Capítulo 22

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LILITH VETTMOND



Durante las siguientes carreras, obtuve todas las pole position y gracias a eso aumenté puntos para el campeonato de pilotos y el de constructores. Estaba decidida a no cometer errores que pudieran perjudicar en gran medida a mi escudería y tampoco le daría la ventaja a nadie. Ni siquiera Krieger, a pesar de lo que había pasado entre nosotros hace unos días. Era justo separar el trabajo de lo personal y creo que podíamos lograrlo. 

Tenía un objetivo claro: darlo todo en la carrera como alguien que no tiene nada que perder y Augusto estaba complacido con mi nueva visión de la carrera, sin embargo, no dejaban de recordarme una y otra vez qué debo bajar la velocidad en ciertos sectores para evitar un choque. Hago lo necesario para no tener un accidente, pero ellos deben entender que mientras tenga a Krieger detrás de mí, no puedo frenar, pues está el riesgo de que me adelante.

Todo el equipo es consciente de que la rivalidad entre compañeros es una situación complicada, así que nuestros mecánicos hacen hasta lo imposible para maximizar el funcionamiento del monoplaza en cada carrera y evitar que alguno de los dos tenga un percance que ponga a la escudería en una posición vulnerable. 

Al menos la rivalidad que tenemos Krieger y yo se queda en la pista, pero la que tiene con Jackson comienza a ser aún más intensa. 

Odia verlo cerca de mí y siempre que puede se interpone. A veces lo regaño porque incluso si no le cae bien, Jackson es parte de mi trabajo y necesito comprender sus ideas respecto a la carrera para no tener algún accidente. Si tenemos victorias es gracias al trabajo en equipo y es por eso que es muy importante la socialización. 

Por suerte hoy no está siendo entrometido dentro mi garaje y puedo hablar tranquilamente con Jackson sobre los neumáticos que usaremos para el Gran premio de China.

—Usarás neumáticos soft porque necesitamos un buen inicio. No podemos permitir que Krieger te adelante en la primera vuelta —explicó Jackson con seriedad.

—Bien. ¿La temperatura de hoy ayudará? Recuerda que si no contemplamos eso podrían sobrecalentarse. 

—La temperatura es adecuada. Lo acabo de revisar, y… —Jackson miró por encima de mi hombro y tragó saliva—. Creí que Krieger estaba descansando. 

Levanté ambas cejas.

—¿Por qué lo mencionas ahora?

—Es que… me está viendo como si quisiera matarme y es aterrador. —Señaló discretamente algo detrás de mí.

Al darme la vuelta, suspiré cuando lo vi cerca del monitor que revela la posición de mi auto. Sin darle oportunidad de huir, me acerqué lo más rápido que pude. 

—Oye, no quiero que intimides a mi equipo —dije con seriedad. 

Krieger se volvió hacia mí y frunció el ceño.

—¿Crees que tengo tanto tiempo libre como para desperdiciarlo en eso?

—Pues… —Lo miré de arriba abajo—, parece que sí porque incluso si te escondes, es imposible que pases desapercibido. Vienes a mi garaje al menos cinco veces al día.

Krieger desvió la mirada hacia otro lado, indignado. 

—Solo vine porque necesito la ayuda de tus mecánicos para… cambiar algo en mi auto. 

—Pues hazlo y deja de asustarlos.

Krieger tira de mi brazo con suavidad y me acerca a su pecho. Compartimos una mirada y es entonces cuando empieza a tocar mi cabello con delicadeza. Luego observa algo por encima de mi hombro y esboza una sonrisa burlona. 

EL GRAN CIRCO/FinalizadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora