1 - Interrupción

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GABRIELA

Como dije antes, soy Gabriela y soy universitaria, pero mis planes no son quedarme a trabajar en Corea, quiero irme a Latinoamérica, disfrutar, vivir sin tantas reglas exageradas, pero para eso debo graduarme por lo menos y tenía que esperar al menos dos años más.

Como parte de mi historia, les contaré, mi papá es sur coreano, mi mamá es chilena y en un viaje que hizo papá en su juventud terminó enamorado de mamá y bueno, por su culpa ahora estoy yo aquí, existiendo y en Ilsan.

No lo tomen a mal, Corea del Sur es hermoso, pero es que las pocas ocasiones en que he ido a visitar a mi familia han bastado para enamorarme de Latinoamérica, sin embargo, mis papás insistían en que debería quedarme junto a ellos, pero yo tenía otros planes y les gustara o no, me iría, o al menos esos eran mis planes iniciales.

Sin embargo, todo cambió cuando conocí al hijo del director de la universidad donde estudiaba, Kim Namjoon, de principio todo fue normal, el sujeto era guapísimo, pero también un verdadero dolor de ovarios.

El día que lo conocí me encontraba en la universidad ayudando, de mala gana como siempre, a una profesora a llevar algunos cuadernillos hasta la sala de maestros, cuando me encontré con el sujeto en cuestión, mientras su amado papi lo presentaba a todos los profesores.

- Él es mi gran orgullo, mi hijo Kim Namjoon, si todo sale bien en unos meses él será el director y tomará mi lugar - su padre lo presentó con gran orgullo mientras el amado hijo fingía una gran sonrisa, la cual a pesar de ser falsa era linda, pero nada del otro mundo o al menos eso creí.

- Eso lo podemos hablar después padre - contestó el hijo mientras hablaba con gran respeto, aunque era evidente que no le había gustado lo que su papi dijo.

Pasé, puse los cuadernillos en una mesa y salí, no planeaba quedarme a esperar a que a algún otro profesor se le ocurriera pedirme algo, o como siempre, terminaran presentándome frente a alguien como el orgullo de la universidad, como siempre hacían, entendía lo que debía estar sintiendo el tal Namjoon, así que salí huyendo en completo silencio para no llamar la atención.

Mi día transcurrió como cualquier otro, no había absolutamente nada especial, sólo estrés, pensamientos intrusivos y Hoseok, mi mejor amigo.

NAMJOON

Papá me había obligado a ir a la universidad para presentarme con sus subordinados porque se empeñaba en que yo fuera su sucesor, pero yo lo único que quería era irme, viajar, ser feliz y no quedarme estancado como él, pero eso aún era una batalla que se estaba luchando y lamentablemente yo no iba ganando.

Mientras me presentaba como su gran orgullo vi entrar a una hermosa joven, entró y salió en completo silencio, sólo me vió un par de segundos y salió como si nada.

Estaba acostumbrado a que todos, tanto hombres como mujeres, se pusieran a mis pies, pero a ella no parecía importarle mi presencia, algo que llamó mi atención.

Además, aunque se notaba que era coreana debido a sus facciones, también había algo que no cuadraba, tenía un cuerpo precioso, grandes caderas y pechos y unas piernas que te hacían voltear a verla y no poder desviar la mirada.

Por alguna razón el haberla visto me hizo pensar un momento en si podría existir la posibilidad de ver chicas tan lindas en esa maldita escuela cada día, pero no, yo no quería eso para mí.

Conocía este lugar más que bien, ahí había estudiado unos años atrás, pero aún así me hicieron dar un recorrido para ver los últimos cambios que habían hecho, que sinceramente ni siquiera supe cuáles eran.

Caminamos y caminamos por el aburrido campus hasta que vi a la preciosa señorita que había visto antes en la sala de maestros y estaba demasiado ocupada... Besuqueándose con un tipo que sinceramente no era nada agraciado, bueno, lo aceptaré, el sujeto era guapo, pero prefería auto engañarme diciendo lo contrario.

Quienes me acompañaban se acercaron y por alguna razón desconocida para mí, agradecí la abrupta interrupción, y ni siquiera entendí por qué me alegré tanto.

- Señor Hoseok, espero que ya haya terminado sus deberes y deje de hacer que la señorita Gabriela pierda su tiempo - su nombre era lindo, igual que ella, al apartarse del tal Hoseok, sólo se limpió la comisura de los labios con el dedo pulgar y ese gesto me puso a sus pies, pero intenté que no se notara, me puse celoso de alguien a quien no conocía.

- Buenos días, sí profesor, Gabriela y yo ya terminamos nuestros deberes - estúpido mocoso, era lo único que pasaba por mi mente tras cada palabra que salía de su boca.

- ¿Es eso así señorita Gabriela? - cuestionaron las palabras de aquel estudiante.

- Sí profesor, ya no hay pendientes y avanzamos con el proyecto del centro comunitario - contestó y noté incluso su voz era preciosa.

- Muy bien, pero por favor, estos desfiguros evítenlos, no queremos que nuestros mejores estudiantes den una mala imagen de la universidad - les pidieron y ambos hicieron una reverencia a forma de disculpa y yo sólo pensaba en que Gabriela era cada vez más perfecta, guapa, buena estudiante, voz preciosa y se notaba que besaba delicioso - aprovecho para presentarles al señor Namjoon, él pronto será el nuevo director - me presentaron y el par de estudiantes nuevamente hicieron una reverencia, ahora hacia mí.

- Un gusto jóvenes, no es que me oponga a las demostraciones de afecto, pero por favor sean más cuidadosos - asintieron y yo me di una bofetada mentalmente porque básicamente les dije que lo siguieran haciendo mientras yo no los veía y lo que menos quería era que tocaran a esa chica.

- Disculpe, le aseguro que no pasará de nuevo - contestó esa linda chica.

- Está bien, si me disculpan tengo que irme - dije y me alejé antes de romperle la cara al tipo que estaba besando a mi siguiente conquista.

Esa tarde decidí que aceptaría el puesto de director sólo para poder meterme entre las piernas de esa linda mujer, la quería completa y totalmente para mí, ella era el pretexto que me faltaba para aceptar la absurda propuesta de mi padre de hacerme cargo del negocio familiar.

¿Qué tenía de especial esa mujer? No lo sabía, pero sólo verla era adictivo y yo quería probarla.






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