Para muchas mujeres la llegada de un hijo es algo maravilloso. Para otras es una desgracia. Pero claramente Aema no sabía como reaccionar en ese momento.
Cuando se enteró que estaba en cinta de su pequeño hijo Reigar, fue la mujer más feliz del mundo, deseaba darle un heredero a su marido, deseaba tener una pequeña parte de ambos en un solo ser. Había visto a su madre ser una excelente mujer, y su deseo era ser como ella.
Su educación fue algo variada a decir verdad, a las otras damas les enseñaban el arte del bordado, a ser una buena esposa y madre. A los varones les enseñaban de matemáticas, economía y sobre todo, la guerra. ¿Pero que debía aprender una princesa heredera?
Su abuelo siempre le dio preferencia a su nieta, antes que a los demás. Fue nombrada con el nombre del amor de su vida, hija de su hija, la primera nieta. Aema tenía preferencias antes que todos, y el rey lo hizo notar cuando la nombró princesa heredera. Permitió que le enseñarán a utilizar espadas, política y lo que normalmente le enseñarían a un hombre. Además de enseñarle lo que era ser una dama, bella y culta, y por supuesto le permitió montar a dos dragones.
Aema sabía que algún día cumpliría con su deber y hacer que su vientre real trajera al mundo a bebés reales. Pequeños príncipes Targaryen jinetes de dragón. Y lo había cumplido.
Reigar llegó al mundo al amanecer de un día frío, su parto fue difícil, como era lo normal. Sentía que su cuerpo se dividía en dos y un pequeño hacia lo posible para salir expulsado desde sus entrañas. Las maldiciones que dio en alto Valyrio a causa del dolor se escucharon por todo el castillo, dejando a muchos testigos de que un nuevo príncipe estaba por nacer.
Pero a pesar de todo, no estaba sola.
No lo estaba.... Lo tenía a él.
Cregar Stark sostuvo su mano en todo momento, le acariciaba el cabello y le daba besos en su frente para darle apoyo. Él fue su fuerza, su motivación y su compañero. No la dejó sola en ningún momento.
"—Eres fuerte vida mía, lo vas a lograr."
Estuvo ahí cuando el niño llegó al mundo, cuidándolo a él y a ella. No se despego de su lado el tiempo que ella estuvo en cama. Limpio a su hijo, le dio de comer y lo bañaba cuando ella no podía. Para los ojos de Cregar Stark su hijo era el niño más hermoso y perfecto de los siete reinos, y su esposa, era la más valiente, fuerte y hermosa mujer del mundo.
Fue el mejor padre, y el amor de su vida.
¿Cómo haría con un nuevo bebé si no estaba él?
¿Con que fuerza podría traer a ese bebé al mundo?
Su corazón estaba sufriendo, el dolor se apoderaba de su ser, sentía un nudo en la garganata cada que trataba de recordar el pasado. Había perdido a su familia, estaba en un lugar completamente diferente, en una época diferente. Y ahora sería madre por segunda vez.
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Fuego Y Hielo
FanfictionEl destino de Aema, la primogénita de Rhaenyra, estaba escrito desde antes de su nacimiento. Muchos dicen creer como será el futuro de la princesa, sin embargo no todo es lo que parece y pueden llegar a pasar cosas jamás antes vistas. . . . . No tod...