GABRIELA
Mis padres asistieron como invitados a la fiesta de compromiso de Namjoon y afortunadamente no insistieron en que los acompañara, para ese momento ambos sabían lo que había pasado entre él y yo y no se los había dicho, pero seguro sospechaban que me había enamorado y por eso no me pidieron ir con ellos.
No planeaba ver cómo él se reía de mí porque le había pedido que fuéramos novios y contrario a complacerme se comprometía con otra, sólo me quedaba esperar para que Vanessa hiciera las cosas bien.
Pero al día siguiente supe por la familia de Hobi que no había sido así, porque la feliz pareja se casarían en un mes o máximo dos, algo que me dejó más que perdida en un abismo de dolor.
A pesar de eso continué con mi vida como antes de que él apareciera, dedicaba mi tiempo a mis estudios y a mi mejor amigo.
Una mañana estaba tan tranquila existiendo y pensando en que pronto tendría unas muy merecidas vacaciones recorriendo Chile hasta que Vanessa interrumpió mi felicidad.
- ¿Podemos hablar? - estaba sentada debajo de un árbol con los ojos cerrados y no pensaba abrirlos para verla, estaba enojada con ella, sólo una cosa debía hacer y no lo había hecho bien.
- ¿Qué quieres? - contesté de mala gana.
- ¿Podrías al menos mirarme? Es grosero de tu parte no voltear a verme - no hice caso.
- No necesito abrir los ojos para escucharte, así que habla ya - dije.
- Eres odiosa, ¿lo sabías? - dejé escapar una risita, ella era la única persona que me ganaba en ser insoportable y me venía con eso.
- ¿Es lo que venias a decir? - pregunté.
- No - respondió.
- ¿Y entonces? Sabes que no me gusta perder el tiempo - hablé de manera bastante grosera.
- Por favor ayúdame a que Namjoon me deje, no quiero casarme y lo que me dijiste no me funcionó, me vio y no dijo nada - abrí los ojos cuando escuché eso, era extraño, si no había dicho nada podía significar que Vane no le importaba y por eso la dejó hacer lo que quiso y por otro lado estaba la posibilidad de que le gustara tanto que por eso se quedaría con ella y cualquier opción a mí me perjudicaba porque igual se casaría.
- No puedo hacer nada Vanesa, ya ríndete, si tu destino es casarte con él, ni Dios mismo será capaz de separarlos - me puse de pie, tomé mis cosas y me alejé cuanto antes, estaba por comenzar a llorar y no quería que nadie me viera, pero alguien lo hizo y fue perjudicial para mí.
Entré a los vestidores del gimnasio y me encerré en un cubículo a llorar, debía rendirme y dejar que la vida siguiera fluyendo y no aferrarme a algo que era imposible y que además me hacía mucho mal, amaba a Namjoon, de eso no tenía duda, pero también era consciente que se había convertido en una obsesión que me iba a hundir y antes de que eso pasara debía alejarme.
Salí del cubículo unos minutos después y encontré a aquella persona que me había visto y que sólo me observaba como intentando adivinar qué me pasaba.
- ¿Qué hablaste con Vanessa? - ¿me había visto con ella? me cuestioné al escucharlo.
- Nada importante, o al menos nada que deba importarte y por favor sal, que es incómodo que estés en el baño de mujeres - respondí.
- No me iré, debió ser algo fuerte como para que vinieras a llorar - me alejé un poco evitando mirarlo.
- No es asunto tuyo si lloro o no, vete - pedí.
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Perderte para saber que te amo.
RomanceAlgunas veces la vida no sale como la planeamos, yo por ejemplo no tenía planeado nacer y aquí estoy. Mi nombre es Gabriela, estudiante universitaria en una universidad privada de Ilsan, Corea del Sur y desgraciadamente para mí, me quedan dos estúpi...