Después de mandar varios mensajes a Eider y sin obtener ninguna respuesta, me siento completamente solo y esa gran felicidad que sentí hace ya dos horas ha desaparecido. En estas horas no he estado solo como yo creía que estaría. Soyeon ha estado en todo momento conmigo y ha intentado animarme.
Ruedo el pequeño vaso que hay delante de mí y, como hace dos horas, intento no llorar.
¿Por qué debería llorar? Ni yo lo sé. Lo único que sé es que no paro de pensar en qué puede estar ocurriendo allí. Con ella. Estoy en la otra parte del mundo y no estoy cerca de Eider, cosa que me está matando. Quiero saber qué está pasando y hago un esfuerzo por no tirarme de los pelos.
—Jungkook —la voz de Soyeon me saca de mis pensamientos. Froto mi ojo derecho con mi puño y miro a la mujer que está conmigo, la cual ha estado a mi lado como si fuera una amiga y no mi jefa.
—¿Sí? —digo y, al responder, sonríe un poco.
—¿Necesitas algo más?
Niego y llevo el borde del vaso a la boca. Trago el alcohol y me da un escalofrío al saborear este líquido. Nunca antes lo he probado.
Creo que el vaso estalla en mi mano por el gran golpe que escucho, pero solo veo el vaso en la barra y mi mano todavía lo sostiene. Lo dejo allí y me levanto del taburete.
—Debería de llamarme ahora mismo —me quejo y Soyeon se levanta de su taburete segundos después. ¿Acaso está intentando sostener mi cuerpo por si me caigo al suelo?
—Debería sí —asiente y su mirada va hacia mi pecho. Siento sus manos en mis costillas y creo que no me está acariciando, pero estoy equivocado. Sí que me está acariciando el pecho.
Me alejo un poco e intento no tropezarme con nada, pero mi cuerpo me traiciona. Mi mano izquierda agarra el borde de la barra e intento mantener el equilibrio.
Soyeon se acerca rápidamente a mí y coloca mi brazo sobre sus hombros. Uno de sus brazos me rodea la cintura con fuerza.
—Vámonos a casa —dice.
Ya en mi apartamento, nos encontramos en mi habitación y, por fin, me suelta. Pero eso no es todo, me sienta en la cama lentamente. Niego con la cabeza y me levanto quedando delante de ella.
—Tienes que descansar —me dice, pero suena más a una súplica que a una orden.
Sonrío sin saber por qué. Solo sé que mi cuerpo hace lo que le da la gana. Va solo y mi cerebro no le manda órdenes.
Nos quedamos en silencio y escucho cómo suspira.
—Espero que ningún gilipollas se la esté follando —suelto y sus ojos se abren como platos.
—Deja de pensar en tonterías y ve a la cama ahora mismo.
Suena como si fuera mi madre. Me río al escucharla y lo que obtengo a cambio es su mano empujando mi cuerpo hacia atrás, pero no soy el único que cae en la cama. ¿Acaso se pensaba que iba a caer yo solito?
Cuando me empujó, me aferré a su cintura y cayó encima de mi cuerpo.
Aparta su pelo de su rostro colocando varios mechones detrás de sus orejas. Su mano izquierda está ocupada, sosteniéndose en el colchón. Me mira y las luces del exterior iluminan su rostro. La miro con atención y no hago ningún movimiento.
Sus labios se curvan en una tímida sonrisa y pestañea varias veces mirando mi pecho, escondiendo así su rostro, pero puedo verla perfectamente. Un mechón de pelo ondulado se escapa de su oreja y vuelve a colocarlo.
Me mira de nuevo y estampa sus labios carnosos contra los míos.
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𝐖𝐎𝐑𝐊
FanficQue te engañen es demasiado fácil, pero es todavía más fácil cuando te engañan en el trabajo. Jeon Jungkook tiene que mudarse a Australia para comenzar a trabajar en una empresa muy importante. Su prometida se queda en Corea extrañandolo. Pero esto...