cap 31- restaurando el pentagrama

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Lucifer, con un peso menos de que preocuparse, podía ahora enfocar toda su atención en los preparativos para la fiesta del pentagrama. Era un evento que llenaba de emoción a todo el anillo del orgullo, y sobre todo al rey Lucifer, pues en la última fiesta de pentagrama fue donde tuvo su primer acercamiento con Alastor, el amor de su vida. Y ahora, estaría con su hija, Charlie, a su lado, llenando de magia y alegría la celebración.

La pequeña Charlie estaba en la oficina de Alastor, sentada en su regazo, coloreando con sus crayones mientras el adulto leía y firmaba algunos documentos. También enviaba cartas a los otros pecados, informándoles de la nueva reforma del infierno.

"Papá Alastor", llamó la pequeña, con una voz dulce que llenaba de ternura el corazón de Alastor. "¿Cómo eran las fiestas del pentagrama?"

Alastor, con una sonrisa que reflejaba la felicidad que sentía por su pequeña hija, respondió con entusiasmo. "Oh, mi pequeña manzanita, eran maravillosas."

"Y ¿eran divertidas?", preguntó Charlie, terminando de pintar un arcoíris en su hoja de papel.

"Sí, mí niña. Todos los anillos celebraban en los palacios y en las calles. Lucifer siempre abría las puertas del palacio a todos, y la fiesta era un espectáculo grandioso. Además, la celebración ayudaba a fortalecer el pentagrama, un ritual que nos protegía del caos del infierno", explicó Alastor, con un tono que transmitía la importancia del pentagrama en el equilibrio del infierno.

Charlie, con una mirada llena de curiosidad, asintió con la cabeza, imaginando la majestuosidad de las fiestas del pentagrama.

"Papá Alastor, ¿tú y papá Lucifer bailaban en las fiestas?", preguntó, con un tono juguetón.

Alastor, con una sonrisa que reflejaba la felicidad que sentía al recordar aquellos momentos, respondió: "Sí, mi amor. Bailábamos con la energía del pentagrama, llenos de alegría y pasión. Fue un momento mágico. Y ahora, contigo a nuestro lado, la próxima fiesta del pentagrama será aún más especial."

Charlie, con una sonrisa radiante, se acurrucó en el regazo de Alastor. "Estoy deseando que llegue la fiesta, papá Alastor", dijo, con una voz llena de emoción.

Alastor la besó en la frente, sintiendo un amor incondicional por su pequeña hija. Sabía que la próxima fiesta del pentagrama sería inolvidable. Con Charlie a su lado, con Lucifer como su rey, y con la esperanza de un infierno mejor, la celebración sería un momento de alegría y unidad que marcaría una nueva era para el infierno.

"A mí también, mi niña", respondió Alastor, con una sonrisa que reflejaba la felicidad que inundaba su corazón.

Y así, Alastor y Charlie, se dedicaron a seguir con sus tareas, preparándose para la llegada de la fiesta del pentagrama, un evento que prometía llenarlos de magia, de alegría y, sobre todo, de amor.

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Estaba nervioso, y esa palabra se quedaba corta, ya que sería su primera aparición pública después de su despertar, por lo que la ansiedad lo consumía.

Tomó una respiración profunda y se colocó su sombrero de copa, sujetó su bastón y se miró en el espejo. El traje de esa noche había sido elegido por Rosie, así que no le sorprendió que le quedara tan bien; tenía muy buen gusto. Sintió las firmes manos de Alastor en su cintura y su aliento en su cuello. Lucifer sonrió, recargándose en el pecho de Alastor.

_ Mi cielo _ Alastor comenzó a hablar, bajando un poco las manos hasta sus caderas, acariciando su trasero con suavidad mientras besaba el cuello de Lucifer. _ Te ves hermoso _ una pequeña mordida en la parte posterior de su cuello hizo que Lucifer considerara la idea de hacer el amor antes de asistir a la fiesta.

El segundo gobernante después de la historia Donde viven las historias. Descúbrelo ahora