XLIX

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Emi frenó de golpe, marcando las ruedas de su camioneta en el pavimento.

Apenas el vehículo se detuvo, colocó rápidamente el freno de mano y abrió la puerta, para correr hacia el frente de la camioneta, donde un tembloroso Aquino se abrazaba a sí mismo, aún a mitad de la calle.

La mayor lo abrazó con fuerza, apretándolo contra sí, acomodando la cabeza del chico entre su hombro y cuello para dejarlo llorar.

Sentía su corazón latiendo a mil, asustado por lo que podría pasar.

Pensó en decirle todas las cosas que le cruzaron por la mente, en todos los castigos y palabras bruscas que podría decirle por cruzar la calle de esa manera, añadiendo todo lo que podría haber pasado después si lo atropellaban.

Pero sabía que ese tipo de cosas no era correcto decirlas, y menos teniendo a Aquino tan sensible, sólo empeoraría.

─ Vamos, Diego, te llevo a casa ─ habló con tranquilidad, a pesar de que su corazón latía desenfrenado.

Sintió al chico negar, y cómo se apartaba un poco, terminando en soltar el abrazo, Emi bajó la vista hacia sus antebrazos que Aquino le mostraba, con la piel enrojecida por los rasguños, y donde estos habían insistido mas, habían cortado la piel y sangraban.

─ Oh, Diego, tranquilo ─ lo calmó con una sonrisa, acariciando su cabeza con cariño ─. Vamos, subamos al auto que te curo.

Emi guio a Aquino hasta la camioneta, y sentado en el asiento de copiloto, tomando el botiquín del auto, limpió primero con agua, luego dejó algodones con agua oxigenada, dio unas vueltas con vendas antes de asegurar todo con cinta hipoalergénica, todo sin dejar de hablarle de forma tranquila con una sonrisa, cosa que logro reconfortar a Aquino un poco.


Una vez listo el vendaje, subió al auto, ofreció su celular a Aquino, preguntando si recordaba el número de su madre, el cual el mudo marcó sin ningún problema.

La mayor habló con tranquilidad y una sonrisa, a pesar de que Aquino pudo escuchar el tono histérico de su madre desde donde estaba, al finalizar la llamada, Emi dejó el teléfono en la guantera, quitando el freno de mano, le habló de nuevo.

─ Te llevaré a casa, tu madre me dijo que tenías una visita


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Love me, Mute □ DuxinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora