Sobre la pequeña mesa de madera oscura se encuentran unos cuantos papeles que conozco perfectamente. Son los dibujos que hice en Inglaterra. No presentan ningún color porque no quería arriesgarme a destrozar los dibujos con alguna mala combinación de colores. Algunos de estos papeles en blanco están manchados de color negro y otros de color gris. Es decir, unos han sido dibujados a bolígrafo y otros a lápiz.
Siento un ligero aire debajo de la mesa y me pregunto qué puede ser. Así que miro debajo de esta y encuentro las piernas cruzadas de mi jefa. Una de ellas se mueve hacia adelante y hacia atrás.
Rápidamente al ver lo que hay debajo de la pequeña mesa, alzo mi vista y comienzo a remover el café que tengo delante. Mi mirada va hacia el cartel de la coqueta cafetería en donde estamos. Nos encontramos en la terraza de este local.
—Jungkook, te felicito —dice Soyeon con una sonrisa extendiendo una hoja de papel para que la coja. Sus ojos me miran debajo de sus gafas para leer, las cuales me parecen realmente caras.
Tomó el papel y leo. Me está pidiendo, por escrito, que dibuje dulces dibujos para un cuento de niños. En la parte superior, como no, aparece el nombre de la empresa en la que estoy trabajando.
Suelto todo el aire que he contenido en mis pulmones sin siquiera darme cuenta. Una gran sonrisa aparece en mis labios y lo primero que se me pasa por la cabeza es contarle esta espectacular noticia a Eider.
—Nos ha encantado la manera en la que dibujas. Nunca antes he visto dibujos así de tiernos en todos estos años. Ni en libros ni en los tantos papeles que me han entregado mis empleados —explica mirándome sin parar y se acomoda en la silla—. Estás haciendo un gran trabajo, Jungkook. ¡Y eso que llevas aquí solo una semana!
Lo último lo dice con una gran alegría y sonrío más.
—Muchas gracias, de verdad —digo con el papel en mis manos. Pestañeo y dejo, por fin, el papel sobre la mesa—. Esto significa mucho para mí.
Su única respuesta es una dulce sonrisa y acaricia sus propias manos mientras sus codos descansan en la mesa.
—¿Me disculpa un momento? —pregunto y ella asiente alzando un poco las manos.
Cojo mi móvil de la parte interior de mi chaqueta y me levanto de la silla. Me alejo lo suficiente de la mesa para que Soyeon no escuche nada. Llevo el pequeño aparato a mi oído después de seleccionar un contacto y espero a que coja mi llamada.
—¡Eider! ¡Nena! —grito sin darme cuenta con una gran felicidad. Mi sonrisa no se borra de mi rostro.
—No está disponible —contesta una voz masculina y mi cara cambia totalmente. Tengo que agarrar con fuerza mi móvil para que no se caiga al suelo.
Este hombre cuelga y me quedo allí con esta alegría destruida.
No me considero un chico celoso, pero debo decir que tengo mis momentos de celos porque Eider es completamente mía. ¡Va a ser mi esposa en un abrir y cerrar de ojos!
Vuelvo a la mesa con mi móvil en la mano. Me sorprende que siga sosteniéndolo y que no esté en el suelo.
Soyeon me mira y frunce el ceño un poco.
—¿Ha ocurrido algo? —pregunta preocupada y sé que se levantará de la silla, pero yo soy más rápido que ella y me siento en la silla en la que estaba antes.
—No... —comienzo casi tartamudeando—. No era ella —digo finalmente y mi mirada se pierde, pero consigo ver a mi jefa. Su rostro sigue preocupado.
—¿Tu hermana? —pregunta sin quitar los ojos de mi rostro.
—Mi novia —hago una pausa y pestañeo—. Ha respondido un hombre. No era ella —repito.
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𝐖𝐎𝐑𝐊
FanfictionQue te engañen es demasiado fácil, pero es todavía más fácil cuando te engañan en el trabajo. Jeon Jungkook tiene que mudarse a Australia para comenzar a trabajar en una empresa muy importante. Su prometida se queda en Corea extrañandolo. Pero esto...