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MAXIM
Estaba concentrado hablando con mi prima Isabel que había venido por cuestiones de trabajo.
En sí, ella es mi prima, pero la agarro como una hermana para mí desde que mis padres murieron de la nada, ella y mi tío que es mi jefe han sido mi apoyo y aunque yo no muestre lo verdaderamente agradecido que estoy, de verdad le agradezco por todo.
Estábamos mi prima y yo reviviendo los viejos tiempos después de una larga charla de mercancía. Ella se había montado en mi espalda para luego darle vueltas por toda la gran sala de junta.
El lugar solo estaba lleno de nuestras risas, nuestros malos chistes y nuestros momentos humildes que pasamos de pequeños y ahora nos dan una gran vergüenza.
Todo estaba normal hasta que me entra una llamada de André y yo le contesto preguntándole de una vez si estaba con Valentina y Antonett y que estaban haciendo, pero cuando él se quedó callado empecé a presentir que algo andaba mal.
—Se llevaron a Antonett.
Desde ese momento sentí algo tan nuevo en mí, una sensación inesperada de salvar a alguien y tirarle un disparo a todo el que se me atraviese en mi camino.
Le colgué a Andyre dejándole claro que llegó en menos veinte minutos y le pedí ayuda a Isabel para este problema, ella por su parte no dudó en aceptar. Ya tenía en la mente quien era capaz de hacer semejante estupidez como está y créanme que va a terminar con más de una apuñalada en el pecho.
Echó un manojo incontrolable de furia me pongo en marcha al departamento con Isabel siguiéndome cada uno en su respectiva moto.
Cada vez iba acelerando más y mis reflejos se volvían más impresionantes para no terminar chocando por tanto enojo.
Llegué al departamento y no quise esperar al ascensor, subí las nueve escaleras que dan a mi piso y al llegar estaba en perfectas condiciones solo tenía la respiración agitada, pero ahora lo único que importa es Antonett. Al plantearme al frente de la puerta, observé que más bien no había puerta, estaba en el piso en medio de la destrozada sala.
Isabel por su parte llegó en el ascensor y observó la desastrosa sala.
Yo entré desesperado y fui directamente a mi habitación donde me di justo al clavo. Estaba Andre intentando calmar a Valentina que se le veía como si estuviera intentando contenerse de tirar balas a lo loco.
«No es la única»
Ellos me ven y André se acerca para darme el collar que yo le había regalado a mi osita.
—Estaba tirado.
Isabel con un poco de duda, me pregunta con la mirada el que está pasando a lo que yo le respondo brevemente.
—Se llevaron al amor de mi vida —aprieto el collar.
La castaña me da una hoja llena de rabia, yo al leerla comprendí también tanta rabia. La hoja decía que habían secuestrado a Antonett y que si no encontraban en menos de veinticuatro horas la iban a matar.