Capítulo 18

249 30 10
                                    


LILITH VETTMOND. 




3 MESES DESPUÉS.

He pasado 3 meses en un hospedaje barato de Italia, y en todo este tiempo que he estado sola, no he parado de llorar y beber como nunca. Después de que mi identidad se revelara de una forma desagradable, las noticias se llenaron de fotografías mías con el título: EL ESCÁNDALO MÁS OSCURO DE FORMULA 1. Muchos especularon sobre mi procedencia y llegaron a la “conclusión” de que era la hija perdida de Andrew, otros dijeron que extorsionaba a la escudería solo para obtener un lugar, y no faltó el que aseguraba que yo era espía del gobierno y que estaba ahí para joder a los empresarios importantes. 

Además, mi escudería estab siendo investigada porque Andrew desapareció repentinamente, y debido a eso, enfrenta cargos legales por engaño y “robo de identidad” o una mierda parecida. La verdad es que nunca intenté saber de qué se trataba exactamente porque quería mantenerme estable. 

A pesar de lo catastrófico que se escucha en las noticias, las redes sociales están llenas de comentarios positivos  y otros negativos, pero casi todos afirman que esta fue la mejor temporada que vieron, y como nadie salió a declarar sobre mi situación, asumieron que fui obligada a hacer algo tan retorcido como ocultar mi identidad. En parte era cierto.

Desde que todos empezaron a hablar de mi, evité salir del hospedaje a menos que fuera realmente necesario, y compraba comida para una semana en el minisuper que estaba enfrente. Pensar en Juliette y lamentar todo lo que sucedió con ella consumía mis energías y me deprimía tanto que al final no me quedaban fuerzas para intentar salir de la cama. Todo lo que había hecho hasta ahora fue para mantenerla a salvo, pero que todo haya sido en vano me golpeó muy fuerte y no me siento capaz de recuperarme. 

Así que paso mis días viendo series de televisión para niños (porque actualmente odio las noticias) o intento despejar mi mente con lecturas de fantasía épica para no volverme loca.  A veces y solo a veces, veo las carreras de mi primera temporada en fórmula 1. Aunque en la cámara no sale mi rostro y solo un casco insípido, recuerdo perfectamente cual era mi expresión en ese momento: miedo. Era un mundo lleno de pilotos experimentados y agresivos que hacen del circuito una jungla llena de depredadores. Yo iniciaba y era normal que me sintiera intimidada. 

Un día antes de mi primera carrera lloré mucho porque quería dar buenos resultados y tenía miedo de fallar. Había cumplido dieciocho años y en ese entonces le tenía mucho miedo a Andrew. Tanto que a veces tenía pesadillas en las que me alejaba de Juliette para siempre o en las que saboteaba mi auto para que muriera y dejara sola a mi hermana justo como mi padre. Tenía miedo de morir en alguna carrera y al final no pasó. En su lugar, fue Juliette quién me dejó.

Me levanto de la cama con dificultad y me acerco a la nevera: se acabó el helado y ya no hay chocolates. Es curioso que empiece a comer todo lo que solían prohibirme cuando aún estaba trabajando en F1, pero eso ya no importa. De todos modos no voy a volver, así que no tendré que preocuparme nunca más por mi condición física. 

Se supone que debería estar feliz de finalmente ser “libre”, pero… en realidad me siento miserable. Sin Juliette, nada de lo que haga tiene sentido, y… mierda, se supone que no debería extrañar ese mundo lleno de imbéciles,  pero… lo hago. Realmente extraño conducir. 

Me acerco al armario y me pongo una hoodie que no se ha lavado en una semana, ya que incluso me da miedo salir a la lavandería y pagarle a la dueña para que me entregue ropa limpia. Es un problema porque temo que me reconozcan e intenten hacerme preguntas, y eventualmente, el hombre del que Xander me habló me encuentre.

EL GRAN CIRCO/FinalizadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora