#3- Yo te reclamo

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Caníbal era un dragón rebelde

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Caníbal era un dragón rebelde. No dudaba en quemar y comerse a quien quisiera. Un dragón difícil de domar, y no dejaría que una niña lo reclamara.

El dragón extendió sus enormes alas y comenzó a tomar altura en el aire. Aema con una mano sujetaba su capucha para no quedar desnuda, y con la otra se aferraba a las escamas del dragón. No era la más fuerte, pero si era la más valiente. Había llegado muy lejos, y no caería.

Se aferró al animal que daba vueltas en el aire, subiendo y bajando. Pero no importaba lo mucho que Caníbal se esforzaba por tirar al suelo a la niña, ella parecía sacar fuerza de cualquier lado con tal de no rendirse.

-¡¡Yo Aema, de la casa Targaryen. Te reclamo como mi dragón Caníbal!! -la pequeña sacó un grito desde el fondo de su corazón.

El dragón pareció seder, una niña lo había reclamado. Pero fue la misma niña que escapo de sus llamas y resistió en su lomo a pesar de las vueltas que daba. Caníbal respetó que Aema tenía agallas, y la aceptó como su jinete.

Ambos volvieron a posar tierra, Aema bajo del dragón dándole una palmada en su cabeza. Trató de buscar el huevo que trajo consigo, pero lo único que encontró fue el cazcaron vacío.

A lo lejos vio un pequeño dragón color azul deborando la gallina que Caníbal quemó. Se acercó y lo tomó

-Te llamarás Anyxas. -sonrió. Estaba muy feliz por sus logros, dominó a un dragón muy grande y su huevo por fin había eclocionado. Se empezaba a dar cuenta que lo que la hacía una Targaryen y un Velaryon no era su color de cabello, sus ojos, ni ser jinete de un dragón. Lo que la hacía ser Aema Targaryen era su valentía y sus enormes ganas de cumplir lo que se propone.

Volvió a subirse a Caníbal, solo que ahora con Anyxas en su hombro. Volaron donde se encontraba el potillo y Aema lo soltó, esperaba que fuera lo suficientemente inteligente para seguirlos.

-Andando Caníbal. -habló en alto valyriano a su dragón.

Al aproximarse a su hogar, su padre con Harwin salían a ver por qué un dragón salvaje se acercaba.

El dragón negro pisó tierra, y los hombres veían como su pequeña sonreía. El orgullo que sentían por ella era inexplicable, cada día se hacía más grande y más fuerte. Leanor dejó salir un par de lágrimas de sus ojos, era el padre más feliz de los siete reinos.

Aema bajó del dragon y se acercó a su padre.

-Ahora si podemos volar juntos sin necesidad de estar en el mismo dragón papá. - Leanor no dudó y abrazo a su hija

-¿En que estabas pensando? Me tenías asustado. -habló el moreno

¿Estaba orgulloso? Sí

Pero eso no dejaba atrás el inmenso miedo que sintió cuando buscó a su hija por todo el lugar y no la encontró.

-Perdón papá, aproveche que todos estaban distraídos con mamá para escaparme. Y mira, conseguí dos dragones. -sonrió

-Estoy orgulloso de ti pequeña. Pero tendremos que visitar a tu abuelo para que te de el permiso de tener ambos dragones. Sabes muy bien que solo se puede tener un dragón.

-No era mi intención papá, Caníbal quemó donde se encontraba el huevo y supongo que por el calor salió. No me di cuenta hasta después de reclamarlo.

-No pasa nada, solo habla con tu abuelo. -sonrió. -Ahora vamos a que conozcas a tu hermanito y te pongas ropa.

-Es un bello príncipe mi princesa. Sin duda tendrá a la mejor hermana mayor para que lo enseñe a ser el mejor guerrero. -habló Harwin.

-Gracias Harwin.

Caminaron juntos hasta llegar a los aposentos de la pequeña. Los guardias se habían encargado de Caníbal. En cambio por el tamaño de Anyxas dejaron que la pequeña estuviera con su pequeña dragona.

Al cabo de unos minutos Aema estaba limpia y vestida con un hermoso vestido color azul. Sus cabellos tenían dos trenzas haciendo símbolo de sus dos logros el día de hoy.

Salió de su habitación con Anyxas en su hombro. La cual llevaba un moño en su cabeza.

-Papá, ¿me puedes conseguir un moño de estos pero más grande?

-Claro pequeña, ¿para que lo ocupas?

-Quiero que Caníbal y Anyxas se ven iguales, que tengan moñitos lindos.

Su padre y Harwin soltaron una carcajada al escuchar a la pequeña hablar. Era valiente y madura para su edad, pero no dejaba de ser una niña. Su niña.

Llegaron a la habitación de su madre. Podían ver a una agotada Rahenyra con un bebé en brazos que se mostraba sorprendida por ver a la dragona en su hombro.

-Mamá, ¿Cómo estás?

-Muy bien mi pequeña. Te presento a tu hermano Lucerys. -habló dándole al pequeño a su hija mayor.

-Es muy hermoso madre. -miró a su padre. -se parece a ti papá, sacó su cabello castaño de la bisabuela.

-¿Cuál bisabuela Aema? -preguntó su nombre

-La madre de mi abuelita Rahenys mamá, ella tenía el cabello así. También el papá de abuela Aema lo tenía así. ¿Verdad?

Los que se encontraban en la habitación sonrieron. Aema siempre decía eso cuando insultaban a su hermano diciéndole "bastardo".

-Tienes razón Aema. -sonrió- ver que ya tienes un dragón.

-No mami, tengo dos. - la pequeña de cabellos blancos dio su mejor sonrisa. -aproveche que todos estaban pendientes del nacimiento de mi hermanito para escapar y reclamar a Caníbal.

-Ya veo, estoy orgullosa de ti mi pequeña dragona.

-Gracias mamá, ¿Jace? -preguntó al no ver a su hermano.

-Se fue a entrenar, en unos días iremos a visitar a tu abuelo. Para hablar sobre tus dos dragones y presentar a Lucerys.

-Me parece bien mamita, estoy emocionada por ver a mi tía y mi tío Aemond.

-Te llevas bien con ellos, eso me alegra.

-Cln Aemond me identifico mucho mamá, ninguno de los dos teníamos un dragón, y con Helena me la paso bien.

-Deberías llevarles un recuerdo, un pequeño presente.

-Tienes razón, eso haré, adiós mamita. -besó la frente de su madre y hermano. -Adiós papito -hizo que su padre se hagachara y le dio un beso en la mejilla. -Vamos Harwin, tú y Bejen me ayudarán a conseguir un regalo, pero primero hay que buscar al Stark. -tomó la mano de Harwin saliendo de la habitación en busca de su espada juramentada.

Era el comienzo de miles de aventuras, perdidas, peleas, pero también de felicidad.

Era el comienzo de miles de aventuras, perdidas, peleas, pero también de felicidad

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Fuego Y HieloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora