XIX

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Natalan y Soarinng se quedaron en la entrada de la casa de los Aquino hasta que el auto arrancó, agitando los brazos para despedirse de sus amigos hasta que dejaron de verlos

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Natalan y Soarinng se quedaron en la entrada de la casa de los Aquino hasta que el auto arrancó, agitando los brazos para despedirse de sus amigos hasta que dejaron de verlos.

Con ambos sentados en los extremos de los asientos traseros, Duxo no tardó en hacerle señas a Aquino para que se sentara a su lado, y el chico no dudó en desabrochar su cinturón, pasando al asiento del medio para abrocharse junto a Duxo.

─ Te traje tus caramelos ─ dijo Duxo sacando una bolsita de la mochila a sus pies.

Aquino sonrió, mientras tomaba los caramelos con envoltura rosa con una sonrisa.

─¿Quieres escuchar música?

Aquino asintió, masticando un caramelo, abultando sus mejillas de forma adorable.

Duxo conectó los auriculares a su celular, entregándole uno a Aquino.

En su celular tenía dos playlists de música principales, una de él y otra de Aquino, teniendo en esa canciones de K-pop de melodías bastante alegres y pegadizas, ya que el mudo tenía cierto gusto por los grupos de chicas.

En cambio, la pista de Duxo tenía la mayoría de canciones en inglés.

Eso no quitaba que escuchara otras cosas, pero siempre volvía a lo mismo.

Y así es como empezaron escuchando Whistle de blackpink, bajo la mirada de los padres de Aquino por el espejo.

Duxo miró por la ventana todo el camino, y no le dio mucha importancia cuando Aquino apoyó su cabeza en su hombro y quedó dormido.

─ Duxo ─ llamó la señora Lana LeStrange, madre de Aquino.

Duxo se quitó su único auricular para escuchar a la mujer.

─ Aquino te quiere mucho, ¿Lo sabes?

Supo que la mujer sonreía por su tono de voz.

─ Y yo también lo quiero mucho, señora LeStrange. ─ respondió Duxo.

La mujer se giró para mirarlo, con esa sonrisa maternal, habló un poco más bajo que antes.

─ Quiero que te quedes a su lado por más de lo que pueda reaccionar ante cualquier cosa que diga el médico, ¿Bien? — las palabras lo extrañaron.

─ ¿Por qué? ─ Duxo sonaba preocupado.─ ¿Le pasa algo malo a Aquino? ─ sus ojos se escaparon al castaño en su hombro, quien se removió un poco.

─ Es un tema delicado ─ dijo la mujer, al ver que Aquino se movía, frunció sus labios.

─ Después te explico mejor

─ Después te explico mejor

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Love me, Mute □ DuxinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora