|Capítulo 34|

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Tessa.

—Yo no necesito señoritas ni damiselas, aquí quiero guerreras, diosas del poder de carne y hueso que sepa destruir inclusive con palabras, volar sesos y desde ya serán creadas. Su verdadero entrenamiento empieza desde hoy.

Escucho la voz de Kristen con atención quien tiene su mirada fija en mi desde que inicio.

Debo entender que no estoy en un cuento de hadas donde espero ser salvada y debo aferrarme a la realidad de que mi príncipe no vendrá a por mi. Estoy sola en esto y para ello necesito ser cada vez mejor porque no puedo esperar por un milagro de fantasía que no ocurrirá.

Flynn nunca vino a rescatar a rapunzel de la Torre y yo no esperaré a que vengan por mi, lo doy por perdido y debo seguir entre lágrimas de amargura.

Estoy en la guerra cruel y aquí no hay debilidad: Guerrera del amazonas.

Peleó con excepción desatándome en el entrenamiento una y otra vez. No tengo piedad ante mis ataques mientras me encargo de las demás guerreras a mis costados acorralándome sin escapatoria, me posiciono bien en mi lugar y comienzo a atacar esquivando golpes evadiendo hasta que logre contraatacar a cada una tumbando las con su propio peso.

El golpe de Kristen casi me derriba, pero me mantuve firme. El sudor caía por mi frente, y mis músculos gritaban por el agotamiento, pero no me permitiría detenerme. No después de todo lo que había pasado.

—Vamos, Tessa, sé que puedes hacerlo mejor que eso —dijo Kristen, su tono retador pero con una sonrisa. A pesar de que había recibido más golpes de los que me gustaría admitir, ella siempre encontraba la manera de animarme. Nos entrenábamos todos los días, como si nuestra vida dependiera de ello... porque así era.

Cada vez que lanzaba un golpe o esquivaba uno de sus movimientos, recordaba la razón por la que lo hacía: salir de este infierno, liberar a las chicas que, como yo, estaban atrapadas en el burdel VIP. No todas tenían la suerte de tener una amiga como Kristen, y no todas tenían la fortaleza para resistir como lo hacía yo.

Zayn... si supieras dónde estoy ahora, me salvarías, lo sé. Pero no puedo esperar por ti. Necesito ser más fuerte, por mí, por las chicas.

Kristen me lanzó una patada, y logré bloquearla justo a tiempo, aunque el impacto recorrió mi brazo como una descarga eléctrica.

—Eso es, sigue así —dijo, retrocediendo un poco mientras intentaba recuperar el aliento. Nos detuvimos un momento. Miré alrededor de la sala de entrenamiento, apenas iluminada, el eco de nuestra respiración llenando el espacio vacío.

—Kristen... —empecé, pero no sabía cómo terminar la frase. Ella me miró, entendiendo lo que no podía decir.

—Saldrás de esto, Tessa —su voz era firme, segura—. Eres más fuerte de lo que crees.

Asentí, pero mis pensamientos estaban en otro lugar. En él. En RX. En lo que me hizo. No podía permitirme flaquear, no ahora. No mientras ese monstruo seguía buscándome. El nombre "Roman Xidirvo" me quemaba como fuego cada vez que lo escuchaba, como una cicatriz que nunca se curaría. Pero no dejaría que me destruyera. No.

Kristen me palmeó la espalda, sacándome de mis pensamientos.

—Vamos, hora del espectáculo. No puedes dejar que esos idiotas piensen que han ganado.

Me miré en el espejo, respirando profundamente antes de entrar al salón principal. Mi cabello castaño corto enmarcaba mi rostro, los ojos verdes aún con una chispa de desafío, a pesar de todo lo que había vivido. Las luces del burdel VIP eran cegadoras, el humo de los cigarrillos llenaba el aire y el sonido de las risas de los clientes resonaba en cada rincón.

HAUNTING BUTTERFLY (Lobo y conejo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora