Capítulo 8

258 36 4
                                    

El Gran Premio de Italia solía ser mi favorito cuando no tomaba en serio el dominio de Krieger

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

El Gran Premio de Italia solía ser mi favorito cuando no tomaba en serio el dominio de Krieger. Pero ahora me pone muy nerviosa ver carteles con su rostro en todos lados, fanáticos que gritan su nombre en cada esquina y establecimientos que hacen descuentos extremos a todos sus comensales sólo porque ahí se va a transmitir la carrera.

Cada año es lo mismo y no se puede hacer nada al respecto, porque el haber nacido aquí ya lo hace el favorito. Siempre es así: cuando un piloto compite en su lugar de origen, recibe toda la atención. Suena bien, pero así como hay cosas buenas, también hay cosas estresantes, pues deben hacer hasta lo imposible por ganar ya que tienen todas las expectativas sobre ellos.

Ahora entiendo por qué Krieger insistió en que nuestro trato se decidiera en esta carrera: quiere demostrar enfrente de sus fanáticos más fieles que no deben preocuparse por la competencia, porque él sigue siendo tan dominante como en sus inicios, lo que es, sin duda alguna, la mejor forma de decir: Aquí me forjé como piloto y aquí voy a destruir a mis rivales.

—Escuché que varios grupos de fanáticos apostaron grandes cantidades de dinero en apoyo a Krieger. Creen que ganará —dijo Harris de repente, mientras nos dirigimos al Paddock para encontrarnos con Xander.

—Eso está bien —respondí con simpleza.

—¿No te das cuenta? ¡Te están subestimando!

—Yo no soy nadie para impedirlo. Todo se decidirá en la carrera, no fuera de ella.

Harris suspiró.

—Bien. Cómo quieras.

Cuando llegamos al Paddock, Xander estaba hablando con una modelo de cabello rubio, piel de porcelana y ojos azules. La he visto en innumerables revistas de moda y todo lo que se pone siempre se agota en minutos.

Harris carraspea y ambos se giran hacia nosotros con grandes sonrisas.

—Al fin llegaron —dijo Xander con entusiasmo y atrajo a la modelo hacia su pecho—. Les presento a Jennifer. Es mi novia.

Abrí la boca con sorpresa.

—Entonces, ¿me estás engañando? —pregunté con diversión.

Jennifer se volvió hacia él con una mirada seria.

—¿Ya estabas saliendo con alguien? —cuestionó con un tono demandante—. ¿Crees que soy un chiste?

Xander me lanzó una mirada amenazante.

La cagué.

—No, cariño. Es una broma. No tenemos ese tipo de relación —dijo de inmediato.

—Perdón, creí que ya sabía lo del contrato... —respondí.

—¿Qué contrato? —inquirió Jennifer con seriedad.

—Te lo explicaré luego, querida. Por ahora, necesito darle mis mejores deseos a Lilith para que destroce a ese tipo en la carrera de hoy. ¿Estás lista? —inquirió.

EL GRAN CIRCO/FinalizadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora