"Jamás debió aparecer en ese video.
Jamás debió captar mi atención, ahora que la tengo en la mira, no la dejare escapar nunca."
"La tendré encerrada en un hermoso jardín como una mariposa libre volando, pero en este caso en mis manos."
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Oscuro, mi...
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~ TESSA ~
—¡Te he dicho que me sueltes!
Sus brazos sólidos me bajaron con total suavidad, como si temiera lastimarme más de lo que ya estaba. Lleve una mano a mi nariz limpiando la sangre que solo logré que se recorriera a mi mejilla.
Tessa me acorrala contra la pared tomándome la corbata molesta, conozco esa mirada, se muere por las ganas de besarnos y sabe que no puede molestarse conmigo.
Al inmediato que ella me empuja contra la pared todos los hombres alzan sus fusiles apuntándole directamente a la cabeza pero ella no se inmuta ni siquiera retrocede en cambio se acerca más a mi desafiante a mis hombres como si no le diera miedo ser lastimada nuevamente.
Tensó mi cuerpo llenándome de rabia que es acumulada en mi ser, una vena sobresaliente de mi cuello. Mi mandíbula tensa, mis manos que se aferran bien apretadas y mis dientes rechinando. Mi mirada asesina los mira a todos con total advertencia letal como si fueran estacas apuntó de atravesarlos.
—Si alguien le hace daño a mi mujer, les dispararé yo mismo.
Sentencie con mi sangre hirviendo de furia al ver como amenazaban con apuntarle a ella.
—Nadie puede lastimarla ni apuntarle o si no yo mismo me encargare de ellos—dije con voz grave y ronca. La profundidad de mi tono oscuro—. Ella es la única que puede tratarme de esta manera, queda claro.
Todos bajaron sus armas asintiendo con sus cabezas bajas.
Tessa los miraba a cada uno, esos ojos inocentes y dulces ahora tenían un brillo de frialdad amenazante.
—Parece que el efecto Delereux es contagioso—murmure con diversión.
Concentre mi vista en la sangre que está en mi mano.
—Espera aquí—murmuró encaminándose al baño—, iré por el botiquín.
—Estoy perfecta, sabes que siempre lo estoy—me levante de la cama—. No hay necesidad de-
No pude dar ningún paso cuando sentí mis piernas fallarme, mi cuerpo ponerse rígido ante el primero movimiento que di. El dolor en mi cuerpo se había hecho sin más fuerte y era insoportable.
Era la primera vez que me agarraba a golpes con una mujer.
Apreté los labios sin moverme clavando mis pies en el suelo, sabía que si hacía un movimiento más caería y no dejaría que eso sucediera frente a Zayn. Menos con sus guardias cerca.
