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ANTONETT
Terminada la semana en la que le dije a mi abuela que estaría aquí, necesitaba volver, pero se me había pasado por alto decirle a Maxim que ella lo quería conocer.
Solo estaba él en el despacho por lo que aproveché este momento antes de que se inunde de más trabajo.
—Maxim
—¿Umm?
En ningún momento aparta su vista de la computadora que tiene al frente, si sigue así va a quedar ciego.
Me posiciono detrás de el para ver lo que está haciendo y veo un mapa, creo que quiere transportar algo, pero no encuentra la ruta o es que la falta de sueño le afecta porque yo ya vi una.
—Si comienzas de aquí, das una vuelta en U por aquí y continuas a la derecha, llegaras a lo que creo yo que sería el destino —le señalo por encima de la computadora.
Maxim voltea a mirarme y me roba un beso, creo que ha estado un par de horas resolviendo ese simple enigma, de verdad la falta de sueño le está afecta bastante.
—Antonett...
—Sé que me vas a decir que no me involucre, pero como no lo voy hacer, mira en las condiciones que estas Maxim, me preocupas.
—Sí, pero ese no es para...
—No me pienso meter en tu mundo, pero si tu no pones de tu parte, lo haré —le agarro de la mandíbula y lo obligo a que me vea —solo mírate, no duermes y la mayor parte del tiempo estas aquí encerrado, quiérete un poquito vale.
Él solo escucha, no es capaz de seguir esta discusión porque no quiere pelear conmigo, pero es que a veces se las busca.
Como veo que no dice nada lo suelto y empiezo a caminar a la salida.
—Yo no quiero pertenecer a este mundo, pero si sigues así, haciendo todo tú solo, no me dejaras otra opción.
Doy por terminada la discusión yéndome y dejándolo con la palabra en la boca.
¿Me enojé? Si y mucho, no puede ser que a estas alturas sigue haciendo todo solo ¿para qué tiene a Valentina y a André? ¿de adorno?
Subí enojada a mi habitación, lo habitual es que este en la de Maxim, ya que, siempre me la paso ahí, prácticamente todos los días duermo en su habitación así este yo solita.
Pero hoy solo quiero estar sola en mi habitación, ya luego le diré a mi abuela que no pudo ir por x excusa.
Estaba tan sumergida en mis pensamientos que no noté cuando una figura masculina había entrado a la habitación hasta que lo siento rodearme con su brazo lleno de tatuajes.
Al ver sus tatuajes me entró curiosidad el significado que tienen para él y ya se lo iba a preguntar, pero recuerdo que estaba enojada.