Hoy es la fiesta de la que tanto se ha estado hablando últimamente, donde se presentarían los máximos referentes del automovilismo. Papá es de los máximos inversionistas en la fórmula 1, por ende, muchas de nuestras riquezas provienen de allí, y, siendo así, la fiesta se celebraría en el jardín de nuestra casa. Para mí siempre había sido un problema estar rodeada de gente, pero, felizmente mi papá no me obliga a interactuar con sus socios.
Por suerte, mi habitación queda un poco alejada de donde se llevará a cabo la reunión de estos señores millonarios, y donde, obviamente habrán cámaras observando los movimientos de estos.
En este momento, estaba cursando el séptimo semestre de negocios internacionales, y próximamente, me iría a Alemania para llevar a cabo unas actividades de la universidad. La idea era buenísima, claro, pero me iría sola y sin saber nada de alemán, por lo qué empecé a tomar clases desde hace pocos meses, y, aunque pensé que sería fácil, no lo es, en absoluto. Mi mente cada vez entiende menos y se estresa más, por lo que me daba por rendida, iría hablando inglés y teniendo a mí mejor amigo de la mano, o sea, al traductor.
Hoy tendría una clase virtual de alemán, y, aunque no quería, debía entrar.Por la ventana veía a varios hombres entrando con sus mujeres de la mano y mis padres se encargaban de saludarlos felizmente. Estaba aburrida en mi habitación, escuchando hablar a mi profesora a la cual pocas veces se le entendía algo. Decidí bajar a la cocina a escondidas para ir por un snack, pues en mi habitación ya no tenía ninguno.
Mi outfit no era digno de la fiesta qué se estaba dando en el jardín, mientras mi madre tenía un vestido blanco largo y varias joyas, yo vestía unos vaqueros tipo campana de tiro bajo y un top de finos tirantes.Decido ir en busca de lograr mi misión, así que me escabulló por los pasillos para que nadie me vea, pero, en medio de mi asombrosa misión, siento unas manos en mi cintura e intento gritar pero mi boca es sellada por una fuerte mano.
—¿Quién eres?— Pregunta una voz ronca y suelta su agarre de mi para permitir que lo mire de frente.
—¿Quién eres tú? ¿Por qué me tocas?— Le pregunto enojada.
—Soy Max Verstappen, un gusto.— Responde tomando mi mano, pero rápidamente la aparto.
—Le diré a papá que invito un depravado a la casa.— Expreso enojada y con la intención de irme.
—¿Eres la hija de Albert?— Pregunta sorprendido.
—Sí, ¿por qué?— Pregunto.
—Creí que su hija tenía 15 años o algo así.— Dice y yo río.
—Creiste mal, rubio.— Le respondo.
—¿Qué hacías?— Pregunta curioso.
—Iba hacia la cocina.— Le digo sonriendo.
—¿Por qué no estás en la fiesta con tus papás?— Pregunta y noto que es un hombre muy curioso.
—Porque no quiero relacionarme con todos esos señores.— Le soy clara.
—¡Hey! No sólo hay señores allí, mirame a mí.— Dice y yo lo miro detalladamente, tiene el cuerpo en buena forma y unos musculos de infarto. ¡No babees por un desconocido, Ashley! Pero, Dios... Esos brazos.— ¿Hola?— Dice y vuelvo a la realidad.
—Pues... tampoco es que te veas muy jovencito.— Le digo y este me mira mal.
—Eres grosera, le diré a tu papá.— Me acusa y yo ruedo mis ojos.
—¿Qué hace un joven como tú aquí rodeado de señores que solo hablan de dinero, mujeres, autos y más mujeres?— Le pregunto con curiosidad.
—Pues, tu papá básicamente es el jefe de mi jefe, nos invitó y aquí estamos, me he bebido más de seis copas de champán y, por cierto, ese jamón de allí está delicioso.— Me señala un lugar y mi estómago pide a gritos probarlo.
—Ahora que mi misión se vio atravesada por un hombre joven y entrometido, tendrás que ir a conseguir comida de allí para mí.— Le sonrió y este me mira incrédulo.
—No pretenderás que robe comida para tí, ¿cierto?— Me pregunta.
—No te la robarás, sólo es... por una necesidad.— Le digo sonriente.
—¿No es mas fácil pedirle a tus padres?— Pregunta y yo niego.
—Me matarán si me ven en estas fachas, además, la adrenalina es mejor.— Le digo con coqueteo.
—Tienes razón, me gusta la adrenalina.— Sonríe.
—Entonces, cumple tú misión y nos veremos aquí. Yo iré por una botella de vino.— Le guiño un ojo y él se va sin levantar sospechas.
—¿Ya conociste al señor Verstappen?— Me pregunta Grace, una de las señoras del servicio de la casa.
—¿A Max? Sí, está lindo.— Digo sin medir mis palabras.— Pues... Es buena persona.— Río nerviosa.
—Los vi hablando muy animados en el pasillo.— Confiesa.
—Le encomendé la misión de robar algo de comida del jardín, je.— Digo.
—Pero... Aquí hay comida, pudieron haberme pedido si tenían hambre.— Me dice y yo le sonrió.
—Como notarás, querida Grace, nos gusta la adrenalina. Yo vine por una botella de vino y dos copas, ¡te quiero, chaíto!— Me despido después de obtener por lo que vine y Max ya estaba en el pasillo.
—Mision cumplida.— Dice y nos dirigimos hacia mi habitación. Max tenía una bandeja llena de queso, jamón, sandwiches y otras cosas.
—¿Como fue que te trajiste todo eso?— Le pregunto sorprendida.
—Tengo mis métodos, bonita.— Me responde y yo me sonrojo.— ¿Sabes hablar alemán?— Pregunta al escuchar a mi profesora desde el portátil.
—¡Ya quisiera yo! En poco tiempo me iré a Alemania a cumplir con unas actividades de la universidad, y estoy intentando aprender un poco del idioma, pero no entiendo.— Respondo con algo de vergüenza.
—Yo te puedo enseñar, es mi idioma natal.— Ofrece y lo miro fijamente.
—¿En serio?— Pregunto.
—Si, no veo por qué no, además, me caíste bien.— Responde y yo solo lo abrazo de la emoción.
—¡Gracias!— Le digo sintiendo sus manos en mis caderas, cosa que altero mis hormonas.
Años después:
—¿Recuerdas cuando nos conocimos?— Pregunta Max acostado a mi lado.
—¿Cómo no recordarlo?— Rio suavemente.
Max acaricia mi abultado estomago y da besos a su al rededor.
—¿Crees que será niña o niño?— Pregunta con emoción.
—No lo sé, pero me emociona saber que tengo a nuestro bebé ahí. Serás un buen papá, Maxie.— Le digo abrazándolo.
—Gracias por ser mi motivo de seguir adelante, Ashley. No te defraudaré jamás, mijn liefje.— Dice y besa mis labios para luego empezar a darme cariñitos.
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One Shots || Fórmula 1
FanfictionHistorias cortas de todo tipo con nuestros amados pilotos.