Carlos.

1.4K 41 0
                                    

-¡No juegues con esto, Carlos!- Grito enojada.

-No estoy jugando con nada, Elizabeth.- Dice de forma cínica.

-¿Entonces que significan las fotos de Twitter?- Pregunto.

-No significan nada, sólo es una amiga.- Responde y yo desconfío.

-Sabes que esto puede ponernos en problemas a ambos, Carlos. Está bien que no seamos una pareja de verdad, pero yo me estoy esforzando para cumplir con el contrato que firme.- Expreso con intensidad.

-¿Eso es lo único que te interesa? ¿La imagen de una pareja perfecta?- Pregunta con confusión.

-Carlos, es en lo que quedamos, sabes que todo ha mejorado desde que firmamos esa hoja de papel.- Le recuerdo.

-Elizabeth, mírame a los ojos y dime que solo estás conmigo por ese maldito contrato, así sabré como tomar esta falsedad de ahora en adelante.- Me pide y yo bajo mi mirada.

-Carlos, ambos estamos juntos por eso.- Le digo y este me toma del mentón para que lo pueda mirar fijamente a los ojos.

-Dilo, Elizabeth, solamente dilo y cumpliré estrictamente con lo que dice el contrato.- Advierte.

Yo simplemente miro sus ojos y mi boca no es capaz de articular palabras para responder a su petición.

-Lo sabía, no estás conmigo solo por ese pedazo de papel.- Dice y yo cierro mis ojos.

-¡No, pero eso a tí te da igual!- Exclamo con lágrimas en los ojos.

-¿Crees que no te amo?- Pregunta.

-Nunca me lo has demostrado.- Le respondo.

-Permiteme demostrartelo, acabemos con esta farsa de una vez y amémonos, seamos solo tú y yo.- Propone y yo me quedo en silencio por un buen rato.

-No es tan fácil, Carlos, debemos pensarlo bien.-Le advierto.

-No debo pensar algo para saber qué quiero pasar toda mi vida a tu lado, vámonos a vivir a la playa, sé que siempre te ha gustado.- Propone y algo dentro de mí se emociona.

-Carlos... No quiero ilusionarme.- Le soy sincera.

-Te estoy diciendo la verdad, te amo más que a nada, Eli. Desde aquel día en la cabaña solo puedo pensar en ti, no hace falta un contrato en medio para querer estar contigo.- Confiesa y yo lo miro sorprendido.

-Pero... Lo de la cabaña paso hace años.

-Y no miento al decirte que no paro de pensar en ti desde entonces, quiero que abras tus ojos de una vez.- Me toma de la mano.

Me quedo en silencio. Siento la mirada de Carlos acechando la mía. Cortando toda tensión, el hombre que sostiene mi mano decide unir sus labios con los mío, y yo no dude en responderle, ambos lo queríamos.

Al inicio, el beso es tierno y suave, pero a medida que nuestro cuerpo pide más, este se vuelve pasional y un poco rudo.
Carlos quita mi abrigo de un solo movimiento y a pesar de que antes hacia frío, ahora solamente quiero estar sin ropa.
Sin dejar de besarnos, Carlos me recuesta en la cama de la habitación y empieza a quitar cada prenda de ropa que cubre mi cuerpo, al igual que yo hago con él.

Cuando ambos estamos completamente desnudos y necesitados, Carlos deja un par de besos en mis senos y baja para dar un buen espectáculo en mi centro. Siento su lengua y labios haciendo movimientos que me vuelven loca, yo solo jadeo y me sostengo de su cabello. Miento si digo que está será mi primera vez teniendo sexo con Carlos, por lo que él sabe exactamente cuando estoy a punto de venirme, así que se quita de mi centro dejándome confundida.

-Móntame.- Pide y siento que mis mejillas no pueden más de la sonrojez, sin embargo, le hago caso.

Él se tumba en la cama esperando a que mis piernas acojan su cintura, a lo que yo me subo encima de él y este acomoda con una sola mano, su miembro en mi entrada. Pone sus dos manos en mis caderas y yo bajo lentamente hasta sentirlo todo completo dentro de mí e intentando acoplarme a su tamaño. Cuando me siento más cómoda y segura, empiezo a subir y bajar lentamente, cosa que lo vuelve loco. A medida que la situación se torna más caliente, Carlos me ayuda a subir y bajar mucho más rápido, causando que mi clítoris se restriegue contra su pelvis y generando un ruido obsceno pero candente.

No sé cuándo duramos en esa misma posición, pero para mí todo paso rápido, aunque el reloj de la mano de Carlos decía lo contrario. Y sin esperarlo, Carlos me bajó de él y, con fuerza, me tumbo en la cama poniendo su mano en mi cuello y ubicando mis piernas en su cuello. Literalmente grité cuando se enterró en mí de una forma brusca pero adictiva, él nunca se detuvo, siguió con sus fuertes movimientos y, en pocos minutos me tenia soltando líquidos y dejando la sábana mojada, él no tardo mucho en eyacular, y cuando lo hizo, dejé que fuera dentro de mí. Podía sentir su líquido caliente llenar mi ser y luego regarse por todas mis piernas.

-¿Quieres darte una ducha?- Pregunta y yo solo asiento, la verdad, tengo verguenza de mirarlo a la cara luego de la manera en que follamos.

Carlos se levanta de la cama y me extiende una mano para que yo me pueda levantar también. En el momento en que mis piernas tocaron el piso, sentí derrumbarme, mis piernas flaqueaban y no se sostenían solas, por lo que Carlos optó por llevarme cargada hacia el cuarto de baño, y yo me sentía como una princesa.

Él abrió la llave de la bañera para que se llenara, pues al ver que yo no podia sostenerme para entrar en la tina, decidió optar por otra opcion más fácil.
Mientras la bañera se llenaba, este me iba limpiando las piernas con toallas húmedas, yo solo podía observar lo lindo que era.

-¿Por qué me miras así?- Pregunta curioso.

-¿Así cómo?- Le preguntó.

-No me respondas con otra pregunta, Eli.- Dice.

-Está bien, Carlos.- Le respondo y este toma mis labios para dejar un tierno beso.

Me mete en la bañera y el entra conmigo, yo recuesto mi espalda en su pecho y él se encarga de hacerme cariñitos en el cabello.

-Te amo, Elizabeth.- Confiesa y yo me volteo para mirarlo a los ojos.

-Te amo más, Carlos. Y, volviendo al tema de la casa en la playa, y vivir juntos, creo que me interesa.- Le digo.

-¿Enserio?- Pregunta y yo asiento.

Carlos me abraza de la emoción y empezamos a dar detalles sobre como queremos que sea la casa, él siempre los da pensando en nuestros futuros hijos, y yo solo lo escucho con mi corazón envuelto en alegría.

One Shots || Fórmula 1 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora