Para todos los que siguen esperando una carta de acceso
a una escuela de magia.☆☆☆
El invierno había cubierto las calles de Naperville,una ciudad en el condado de Illinois, con un manto de blanca nieve. Ela y su prima Lizzy, abrigadas hasta las orejas, se dirigían a la escuela.
Elizabeth y Ela siempre se habían llevado bien.Lizzy tenía el pelo castaño corto con ondas surferas y un flequillo alisado con devoción cada mañana,tenía,además,unos ojos castaños con toques de miel que brillaban con rebelión.La chica Black,por su parte,gozaba de fama de ser guapa en su instituto,con sus ojos hazel y pelo rubio oscuro-Tal vez castaño claro en negación-con ondas rebeldes y despreocupadas cortadas en capas que trataba de dominar cada día para no parecer un león.
Ela, con la energía de la juventud de sus 16 años, saltaba sobre la nieve, disfrutando del crujido y el leve frescor bajo sus pies. Al doblar una esquina, un salto la llevó a encontrarse con un hombre un tanto peculiar,uno de esos que debes evitar cuando caminas. Era alto, delgado con los pómulos bien marcados, de cabello negro y canoso bien engominado hacia atrás y piel pálida,vestía con un traje un tanto vintage.Los años parecían tratarle bien,pero sus ojos, de un brillo cobrizo casi rojizo, le transmitieron una sensación extraña,la sensación de haber vivido muchos. Ela se disculpó y corrió a reunirse con Lizzy, sintiendo una inquietud inexplicable.
Pasó el día tratando de alejar la imagen de aquel hombre de su mente,pero sus ojos parecían acechar en cada esquina.
—Esos ojos no eran normales,Lizzy,te lo juro.
—Tienes demasiada imaginación.—Suspiró su prima,restándole importancia.
Ela rodó los ojos con desdén,mejor rendirse,ya sabía que no iba a conseguir una respuesta mejor que aquella por parte de su prima,pero no se iba a olvidar de aquel hombre.
En los días siguientes, un gato negro azabache se cruzó en su camino repetidamente. Un gato de medianoche con el pelaje tan oscuro como la tinta,que emergió de las sombras. Se movía con la gracia de un bailarín, cada paso silencioso y deliberado. Sus ojos, dos lunas doradas, brillaban con inteligencia y misterio.
Ela,observó al gato con ternura. El felino se cruzó en su camino, deteniéndose por un instante para observarla. Era como si el tiempo se hubiera detenido, el mundo entero conteniendo la respiración ante la presencia de esta criatura,el felino parecía vagar sin rumbo, apareciendo en cada calle, buscando refugio y calor cerca de edificios y tiendas.El gato vagó por los lugares que ella frecuentaba y durmió cerca de su barrio por varias semanas. Un día de aquellos, mientras Ela esperaba para cruzar la calle, el gato se acercó y rozó su pierna,ella lo acarició y el animal se acurrucó en sus brazos.
La chica no pudo evitar enternecerse y sintió una conexión instantánea con el gato.El encuentro pareció quedar ahí,pero esa noche el gato apareció en su ventana.Primeramente,Ela se asustó,pero al darse cuenta de que era él,negó con la cabeza e hizo numerosos gestos y aspavientos para que se marchase,al gato no pareció importarle y allí pasó la noche.Al amanecer estaba en la puerta de la casa,cubierto de nieve y Ela no pudo evitar que su corazón se ablandase.
—¿Quieres venir conmigo?— le preguntó dulcemente. El gato, como si entendiera sus palabras, no se separó de ella. Decidida a llevarlo a casa, lo escondió en su armario, tramando cómo convencer a sus tíos para que se quedaran con él. Después de varios días de súplicas, logró su cometido.
—Podemos llamarlo Ares, ¡mirad qué mono es!— exclamó Ela, bajando al gato de su habitación para presentarlo a su familia.
—¿Ese no era el Dios de la Guerra?Qué tierno...—Mencionó su prima.
—Llevas un par de semanas graciosa.—Ela le propinó un codazo.
Ares se convirtió en el compañero favorito de Ela.Por algún motivo,el felino se negaba a separarse de ella y en el tiempo transcurrido la acompañaó a todas partes: a pasear para despejarse, a jugar en la nieve,camino a clase,mientras estudiaba, de compras... Pero claro que Ares no era un gato común, era especial. Ela, sin saberlo, acabaría descubriendo la verdadera naturaleza de Ares de la forma menos delicada.
Ocurrió tal que así:una noche una pesadilla se abrió paso en su mente con sombras misteriosas en cada esquina y,claro, la despertó sobresaltada. Un hombre tras unas rejas carcomidas por el óxido gritaba su nombre.
ELA,ELA,ELA,ELA,ELA,ELA,ELA,ELA,ELA,ELA,ELA,ELA,ELA,ELA,ELA,ELA,ELA,ELA,ELA,ELA,ELA,ELA,ELA,ELA,ELA,ELA,ELA,ELA,ELA,ELA,ELA.
Desgarraba su garganta con cada grito.Era un hombre de cabello oscuro y rizado,pero para nada definido y muy revuelto y grasiento,pero,extrañamente,tenía los mismos ojos color hazel que ella. La pesadilla solía repetirse noche tras noche, atormentándola como una llamada,una premonición y la rodeaba la pregunta de quién era aquel hombre,por qué la acechaba en sueños,por qué se desgarraba por llamarla.
Una de esas veces que se despertó,con el pelo revuelto,sudada y confusa,el alivio no tardó en llegar cuando se dio cuenta de que aquel hombre se mantenía alejado de la realidad atrapado en sus sueños.De pequeñas,Lizzy había redactado una lista de pasos a seguir tras una "pesadilla horripilante" y una de las primeras era levantarte cuanto antes y salir de la cama para ir a beber o al baño,eso iba a hacer Ela cuando vio seis ojos azules brillantes en el pasillo. El corazón de Ela latía con fuerza mientras sus ojos se adaptaban a la oscuridad.Esos ojos se tambaleaban en el pasillo frente a su puerta,la cual nunca dejaba abierta, el miedo la paralizó,no podía gritar, no podía moverse, solo podía observar cómo esos ojos se acercaban lentamente.
Llevó la mano hacia la pared contra la que se situaba su cama,palpándola tratando de encontrar el interruptor de la luz.
Entonces, la luz del interruptor iluminó la habitación y lo único que encontró fue a Ares. Sus únicos dos ojos azules brillaban y su cola se movía lentamente mientras se acercaba a ella.Soltó de golpe todo el aire que había encerrado en sus pulmones.
—Joder,vaya susto me has dado...
Ares ronroneó de mala gana,como si se quejase de su vocabulario y empezó a frotarse contra su pierna.
—Lo siento,pero,¿tú sabes el susto que me has dado?
Ares ronroneó de nuevo, esta vez como si se disculpara.La chica sonrió y lo acarició.
—Está bien,pesado.Ya estoy despierta de todos modos...
Se levantó de la cama de un saltito.
—Vamos a comer a horas indebidas,corre.
Ares la siguió con pasos elegantes hasta la cocina y maulló en respuesta. Ela sonrió mientras caminaba de puntillas.
—Supongo que eso es un sí.
Se tomó un batido de chocolate y le ofreció a Ares unas chuches para gato,tratando de relajarse por completo.
Las pesadillas continuaron durante las siguientes semanas, perturbando su descanso. El hombre en prisión, el hombre pálido de la calle, los seis ojos azules... Ela no podía bajar la guardia.
Bajando a recoger el correo, una carta con su nombre escrito en letras rojas llamó su atención y la sorprendió,nadie le escribía nunca. El remitente era un lugar llamado Bleaxorths. Intrigada, Ela intentó abrir la carta, pero su tío se la arrebató, examinándola con desconfianza. La felicidad que había sentido al ver la carta se desvaneció al instante al ver la cara de desagrado que trazaron los poco agraciados rasgos de su tío.

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Black
FantastikEla es una adolescente normal,buena estudiante que no destaca realmente.Vive con sus tíos y su prima con la idea de que sus padres murieron en un accidente de tráfico,pero su vida estaba destinada a cambiar para destacar:la aparición de un hombre mi...