LXVIII

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Por más que Duxo había incentivado al guatemalteco para hablar, el chico parecía tan reacio al tema cómo antes.


Duxo creía que, de alguna forma, Natalan estaba esperando a que el tema fuera olvidado para no hablar de nada, y volver a como era todo antes.

Aunque sabía que eso no pasaría.

Por su lado, Soarinng parecía más decepcionado por cada vez que Natalan intentaba hablarle como si nada hubiera ocurrido, hasta terminar con la cabeza gacha, la vista en su regazo y respondiendo con gestos al pelinegro.


Con la actitud del chico en la silla, Natalan se había rendido, y ya ni se molestaba en mirar a Duxo cada vez que le insistía en que vaya a hablar con él.

Viendo que aquellos dos no funcionaban, el castaño sin voz y el azabache decidieron moverse por ellos.


El ojos avellana había conseguido permiso para ir a la piscina, especialmente porque iría con Soarinng, ya que era especial para personas como él, aunque tenía una parte más baja, era casi toda profunda.

Al principio el castaño se había negado, pero Aquino no iba a desistir, así que ambos terminaron yendo con Emi para que los ayudara a meter a Soarinng al agua, ya que ninguno sabía manejar el arnés o la especie de grúa manual que tenían para levantarlo.

No habían empacado ningún traje de baño, pero tenían ropa interior de sobra, y Emi prometió guardar el secreto.

─ Les recomiendo que entren con la ropa, se la quiten antes de entrar al agua y la dejen a un lado, así nadie los verá andando en ropa interior por los pasillos ─ habló la mayor, mientras abría las puertas para entrar al lugar. ─ Por ese lado están los cambiadores, junto con el baño, por si quieren ducharse después ─ señaló una puerta al fondo, antes de abrir la puerta que accedía a la piscina. ─ Les traeré toallas ─ anunció dándole paso a los dos.

Soarinng pidió ayuda para pasar sobre el borde de la puerta, ambos se quedaron viendo el lugar sin hacer nada más, hasta que la colombiana regresó, con un par de toallas en las manos, cerrando la puerta detrás de sí.


─ ¿Quieren meterse con ropa? ─ preguntó, al ver a ambos vestidos ─ Ya, no tengan vergüenza ─ añadió, al ver que ambos tenían las mejillas rojizas. ─ Siempre he sido voluntaria aquí, no se preocupen

Lentamente, Aquino se quitó su ropa para quedar solo en ropa interior, luego miró hacia Soarinng, quien sólo se había quitado la sudadera que tenia puesta, mientras se desataba los cordones, y por un momento se sintió mal amigo por no ayudarlo.

Se acercó a él, señalando sus pantalones. Soarinng rio un poco.

─ Tranquilo, te ayudaré ─ interrumpió la mayor, y el menor se sintió más aliviado.


Emily, como realmente se llamaba, le quitó los zapatos y las medias, y el castaño levantó los brazos para dejar que bajara sus pantalones.

Aquino no pudo evitar sentirse un poco mal, pensando que su amigo debía hacer eso todos los días.


También pensaba que su amigo debía estar tan acostumbrado a eso que no podía imaginar hacer las cosas de otra manera.

Ya en ropa interior también, Emi paso el arnés, asegurándolo, antes de acercar un poco más la silla hacia la piscina, para luego ir hacia la grúa, llevándolo cerca de él, enganchó el arnés, levantando a Soarinng sin mucho esfuerzo y dejándolo en el agua.

Soarinng se quitó el arnés por sí mismo, flotando en la parte más baja de la piscina y lo dejó a un lado para cuando lo necesite de nuevo.

Aquino miró todo con ojos atentos, bastante fascinado.

Emi rio por la expresión del oji-miel.

─ Cuando quieras salir, dile a Aquino que me busque, o a algún otro de los organizadores ─ hablo Emi, antes de cerrar la puerta para salir.


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Love me, Mute □ DuxinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora