Daniel.

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Desde que el juego empezó ninguno lo pudo parar nunca más. Ambos sabíamos que era moralmente incorrecto, ¿nos importo? No.
Estar en sus brazos era sentirse en el paraíso del pecado. Amaba sus caricias, sus besos, su forma de ser.

Cuando Daniel y yo nos conocimos, todo se fue a la borda. Yo estaba a punto de casarme, él asistió a mi despedida de soltera con sus amigos. Intenté resistir lo más que pude, pero al final terminé sucumbiendo ante el deseo. Lo hicimos en el baño del bar sin pudor alguno. Cuando la ensoñación termino, yo pensé en mí prometido. Prometimos que no pasaría nada más, fue un simple desliz y nadie tendría que enterarse de ello. Y se cumplió... La última parte.

Al ser hermano de una de mis amigas, muchas veces lo veía, y el a mí, durante esas visitas a la casa de mi amistad, Daniel y yo jugábamos con fuego, la adrenalina se había vuelto parte de nuestros encuentros. Por más que intentamos separarnos, no había fuerza de voluntad por parte de ninguno.

Últimamente, mi mundo se convirtió en un desastre. Quería a Daniel, más de lo que me gustaría admitir, pero mi prometido era algo... aparte. Él tenía mucho, mucho poder, y temía que pudiera hacernos algo a Dani y a mí. Sin embargo, mi amante se empeño en meterme la idea a la cabeza de que nos fuéramos a vivir juntos sin decirle a nadie, así que me sentia en una encrucijada.

Irme a vivir con Daniel, teniendo riesgos de que nos hicieran algo malo.
O
Quedarme viviendo una vida completamente monótona con un hombre que no quería.

Tome el valor suficiente y me decidí por la primera.

—Hola, Dani. Creo que ya tomé una decisión.— Le digo cuando este contesta mi llamada.

—Sea lo que sea, quiero que sepas que te amo, y nunca podría considerar lo nuestro un error, espero que tú tampoco— Responde y mi corazón palpita fuertemente.

—Quiero estar contigo, pero... Tengo mucho miedo de lo que pueda pasar.— Le confieso.

—No te preocupes por tu marido, haré hasta lo imposible para que nos dejen en paz si llega a molestarnos.— Dice tranquilizandome.

—Voy a hacer mis maletas...— Le digo.

—No, Jennie. Coge lo más necesario, te compraré todo lo que necesites, tan solo necesito estar en nuestra casa, contigo.— Me dice y yo le obedezco.

—Pasaré por tí a las 10, te amo.— Se despide y yo le correspondo el sentimiento.

Bajo a la sala y allí está mi marido viendo un partido de béisbol, me siento a su lado y este ni se inmuta.

—Sabes que no me gusta que me interrumpan mientras veo partidos.— Me recuerda.

—No te estoy interrumpiendo.— Le contesto.

—Justo ahora lo estás haciendo.— Dice y yo ruedo mis ojos.

—Supongo que ese partido vale más que yo para tí.— Le respondo, enojada.

—No hagas drama, por favor. Bastante tengo con An... Con Antonio.— Dice de forma nerviosa esa última palabra.

—¿Antonio?¿Qué hizo?— Pregunto, Antonio es el portero de la casa.

—Él... Él perdió unos paquetes que me pertenecían.— Dice y yo puedo notar la mentira en su voz, Pablo nunca ha sido bueno mintiendo.

—Oh, ya veo.

De repente, una llamada llega a su teléfono y el decide contestarla rápidamente, sale al jardín y lo observo riendo mientras habla, luego de colgar llega a la sala de nuevo.

—¿Por qué me miras así?— Pregunta.

—¿Llamada importante?— Le cuestiono.

—Sí, de hecho, se me está haciendo tarde para un compromiso, vuelvo más tarde.— Sabía que ese "vuelvo más tarde" sería, regreso mañana, de igual forma, para mí sería mejor.

Pablo sale y yo me quedo sola en la casa, llamo a Antonio y él viene rápidamente.

—¿Me necesita, Señora Jennie?— Pregunta cortésmente.

—¿Sabes quién es Daniel, cierto?— Le preguntó, pues para mí no es un secreto que me ha visto besándome con él.

—Sí... Es el hermano de su amiga Michelle.— Responde genuinamente.

—Y mi amante. Antonio, ya no quiero seguir con Pablo, así que... Me iré con Daniel.— Le confieso, pues me quiero despedir de la única persona que me cae bien de la casa.

—Señora Jennie, sabe usted que Pablo es un hombre muy agresivo en algunas ocasiones... No quiero que le pase nada a ninguno de los dos.— Me advierte y yo asiento.

—Me iré lo más lejos de él, pero quería despedirme de tí, eres la persona que mejor me cae de esta casa.— Le confieso.

—Muchas gracias, señora, yo la voy a extrañar mucho.— Me responde y yo le doy un pequeño abrazo.

—Sabes que si necesitas algo, puedes comunicarte conmigo o con Daniel, ¿está bien?— Le digo y el asiente.

—Muchas gracias, espero que le vaya bien con el joven.— Dice.

Me despido de él con otro abrazo más largo y luego, voy a mí habitación a recoger lo más importante.

Miro los cuadros, mi ropa, y todo lo que hay ahí que realmente no me pertenece. Al llegar más 10, recibo una llamada de Dani diciéndome que ya está afuera, dejo una nota de despedida en la mesa de noche y salgo con mi bolsa y un pequeño abrigo. Estando afuera me vuelvo a despedir de Antonio, me encuentro con Daniel esperándome en su coche y por fin, siento que tomé una buena decisión.

—Gracias por elegirme, Jen.— Me habla Daniel juntando nuestras frentes.

—No había nada que elegir, Dani, siempre fuiste tú.— Le respondo y este me besa ferozmente.

Nos vamos rumbo a un país lejano en donde estaremos mientras Pablo asimila mi escapada, con Daniel me siento feliz, libre... Me siento yo, y eso es todo lo que una vez quise.

Los días pasaron rápidamente, y aunque Pablo me buscó en varias partes, nunca dio con mi paradero, supuse que se habia rendido cuando ya no habia rastro de él en nuestras vidas.
Mi relación con Daniel fue fácil, sentía que ambos estábamos hechos el uno para el otro, amaba nuestra casa al frente de la playa y las muchas veces que me confesaba todo el amor que sentía por mí frente a esta.

Continúe con mis estudios de ingeniería, y él me apoyaba en todo, ambos éramos jóvenes con muchas metas por cumplir juntos, de la cual, lo primero que hicimos fue casarnos, una celebración pequeña, pero linda. Sólo necesita sentir el amor de Daniel para estar completa, luego, adoptamos un pequeño cachorro con la misma personalidad de Dani, y muy pronto la casa se fue convirtiendo en nuestro hogar, y con el pasar de los años, ya no fue hogar de dos enamorados y un perro, sino de dos enamorados, un perro y dos dulces niños que nos tomaron por sorpresa.

....
Corto, bonito.
Gracias por el apoyooo. 😭♥️

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