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Este capítulo contiene escenas explícitas, si no deseas leerlo eres libre de saltarte el capítulo.
Alzó sus ojos hacia un ruborizado Aquino, quién asintió, mordiéndose el labio con una sonrisa, el mayor se sentó más cómodamente, tomó al castaño por sus antebrazos para que se sentará sobre su regazo.
Ya sobre él, abrazó las caderas del chico, llevándolas más hacia adelante para que sus erecciones se encontraran, al mismo tiempo en que lo besaba de forma húmeda, ahogando leves gemidos, por cada mínimo roce, que surgía de sus labios.
Llevó una mano hacia sus miembros, no lograba rodearlos del todo pero sí bastante, empezó a masturbar a ambos.
Cortó el beso para escuchar la agitada respiración de Aquino, sintiendo su cuerpo temblar por las sensaciones, mientras el agudo sonido de sus gemidos aumentaba de a poco, conforme Duxo aumentaba la velocidad de su mano.
— Ahg...— no podía hacer callar sus gemidos, y notaba cómo al mayor le gustaba escucharlos.
A Aquino le parecía extraño y algo familiar el lugar de donde surgían esos ruidos que no podía controlar, dentro de sí, cerca del centro de su pecho, justo donde terminaba su cuello y empezaban sus clavículas, la voz que había perdido hacía mucho tiempo porque no sabía de dónde surgía. Aún con todo lo que sentía invadiendo sus sentidos, una idea algo extraña, que dudaba que pudiera habérsele ocurrido de forma lógica, llegó a su mente.
Recordando cómo había modulado el nombre del mayor en sus labios el día que llegaron allí, sólo debía atrapar un gemido a mitad de camino.— Dux- ah...
— ¿Aquino?— el azabache lo miró con sus ojos brillantes, como ilusionado — ¿Qué intentas hacer?
Aquino sonrió como si estuviera por hacer la cosa más maravillosa del mundo, el pelinegro hizo de sus movimientos más lentos, el cambio de ritmo hizo que el menor sintiera esa presión en su bajo abdomen.
— Du- mg...— murmuró, y sonrió, con orgullo, se sentía feliz y excitado, vio la sonrisa del oji-negro
— Intentas hablar... Y con tus gemidos, eres tan inteligente — dijo el mayor y fue de nuevo hacia su cuello para besarlo, volvió a aumentar el ritmo de su mano sobre sus miembros, el menor lo abrazó por el cuello para mantenerlo cerca—. Es muy lindo cuando dices mi nombre así...
Dejó su miembro para tomar completamente el de su novio, acariciando desde la base hasta la cabeza un par de veces, antes de quedarse tocando en su punta, escuchando las respiraciones cada vez más agitadas de Aquino, mientras entre cada gemido murmuraba la primera sílaba de su nombre, o eso intentaba.
El menor intentaba memorizar todo, el movimiento de sus labios, la sensación del aire en su garganta, la vibración que sentía en su cuello cuando hacía ruido, todas aquellas cosas que se había olvidado cómo hacer... Así podía aprender de nuevo.
La excitación no lo dejaba pensar claramente, pero intentaba hacer lo mejor posible, para hacerlo después.
El castaño gimió más fuerte cuando un espasmo recorrió todo su abdomen, a punto de acabar, sabiendo que no duraría mucho, intentó su mejor esfuerzo, reteniendo un gemido en su garganta para soltarlo con un nombre.
— Duxo...
El azabache sonrió con orgullo, se apartó para ver sus ojos.
— Continúa, mi vida — dijo, para alentarlo, el mayor tenía una leve sospecha de lo que estaba pasando porque Aquino no tenía expresión de placer, sino que parecía que estaba muy concentrado pensando en algo —. Busca tu voz, de dónde viene.
El placer lo recorría completamente, apenas podía entender lo que Duxo le decía, sus gemidos comenzaban a ser más erráticos, apenas teniendo tiempo para respirar entre ellos, sintiendo el orgasmo acercarse en violentas olas que lo recorrían completamente, sin poder retener ninguno de sus gemidos, intentó hablar con ellos, repitiendo el nombre de su novio varias veces, sintiendo de dónde surgía esa voz.
Con un último gemido, lleno de placer, Aquino acabó, aún en manos de Duxo.
Sin querer dejar de hacer algún ruido, con miedo de no volver a encontrar lo que había perdido, Aquino murmuraba bajito, sonidos incoherentes que no tenían intención de ser palabras, permaneció así unos segundos, hasta que su esencia dejó de salir y su respiración se volvió un poco más normal.
Duxo se había venido con sólo escuchar a Aquino gemir su nombre, y con ambos manchados, se miraron con una sonrisa.
— Gra-cias — habló Aquino, con lágrimas acumulándose en sus ojos, antes de comenzar a llorar completamente, rompiéndose, abrazando a Duxo con todas sus fuerzas.
Y con esto lo dejo porque me voy a mi día de sabático por mi cumpleaños (mañana)☝️🤓
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Love me, Mute □ Duxino
Roman d'amour❝ ¿Cómo le dices a alguien que lo amas si ni siquiera puedes hablar? ❞ ⠀⠀●| 𝗔𝗱𝗮𝗽𝘁𝗮𝗰𝗶𝗼́𝗻 𝗮𝘂𝘁𝗼𝗿𝗶𝘇𝗮𝗱𝗮. ©Bluchi95 ⠀⠀●| Contenido homosexual / gay ⠀⠀●| Se emparejan a los cubitos, no a los streamers ⠀⠀●| Capítulos cortos, ¡No te abrum...