GABRIELA
Estábamos más que bien besándonos hasta que escuchamos el cerrojo de la puerta moverse, no habíamos puesto seguro, así que me bajé de las piernas de Namjoon y me senté en el sofá frente al suyo lo más rápido que pude, y él sólo cerró el abrigo que llevaba, cubriendo su entrepierna.
- Hijo cambiamos los planes, no nos quedaremos, iremos a comer... ¿Se unen... Qué dice señorita? Su papá y el papá de su amigo Hoseok también irán - preguntó el padre de Nam apenas abrió la puerta.
- Vayan ustedes papá, no creo que la señorita Gabriela quiera pasar la tarde con ustedes mientras sólo hablan de trabajo - respondió Namjoon intentando aparentar serenidad, pero al menos yo, podía notar su respiración ligeramente acelerada.
- Tienes razón, bueno, cuídala hijo, tómense el día libre si es necesario, llévalos a ella y al joven Hoseok a comer - dijo su padre.
- No te preocupes, yo me encargo de que tenga algo en la boca - al escucharlo casi suelto una carcajada por las dobles intenciones de sus palabras.
- Muchas gracias señor, dígale a papá que lo veo más tarde por favor, tengan buen provecho - dije de la forma más educada que pude.
- Claro Gaby, pásenla bien - contestó el ex Director, salió enseguida y yo me fui a la puerta.
- ¿Te vas a ir? - preguntó Nam con un tono de decepción en la voz.
- No, sólo vengo a asegurarme de que no nos interrumpan otra vez - dije mientras ponía seguro para evitar interrupciones.
- Ven, tenemos algo pendiente - Nam no dudó y tiró absolutamente todas sus cosas del escritorio, haciendo un escándalo tremendo que llamó la atención de su secretaria.
- ¿Señor Namjoon está bien? - gritó ella desde el otro lado de la puerta.
- Sí no te preocupes, la señorita Gabriela se tropezó, pero está bien... Si no te molesta seguiremos organizando los expedientes, tómate el día libre, no hay gran cosa para hacer hoy - contestó con rapidez.
- Gracias señor, nos vemos mañana entonces - se escuchó cómo caminó con rapidez y se fue.
- Ahora sí estamos solos, con seguro en la puerta, nadie nos molestará ni nos verán desnudos, así que quítate esa linda falda, y absolutamente todo lo que me pueda estorbar - el tono de su voz causó demasiadas sensaciones en mi cuerpo.
Ambos comenzamos a quitarnos cada prenda sin despegar las miradas del cuerpo ajeno, al menos para mí, ver a ese hombre guapo, varonil, con un cuerpo muy bien trabajado y unas piernas perfectas hizo que me mojara aún más de lo que estaba.
Volví a ver su precioso pene y no lo negaré, me saboreé de la simple idea de probarlo.
El se subió al escritorio apenas estuvo desnudo y me habló.
- Ven, quiero que te sientes en mi cara - dijo con descaro y yo sólo sonreí.
- ¿Tan deseoso estás de que lo haga? - pregunté antes de acercarme.
- Eso no lo dudes ni por un momento - contestó, cuando estuve cerca me tomó por la cintura y me ayudó a subir junto a él, nos besamos un poco más hasta que llegó el momento - de verdad te quiero probar, así que hazme el honor por favor - hice lo que me pidió y me senté a la altura de su cabeza, pero sin pegar mi cuerpo a su cara - que buena vista me está dando señorita Gabriela - me sentía avergonzada, pocas veces había permitido que alguien me diera sexo oral y obviamente había sido con Hoseok, así que era extraño que alguien que no fuera mi mejor amigo obtuviera de mí un momento tan íntimo, así que para hacerlo callar terminé por acercar mi feminidad a su boca y él no lo dudó, comenzó a mover su lengua y dar besos por toda mi zona haciéndome perder la poca cordura que me quedaba.
Estaba tan perdida en lo que estaba sintiendo que por un momento me olvidé que también debía darle placer a él, pero en cuanto lo recordé metí su gran pene a mi boca, causando que se alejara de mí y gimiera mi nombre con una voz tan gruesa como aquello que tenía entre los labios y de haber podido hubiera sonreído, pero quería seguir causando en él tantas cosas y que volviera a gemir para mí.
