Capítulo 13

3.6K 180 15
                                    

—¿Así que vas a pasar todo el día durmiendo? —escucho su hermosa voz mientras tengo mi móvil cerca de mi oído.

—No sabes lo que es estar dos días viajando, cariño —digo sonriendo y suspiro. Me muevo un poco en la cama y alejo el móvil de mi oído. Cambio a videollamada y espero que responda esta llamada.

—¿Y ahora videollamada? —ríe y, por fin, la acepta. Lo primero que ve es la cama en donde me encuentro. Solo puede ver mis piernas debajo de la sábana blanca—. Bonita habitación, pero oye, necesito ver a mi chico.

Destapo mis piernas y muevo la cámara hacia mi entrepierna, enseñando así mis bóxers, parte de mis muslos y mi barriga.

En su rostro aparece una sonrisa y muerde su labio inferior. Inmediatamente, se sienta en la cama y puedo ver más de ella. Su cuerpo está escondido debajo de ese pijama calentito. Casi nunca usa este pijama porque dice que es demasiado caliente. Eso significa que está bastante calentita en la cama cuando estoy con ella, así que ese pijama sobra.

—¿Te gusta lo que ves? —le pregunto y pienso que no me va a contestar porque está prestando demasiada atención a lo que ve ahora mismo. Los dedos de mi mano izquierda rozan la parte más íntima de mi cuerpo lentamente. Los ojos de Eider no se apartan de la pantalla.

—Me encanta —responde casi en un susurro, el cual me hace sonreír.

Veo cómo una de sus manos desaparece de la pantalla y puedo ver a mi chica mordiéndose el labio inferior.

—¿Qué estás haciendo, pequeña? —pregunto con tono curioso.

Su boca se abre para decir algo, pero no consigo escucharla porque mi oído se distrae con los golpes de la puerta principal de mi apartamento.

Pongo los ojos en blanco y gruño molesto moviendo mi cuerpo en la cama.

—¿Qué ocurre? —su voz ha cambiado. No es esa voz sexy que estaba escuchando segundos antes. Me siento en la cama y miro alrededor de la habitación buscando algo para ponerme.

—Alguien está tocando la puerta —respondo y escucho cómo suspira. Eider se acomoda en la cama y vuelve a suspirar.

—Ve a ver quién es —dice mirando hacia otro lado. Sé perfectamente que está molesta.

Cojo una bata de color negro del perchero y me la pongo rodeando así mi casi cuerpo desnudo. Dejo mi móvil en la cama y camino descalzo hacia la puerta.

Al abrirla, miro a la persona que está delante de mí. La miro de arriba abajo. Tacones rojos bastante altos, vestido negro hasta las rodillas, pelo rubio perfectamente ondulado y labios rojos.

Me apoyo en el marco de la puerta mientras mis brazos están cruzados en mi pecho. Una dulce sonrisa aparece en los labios de esta mujer. Sus ojos marrones destacan gracias a su maquillaje.

—Tú debes de ser Jeon Jungkook, ¿verdad? —pregunta con una gran amabilidad.

—Sí, soy yo. ¿Y usted quién es?

—Un placer, Jeon Jungkook —sonríe. De su pequeño bolso saca una tarjeta blanca y me la entrega—. Han Soyeon

𝐖𝐎𝐑𝐊Donde viven las historias. Descúbrelo ahora