Krieger es el piloto más dominante de Fórmula 1.
Es conocido por ser despiadado y letal al conducir; razón por la que ha sido 5 veces campeón del mundo.
Pero su reinado se verá amenazado con la llegada de un misterioso piloto que al parecer, es el ú...
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Mis compañeros de equipo están haciendo lo posible para maximizar el funcionamiento del monoplaza y verifican si los los neumáticos están bien ajustados. Mientras ellos hacen su trabajo, yo intento mantener la calma y no dejarme llevar por la adrenalina. Esta carrera es importante, ya que debo obtener el primer lugar para que Andrew comience a creer en mí y no anule la oportunidad que me dio.
En la clasificación de ayer obtuve la segunda posición, lo que ocasionó disputas entre los aficionados respecto a quién de los dos ganará el premio de hoy.
—Revisión de radio —dice Harris.
—Te escucho —respondo.
La duda amenaza con invadir mi mente, pero hago lo posible por borrar cualquier rastro de inseguridad antes de que interfiera con mi carrera.
«Cabeza fría, Lilith. No lo olvides»
Ese fue el primer consejo que me dio mi padre antes de la primera carrera de Karting que tuve, y desde entonces, sus palabras me han ayudado a soportar la presión.
—Es hora; ve a la parrilla —indica Harris antes de suspirar. Estoy segura de que está mucho más nervioso que yo.
Me reúno detrás del auto de seguridad para dar la vuelta obligatoria y cuando llegamos a la a la línea de salida, respiro hondo antes de que nos den la señal.
Cinco segundos y las luces se apagan. Es hora.
Krieger tiene un buen inicio y va a la cabeza, pero estamos muy cerca uno del otro, lo que provoca más tensión entre nosotros por lo peligroso que podría ser tener un accidente en estas circunstancias. Cruzamos la primera vuelta y logro adelantar por unos minutos hasta que en la segunda vuelta, recupera su lugar y me deja atrás.
—Tienes un buen ritmo. Sigue así —dice Harris.
El juego de tira y afloja continúa: si adelanto, en la siguiente vuelta recupera su primer lugar y viceversa. Esto se repite como un bucle durante al menos la mitad de la carrera, y aunque Harris me ordena que presione más, nuestra cercanía me impide realizar movimientos bruscos, de modo que debo se escrupulosa en todo lo que hago, o podría ocasionar un accidente.
En este momento me encuentro persiguiendo a Krieger y con nulas posibilidades de adelantar. A simple vista parece que tenemos un ritmo similar, pero hay algo en él que lo pone en un nivel superior. Si quiero superarlo, tengo que ser capaz de arriesgarlo todo con tal de ganar.
En la siguiente vuelta podré hacer uso del DRS si me mantengo cerca. Cuando llega el momento, hago uso de este recurso y me abro para adelantar, pero Krieger cuida su espacio y me impide sobrepasar, lo que me provoca una rabia inconmensurable.