Él me llevaba al cielo y de regreso mientras movía su lengua de arriba a abajo, de un lado a otro, en círculos y me penetraba con ella y no tardé en correrme en su boca mientras gemía su nombre lo más bajo posible para evitar ser escuchados, pero era difícil contener los alaridos que realmente quería soltar.
- ¿Tanto te gustó? - cuestionó al despegarse de mí y con la voz entrecortada porque al parecer también lo estaba disfrutando.
- Claro, eres bueno - contesté con la respiración estaba agitada, pero tan pronto me recuperé del orgasmo, volví a lo mío y continúe metiendo y sacando aquel enorme miembro a mi boca mientras que con una mano abarcaba lo que no me cabía, para poder proporcionarle el placer que se merecía después de cómo me hizo sentir segundos antes.
- ¡Ahhh sí Gaby, me gusta, por favor sigue así! Esta vista y el cómo me lo estás haciendo me pone más duro cada vez, no tardaré mucho - dijo casi gritando y me alejé de él un poco sólo para decirle algo.
- Termina, hazlo en mi boca - luego de esas palabras volví a chuparlo mientras él comenzaba a retorcerse debajo de mí y tan pronto como di tres movimientos más con mi lengua, me llenó de su esencia, no lo tragué, me levanté y me acerqué a él mientras tenía los ojos aún cerrados y comencé a besarlo, compartiendo con él sus propios fluidos.
Probablemente para otros sería una escena asquerosa, pero para mí era delicioso.
Nos separamos unos segundos después y él habló, pensé que me regañaría por mi última travesura, ya que como dije, para otros podría ser asqueroso, pero me sorprendió lo que dijo.
- Nunca creí que llegaría a probar algo así, este beso fue de otro nivel chiquilla loca - en ese momento, por sus palabras me puse a pensar en que, aunque me molestaba que el mundo se refiriera a mí por términos como niña, chiquilla, pequeña o palabras similares, que lo dijera Namjoon me gustaba - mira que hacerme probar mi propio semen, de verdad hay algo que funciona raro contigo, aún así, me encantó, además, sentir tus labios con los míos y en mi miembro ha sido una fantasía cumplida - confesó y yo me sentí orgullosa de mí.
- ¿Fantaseaba conmigo señor? - pregunté mientras coqueteaba con él.
- Desde el día que te conocí - reveló con una gran sonrisa cínica.
- No te culpo, no debe ser difícil fantasear con alguien si la ves teniendo sexo el día que la conoces - me reí al recordar la forma en que me miró el día que nos conocimos.
- Yo me refiero más bien a cuando te vi en la sala de maestros - dijo y lo miré con los ojos entrecerrados.
- Pero no siquiera me viste - dije al recordar que según yo, jamás me dirigió la mirada ese día.
- Gabriela, te analicé completa en poco tiempo, de haber podido analizar tu tipo sanguíneo con una sola mirada lo hubiera hecho, no lo dudes - declaró con bastante seguridad y cinismo.
- Que depravado es señor director... Ahora, si no le molesta, quiero seguir teniendo sexo con usted, porque si usted es depravado, créame que yo le gano - dije con una sonrisa traviesa, ganándome una igual de su parte.
Esta vez me lo hizo contra la puerta de la bendita oficina estando él detrás de mí, me cubría la boca con la mano para evitar que mis gritos salieran, pero seguro que más de uno podría escucharnos si se acercaba a unos metros del lugar, aún así no nos importó y dimos rienda suelta a nuestros más oscuros deseos.
Definitivamente quería pasar más de una vez con Namjoon encerrados en su lugar de trabajo, mientras explorábamos todas las posiciones posibles, estaba dispuesta a darle una y otra repasada al Kama Sutra con tal de estar con él y aprender todo lo que pudiera enseñarme o al contrario, de enseñarle todo lo que sabía...
ESTÁS LEYENDO
Perderte para saber que te amo.
RomanceAlgunas veces la vida no sale como la planeamos, yo por ejemplo no tenía planeado nacer y aquí estoy. Mi nombre es Gabriela, estudiante universitaria en una universidad privada de Ilsan, Corea del Sur y desgraciadamente para mí, me quedan dos estúpi...