cuñada?

Rodea a Amy con sus brazos y amor verlas así de felices.

—Habla, Amy —me desespero entre risas y suelta a Betsy.

—Aunque debería estar enojadas con ustedes, todo salió muy bien —nos asegura nuestra amiga rodeándonos con sus brazos —Digo, no hemos vuelto oficialmente, pero me animé a salir con él.

—¡Si, eso es Amy! —vitoreo —la verdad me pareció una tontería que te separaras de él por lo que te dijeron los Robinsón.

Me abre los ojos por la cara de desaprobación de Bee.

—Ay ya, Amy —alego —no fue justo como te trataron y merecen saberlo.

—Pero no entiendo, ¿que te dijeron para te apartaras de él...? —interroga Betsy e incito con la mirada a que se lo diga.

Amy lo duda en un pequeño, pero incómodo, silencio hasta que por fin decide abrir la boca.

—Para ellos no era suficiente por mi clase social y eso que traté de cambiar mi forma de vestir e integrarme a su círculo al que me exponían —empieza —pero no dejaban de compararme con las elegantes y empoderadas empresarias, herederas de grandes corporaciones como tú a las que yo ni en mis mejores sueños podría tener. Sabía que ellas tenían más clase, mas mundo y no entendia como un chico como Santi se había fijado en mí.

Señala con su mirada a Bee quién niega apenada.

—Aguanté porque... —Amy lanza un suspiro —lo amo, joder —admite —pero la gota que derramó el vaso fue que mientras prepararon un encuentro con una de esas mujeres, dizque por negocios, a mí me ofrecían dinero para que me alejara de él como si su amor tuviera un precio.