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ANTONETT
Después de llevar a Maxim a la habitación y terminar de consolarlo ahí, se quedó dormido entre su llanto y yo aproveché para agarrar un poco de aire fresco.
No tenía mucho sueño así que decidí que mejor era estirar los pies y tal vez el frio de la noche me haga dormirme rápido.
Mientras bajaba las escaleras Easton iba subiendo sin darme ni una sola mirada y yo con mis expresiones neutras lo tomé del antebrazo para que me encarara.
Estaba enojada.
—Lo voy a repetir otra vez... ¿Qué le hiciste?
Por parte del azabache, se dignó a mirarme y empezó a bajar las escaleras.
No tenías que ser lo suficientemente inteligente para deducir que quiere que lo sigas y eso hice.
Entramos a su despacho que ahora estaba todo acomodado en comparación a como Maxim lo dejó.
Easton cierra la puerta detrás de mí y le pasa seguro.
—Mira Antonett, sé que lo que quieres es proteger a Maxim, pero esta es una batalla en donde él la tiene que enfrentar solo.
—¿Una batalla contra quién? —enarco una ceja —¿Quién mató a sus padres?
—Esa es una información que yo no te puedo dar —se sienta en su silla giratoria —pero solo te puedo decir que vigiles con quien se junta. Nunca se sabe quién te puede apuñalar la espalda.
Dicho eso procedió a levantarse para irse mientras que yo estaba plantada en mi sitio mirando a un punto fijo y mi mente repetía una tras otra sus palabras.
"Nunca se sabe quién te puede apuñalar la espalda"
Nunca se sabe con quién estás hablando.
O... viviendo.
—Y otra cosa —se detuvo antes de salir —cuide sus pasos princesa Antonett.
Y se fue.
Pero no le di muchas vueltas a ese asunto sino como me llamó.
"Princesa Antonett"
Lo sabe.
Él lo sabe.
Y como si mi mente hiciera un corto circuito, empezó a abundar la información corrupta dentro de ella.
"Te estoy vigilando"
¿Easton es al que le debería temer? ¿el que me llevó a la cárcel? ¿y si es él?
Y si es él, estoy en su casa, en la boca del lobo.
Necesitamos irnos.
Pero hay algo que me detiene, si es, pero ¿por qué nos ayudó? ¿será un truco?
