Muerdo mi labio inferior. Estoy dentro de mi coche de alquiler viendo el gran edificio que tengo delante de mis narices. Un edificio con grandes ventanas que me hacen pensar que esto es para que los empleados tengan inspiración allí dentro. Me incluyo. Soy un empleado de esta gran empresa y estoy de los nervios.
Miro mi cabello en el espejo retrovisor antes de abandonar el coche. Debería cortarme el cabello y teñírmelo de un color marrón oscuro, intentando así tener mi color natural.
Mi cabello no ayuda en absolutamente nada, solo me pone más de los nervios y me agobio. Sé perfectamente que no tengo que tener un aspecto increíble para ser parte de esta empresa, pero no sé qué pensarán los demás de mí. No tengo ni idea de lo que me espera allí dentro.
Los mechones se mueven cada vez que hago algún movimiento con la cabeza. Y lo único en lo que puedo pensar ahora es en mi jefa. Es una mujer muy atractiva y su aspecto es perfecto para estar metida en un edificio la gran parte del día. No se parece a mí en nada. No tiene ningún tatuaje en su piel y su cabello no presenta ningún color extravagante.
Suspiro cerrando los ojos y mentalmente pienso en la cuenta atrás para abandonar este coche que está aparcado delante de este gran edificio.
Tres, dos, uno y...
—Buenos días —una voz va dirigida hacia mí cuando salgo del coche, o eso creo.
Pestañeo y me encuentro con un chico con traje azul marino a mi lado. Su cabello es castaño y su barba está perfectamente cortada, no como la mía.
Maldita sea...
—Buenos días —saludo intentando sonreír. Cojo mi pequeña libreta con fuerza pensando que se me va a caer en un momento u otro. Agarro el asa de mi maletín marrón y cierro la puerta del coche.
—¿Eres nuevo? —caminamos hacia la entrada del edificio. Intento abrir la puerta y quedo en ridículo. He empujado la puerta para que se abra, pero no ha ocurrido nada. De regalo, este chico se ríe por lo que acabo de hacer—. Sí, efectivamente eres nuevo —tira de la puerta y esta se abre.
Mis mejillas se encienden e intento no mirar mucho mis pies. No vaya a ser que me caiga ahora delante de este chico y de otras personas.
—¿Estás bien? —pregunta caminando conmigo sin ningún rumbo. No sé a dónde ir y esto me pone cada vez más de los nervios.
Voy a contestar, pero una voz que ya he escuchado anteriormente habla primero:
—Bienvenido, Jeon Jungkook —saluda y allí la veo. Vestida con un vestido negro que le llega a las rodillas y con unos tacones marrones. Se acerca a mí con una dulce sonrisa. Sus labios están pintados de un color rojo intenso—. Espero que tu primer día sea magnífico.
Pues no es así de magnífico...
—Robert, puedes ir a tu oficina —mira al chico que está a mi lado y este asiente.
Camina por un pasillo y dejo de verlo cuando cruza a la derecha. La mirada de Jennifer se clava en mi rostro, pero también en la mano en la que sostengo mi pequeña libreta. Sonríe
—Acompáñame. Te enseñaré tu oficina.
Comienza a caminar y la sigo. Siento como mi pelo se mueve e intento no suspirar. No quiero que me escuche suspirando, no vaya a ser que piense algo raro sobre mí. Mi aspecto ya es suficiente para esta escena en mi nuevo trabajo...
Entramos en un ascensor y las puertas se cierran. Miro hacia el techo y siento su mirada clavada en mi rostro. Soy más alto que ella y veo cómo su pelo rubio se mueve ligeramente.
—¿Nervioso? —pregunta e intento no hacer ningún movimiento.
¿Y ahora qué respondo? Esto está siendo más difícil de lo que pensaba.
Aclaro mi garganta y sonrío un poco. Bajo mi mirada y me encuentro con la suya.
—Sí, un poco —miento. Sonrío como puedo y ella sonríe más que yo. Noto su mano en mi brazo y me mira con sus ojos castaños.
—No te preocupes y relájate. Aquí estarás bien —asegura con una cálida sonrisa y mueve un poco su mano en mi brazo—. Solo ignora las miradas de los demás.
¿En serio? ¿Ignorar sus miradas? Va a ser bastante complicado.
No presté atención a los trabajadores que se encontraban en la primera planta. Tenía la mirada clavada en mis zapatos negros y en mi jefa. De algún modo haciendo esto, ignoraba a las personas que estaban a mi alrededor y me sentí un poco más tranquilo.
Estos trabajadores tienen la ropa perfectamente planchada y su cabello está muy arreglado. Y allí estoy yo, con un traje de un gris oscuro y una camisa blanca bajo esta ropa. Sé que la camisa no está perfectamente planchada y tengo miedo de que alguien me critique si llegan a ver las arrugas.
Abandonamos el ascensor y creo que estamos en el cuarto piso. Salgo de este con varios pasos torpes y me encuentro con la mirada de Soyeon. Una mirada tranquila que no está dispuesta a reírse de mí.
—Vamos —señala el final del pasillo—. Ahí se encuentra tu oficina.
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𝐖𝐎𝐑𝐊
FanfictionQue te engañen es demasiado fácil, pero es todavía más fácil cuando te engañan en el trabajo. Jeon Jungkook tiene que mudarse a Australia para comenzar a trabajar en una empresa muy importante. Su prometida se queda en Corea extrañandolo. Pero esto...