Krieger es el piloto más dominante de Fórmula 1.
Es conocido por ser despiadado y letal al conducir; razón por la que ha sido 5 veces campeón del mundo.
Pero su reinado se verá amenazado con la llegada de un misterioso piloto que al parecer, es el ú...
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Los recuerdos de la noche anterior me atormentan cuando despierto en mi habitación de hotel. Mi plan no salió como pensé y terminamos en una situación bastante incómoda. Ni siquiera sé por qué le sugerí algo tan incómodo y mucho menos puedo explicar por qué diablos aceptó.
Solté un suspiro.
Me cuesta creer que tuvo el valor de besarme. Para ser sincera, esperaba que Krieger me dijera que el beso fue terrible o algo que demostrara el profundo odio que me tiene, pero... no lo hizo, lo cual me sorprendió. Incluso me trajo a mi habitación. Tampoco hablamos mucho en el transcurso del camino porque me quedé dormida, así que no pude preguntar por qué se comportó de esa forma.
Bueno, al final ese beso no significó nada. Culparemos al alcohol y continuaremos compitiendo como hasta ahora. Las cosas no deberían cambiar por eso. Todo lo que sucedió anoche será irrelevante cuando inicie la siguiente carrera.
Para quitarme de la cabeza el rostro de Krieger, enciendo mi teléfono para divertirme con alguna película, pero antes de que pueda hacerlo, me llama la atención la increíble cantidad de llamadas que tengo de Harris. Cuarenta, para ser exacta, así que antes de recibir una más, le devuelvo la llamada. Él suele ser muy intenso cuando se trata del trabajo.
No dejó pasar ni el primer tono, cuando respondió.
—¿Qué pasa, Harris? —dije con una sonrisa, que se desvaneció al instante cuando respondió.
—¿En dónde carajos están? —preguntó con firmeza.
—Yo estoy en el hotel.
—¿Estás con Xander?
—No lo he visto desde ayer. ¿Por qué?
—Su vuelo estaba programado para hoy, ¡tonta!
Silencio.
De pronto recuerdo todo y me maldigo a mi misma por haber sido tan estúpida.
Me levanto de la cama y empiezo a meter mis cosas en la maleta con una rapidez única.
—Tu silencio me dice que lo acabas de recordar —resopló.
—No, lo recordaba...
—Pues yo no te veo en el aeropuerto, querida.
Me mordí el labio inferior.
—Es que la alarma no sonó.
—O estuvo tan buena la fiesta que preferiste quedarte antes que ocuparte de tus responsabilidades.
—Y estoy en camino, Harris.
—Esto es lo que harás: buscarás a Xander y vendrán al aeropuerto por su cuenta, ¿entendido?
—¡¿Buscar a Xander?! ¡Eso me tomará horas! ¡No sé en donde está!
—¡Busca en el maldito club en el que estaban la noche anterior! Dudo mucho que se haya ido a otro lado.
