Capítulo 30

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LILITH VETTMOND.

Cuando llegamos al siguiente país en el que se llevaría a cabo el Gran premio, las cosas dentro del equipo cambiaron considerablemente: llegaron nuevos mecánicos e ingenieros que estarían a cargo de Johan. Al parecer había cambiado a todo el personal para poder regresar al podio. 

Todo estaba cambiando muy rápido en el interior de la escudería y cuando Augusto se dio cuenta, enfrentó de inmediato a Johan. Él era el dueño y le molestaba que su nieto estuviera cambiando las reglas de su equipo al incluir a desconocidos.

—Quiero que todas estas personas se vayan ahora mismo —ordenó—. Ya tenemos una estrategia. ¡No lo eches a perder! 

Y por primera vez, vi seguridad en la mirada de Johan estando enfrente de su abuelo. Por lo general siempre había miedo o decepción, pero ahora parecía que realmente lo estaba retando. 

—No —respondió con seguridad—. Estoy cambiando mi personal porque ustedes no le dieron  la importancia necesaria a mis quejas sobre el auto. No puedo seguir conduciendo así.

—¿Quién carajos te crees? ¡Yo soy el dueño de todo esto! ¿Tú quién eres para cambiar las cosas? 

Johan lo empujó ligeramente. La diferencia de altura era abismal y a simple vista parecía que quería golpearlo. 

—Soy el dueño de la mitad de la escudería, ¿recuerdas? Mi padre me dio ese privilegio que te has esforzado en esconder todo este tiempo. ¿Crees que mi madre nunca me lo dijo? Simplemente no quería tener problemas contigo, pero ahora que la vida de Lilith está en peligro nuevamente, no tengo más remedio que resolver las fallas de mi auto con personas realmente competentes. 

—Johan, lo arreglaré yo —intervino Ginger con preocupación—. No tienes que cambiar a todo tu equipo con quienes ya habíamos desarrollado una excelente estrategia. Las cosas saldrán mal si cambias de repente. 

—¡Cállate! —ordenó—. Estoy harto de que todos me digan lo que debo hacer. Lo único que me importa ahora es cuidar de mi mujer. 

—¿Estás haciendo todo esto para que ella gane? —replicó Augusto—. ¿Realmente vas a darle el primer lugar tan fácil? Eso no fue lo que te enseñé. ¡Necesitan competir! ¡No quiero un imbécil que le regala todo a alguien solo porque se ha involucrado sentimentalmente!

—Te equivocas; estoy poniendo en práctica todo lo que me enseñaste —respondió con seguridad—. Una de esas cosas fue reconocer y aceptar el talento de los demás. No le estoy regalando nada a Lilith, ella sola está pavimentando su camino. Ella sola está obteniendo todos esos premios. Sin embargo, en la estrategia nos pides el primer y segundo lugar para ganar el campeonato de constructores. La única forma es que unamos fuerzas para que Mercedes no se lleve esos premios. No servirá de nada pelear entre nosotros cuando hay otros dos pilotos que nos están aplastando. 

Ginger se puso una mano en la barbilla para pensar detenidamente en lo que había dicho Johan. 

—Tiene razón —respondió con decisión—. Johan y Lilith son rivales, pero justo ahora deben ser un equipo y unir sus fuerzas para aabcabar con Mercedes. Si luchan entre ambos, solo tendremos pérdidas. Estamos luchando por un campeonato mundial y necesitamos que Krieger bloquee a Mercedes para evitar más accidentes como el que tuvo recientemente Lilith. 

—¿Y qué hay de los millones que gastamos en la estrategia de marketing? —replicó Augusto—. Todos hablan de los Amantes Rivales. 

—Pues será mejor que empiecen a hablar de nuestro compañerismo, porque no quiero que compitan entre ellos cuando hay mucho en juego.

EL GRAN CIRCO/FinalizadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora