Eider.
Mis ojos duelen bastante porque no he parado de llorar desde que Jungkook se desplomó en el suelo. Mis párpados están hinchados y tengo ojeras. El maquillaje no sirve para nada ahora. No me ayuda en mi aspecto, cosa que no me importa.
Robert ha sido un amor. Me ha acompañado estos días y, además, ha compartido su piso conmigo. Me ha dicho que si necesitaba algo, que se lo dijera rápidamente.
Lo he visto corriendo por el apartamento cuando pronunciaba su nombre. Me ha hecho reír como si fuera un bebé que se parte de la risa con algún sonido o movimiento. No sabe lo agradecida que estoy por ayudarme en este momento dejándome un lugar donde quedarme y haciéndome reír.
Es un encanto de chico y Martina también. No se parece a mí porque es una chica callada y sonríe con cada frase que digo. Me parece una chica muy dulce y estos dos son una pareja perfecta. Ambos son amables y son un encanto.
He visto cómo sonreían cuando estaban completamente solos. Me escondía detrás de alguna puerta entreabierta. Robert cogía su mano con dulzura y ella sonreía sin parar. Luego se la llevaba a los labios y Martina se derretía. Estaba a punto de besar su mano, pero prefirió besar los labios de la chica.
Sonreí mirándolos y me di la vuelta. Me encerré en la habitación donde me estaba quedando y me senté en la cama. Miré mis manos y suspiré pensando en Jungkook.
Ha pasado un mes desde que está en el hospital. Su cuerpo no se ha movido. Respira, pero no despierta. El doctor me ha dicho que está sufriendo un coma y que no sabe con exactitud cuando despertará.
Me quiero quedar en Australia hasta que despierte, pero sé que estoy tirando mi carrera a la basura. No he diseñado absolutamente nada desde que vine aquí. Alessandro me ha llamado varias veces preguntándome cómo está Jungkook y cómo estoy, pero también me preguntó cuando volveré.
Siempre le decía que no sabía muy bien cuando regresaría. Mi prima Jules me ha pedido que vuelva a casa y que siga con mi trabajo. Me aseguró que Robert me mantendría informada. Sé que lo hará, pero no quiero alejarme de Jungkook.
Jules no es mala persona. Solo es realista, demasiado diría yo. Me ha dicho que no pinto nada en Australia porque cada día es igual que los anteriores. Jungkook no despierta y estoy metida en esa habitación la mayoría del tiempo, haciendo nada. Y además, no estoy trabajando ni diseño nada. Tampoco busco una fecha para que se vuelva a hacer el desfile.
Niego intentando que mis pensamientos desaparezcan.
Por suerte, alguien toca la puerta antes de que empiece a hacer la maleta.
—¿Eider? —es la voz de Robert.
—Adelante.
Entra en la habitación y frunce el ceño cuando ve que mis manos están sujetando mi maleta.
—¿Te vas? —me pregunta acercándose a mí—. ¿No he sido lo bastante amable para que te quedes más tiempo? —sonrío un poco y doy varios golpecitos a mi lado para que se siente en la cama.
Se sienta y tomo una de sus manos. Miro la mano que he cogido y luego miro su rostro.
—No es eso, Robert. Eres un encanto de chico y no sé cómo agradecerte todo lo que has hecho por mí —sonríe un poco y coloca uno de mis mechones detrás de mi oreja—. Me tengo que ir.
—¿Qué? —alza la voz con el ceño fruncido—. ¿Qué estás diciendo, Eider?
—Me quiero quedar, pero tengo mucho trabajo que hacer en Inglaterra. Ahora dos terribles miedos me están matando —contengo las lágrimas y acaricia mi mano.
—¿Cuáles son esos miedos? —lo miro con lágrimas en los ojos y él me dedica una dulce sonrisa sin enseñar los dientes.
—Destruir mi carrera y perder a Jungkook.
Al pronunciar su nombre, me echo a llorar y escondo mi rostro en mis manos. Robert acaricia mi espalda abrazándome.
—Escúchame —me pide y le presto atención sin parar de llorar—, tu carrera no se irá a la mierda. He visto, por internet —se ríe un poco y sonrío entre lágrimas—, que estás haciendo un gran trabajo y eso es muy increíble. Y además, no perderás a Jungkook.
Me alejo un poco de él para mirarlo y acaricia mi mejilla.
—No perderás a Jungkook —repite y deposita un beso en mi frente. Un beso que dura largos segundos y me tranquiliza.
ESTÁS LEYENDO
𝐖𝐎𝐑𝐊
FanfikceQue te engañen es demasiado fácil, pero es todavía más fácil cuando te engañan en el trabajo. Jeon Jungkook tiene que mudarse a Australia para comenzar a trabajar en una empresa muy importante. Su prometida se queda en Corea extrañandolo. Pero esto...