¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
ANTONETT
Agarramos estos dos días libres para explorar esta hermosa ciudad como lo es Paris, era el lugar donde se llevaría a cabo todo este "hermoso" evento.
Recorrimos algunas tiendas de alta marca a petición de la castaña donde parecía que solo quería gastar dinero ajeno porque ni miró la ropa cuando ya la tenía en las manos dispuesta a comprarla.
En este caso, Maxim accedió a darme otra vez la tarjeta y sin embargo yo siempre tenía miedo de dejarlo en quiebra cosa que por parte de Valentina no le molesta ni un poco. Si no fuera porque yo iba a donde ella iba, hasta el baño, ella se hubiera comprado un segundo auto porque ganas no le faltaban.
Terminamos el primer día con un montón de bolsas a la mano, los chicos también compraron algunas cosas y con algunas cosas solo fue un par de zapatos y unas tres a cuatro camisas.
Ellos a comparación con nosotras era un poco más responsables en este ámbito, mientras ellos cargaban unas cuantas bolsitas, nosotras tuvimos que contratar un par de guardaespaldas para que nos ayudaran con el huracán de bolsas.
Cada vez que ellos nos miraban con una ceja enarcada la castaña decía —¿Qué? Lo necesito.
El segundo día si fue un poco menos abrumador. La pasábamos viendo cada rincón de esta bella ciudad y tomándonos fotos cada que podíamos.
Bueno... Valentina también exageró en este caso porque ya la veías hasta tomándole fotos a un gato cualquiera.
—Que no se note que nunca habías salido del país mujer —espetó André.
Y claro, después de eso el día no podía finalizar sin una típica pelea de esa pareja. Tuvimos que intervenir Maxim y yo porque ya se estaban agarrando de los pelos en plena vía pública.
Pero fuera de todo eso. La pasé de maravilla con ellos.
Pero aun así esto es muy hermoso para ser una realidad.
Siento que en cualquier momento despertaré del sueño en la parte más bonita de la historia.
Siempre pasa así.
Al culminar el día donde el pelinegro y yo ya estábamos listos para dormir, me le lanzo encima al chico mientras este solo miraba su celular, pero lo dejó a un lado con mi avalancha.
—No creas que yo voy a dormir sola en esa cama.
—Ya estabas tardando.
Los dos estábamos dispuestos a dormir y así lo hicimos. No fue hasta la medianoche donde escuché un ruido un poco raro, volteo a ver a mi derecha para ver sino fui la única que lo escuchó, pero se me había olvidado que mi novio tiene el sueño más pesado del mundo.
Yo creo que aquí pasa un tiroteo y él duerme tranquilo como un bebé.
Me levanto con cuidado de la cama y agarro mi Glock ocultándola entre mis senos para salir con sumo silencio, estaba caminando normal por los pasillos poco iluminados porque se le había bajado la intensidad de la luz. Hasta que siento como me agarran del brazo y me arrastran a un armario de limpieza.