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La mujer tomó su muñeca y lo llevó hacia el patio, alejándose unos metros de la casa, exasperando a Duxo, quién no podía quitarse ese sentimiento de que todo estaba a punto de desmoronarse del pecho.
Finalmente, la mujer lo soltó, deteniéndose en medio del patio, lo miró con lo que pareció pena.
─ ¿Qué está pasando? ¿Qué tiene Aquino?
La mujer aguantó unas lágrimas.
─ Duxo... ¿Por qué crees que Diego se hace estudios del cerebro?
El chico no sabía que responder, comenzó a negar, con miedo de que la idea que tenía en mente fuera real.
Recordó cuando había acompañado a Aquino a todos esos estudios, a todas esas radiografías y análisis. Recordó que había tenido miedo por él, comprendió que le habían mentido al decirle que los estudios del cerebro no eran graves, y que no debía preocuparse.
─ Dicen que muchos problemas de ansiedad, de tristeza... Tantas cosas malas psicológicas o emocionales terminan afectando al cuerpo de manera biológica ─ habló la mujer. ─ De pequeño, a Diego le detectaron un tumor en el cerebro ─ su voz sonaba endurecida.
Duxo sintió sus piernas débiles.
─ Él... Me lo hubiera dicho ─ quiso negarlo.
─ Creo que lo conoces lo suficiente como para saber que él no habla de sus problemas... Te mentiría si es necesario ─ habló la mujer, Duxo no tuvo con qué discutirle ─. La cosa aquí es... Que siempre estuvo bastante controlado, por muchos años, recibió tratamiento cuando era niño, y creían que lo habían de alguna manera... "Dormido", habían logrado reducirlo, pero siempre nos dijeron de la posibilidad de que regresará, de que volviera a crecer... Acaban de llamar del estudio de sangre y tiene una gran cantidad de glóbulos blancos, o sea, su tumor lo está afectando, su cuerpo intenta defenderse.
─ Sus dolores de cabeza...
─ Son por el tumor ─ La mujer asintió ─ Son muy normales en cosas así, al igual que la fiebre.
Duxo temblaba completamente, de repente se sentía totalmente debilitado.
─ ¿Va a morir?
La mujer se quedó un momento en silencio, lo suficiente para que Duxo llorara más fuerte.
─ No lo sé ─ dijo ─ N-No es tan grave, no llega a ser cáncer aún, creo que... Una operación es posible, o algo así, yo... No lo sé... El tumor no era maligno, pero...─ suspiró, rendida, sólo estaba diciendo todo eso en un intento de calmar a Duxo, ella no tenía idea de que pasaba ─ Lo sabremos con los estudios.
La mujer miró al de mirada anochecer con pena, las lágrimas se acumularon en sus ojos.
─ Yo te lo hubiera dicho, Duxo, pero- ─ su voz se cortó, comenzó a negar ─ Aquino no quería que lo supieras, y a sus padres no les gusta hablar de eso... No creían que podría tener problemas de nuevo, habían pasado años sin que pasara nada... Lo siento.
Duxo no tenía nada para decir, así que se volteó para volver a la casa.
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