Logan estaba siendo un niño rebelde. Hace pocos días le dio congestión, y, aunque pensamos que era solo algo del momento, eso se convirtió en fiebre y en dolores horribles para él. Yo estaba cuidándolo en todo momento, pero él insistía en que debía correr.
—¡Necesito correr, ya estoy bien!— Exclama con nervios.
—Logan, por Dios, tienes fiebre y estás sudando horrible, ¿quieres enfermarte más?— Le preguntó sin paciencia.
—Por fin estoy teniendo una buena temporada, no quiero echar a perder todo...— Me dice y yo corro a abrazarlo.
—Por una carrera a la que no asistas, no vas a dejar de ser el gran piloto que eres, debes ponerte bien.— Le aseguro con su torso entre mis brazos.
—No quiero perder por lo que tanto he luchado.— Confiesa con miedo.
—Deja de presionarte tanto, eres increíble. Lo harás bien cuando regreses, lo prometo.— Le digo y este se calma en mis brazos.
—Gracias por soportarme, no sé qué haría sin tí.— Me dice y yo sonrió.
—Duerme, sé que lo necesitas.— Le aconsejo y Logan me hace caso.
Por fin, se duerme y yo me siento más tranquila. Logan ya ha luchado mucho por todo lo que ha conseguido, y entiendo su miedo, él no quiere ser uno más del montón... Él quiere ser alguien grande, alguien que deje su marca de buena manera.
Me recuesto junto a Logan y caigo dormida junto a él.Horas después ambos despertamos y Logan parece sentirse mejor, aún así, me aseguro de llamar al medico para que venga y nos dé su punto de vista.
—Logan parece haberse recuperado, tal como por obra de magia.— Me habla el doctor.
—Esa siesta fue todo lo que necesitaba.— Exclama él.
—Entonces, ¿podrá correr mañana?— Pregunto y Logan mira al doctor esperanzado.
—Sí no empeora, por supuesto que sí.— Dice el doctor y ambos saltamos de la alegría.
—¡Gracias, gracias!— Chilla Logan apretando las manos del doctor.
—Mantente hidratado, Logan, mañana amanecerás más fuerte.— Le dice el doctor y luego se va, no sin antes dejarnos una lista de medicamentos con los cuales podemos combatir otros síntomas.
—¡Voy a poder correr mañana!— Recuerda Logan y yo río.
—Si sigues los cuidados que te mando el médico, claro que sí.— Lo abrazo con fuerza.
Logan, emocionado se fue a decirle a su jefe que ya tenía la autorización del doctor para correr mañana.
A la mañana siguiente sería la carrera y, aunque Logan no sé preparo en la clasificación, tenía toda la fuerza de voluntad para dejar ese puesto 20 del que iba a salir detrás.
—Suerte, amor. Sabes que eres capaz.— Lo reconfortó y el pega su frente a la mía.
—Lo sé, te amo.— Dice mientras da un pequeño beso en mis labios, luego se pone su casco y se prepara para salir a correr.
A pesar de que Logan empezó en el último puesto, había logrado adelantar algunos puestos, cosa que para mí era completamente un motivo de alegría, pronto había llegado al puesto 12, y las paradas en pits no se hicieron esperar. Logan volvió a caer al fondo de los autos, pero su ritmo era increíble, casi imparable, y, al final de la carrera todos nos emocionamos al ver cómo quedaba entre los cinco primeros. Era la primera vez que Logan quedaba tan cerca a la meta, por lo que todos los del equipo celebramos ese quinto lugar como una victoria, Logan sentía que su corazón se iba a estallar.
Logan se quitó su casco y me dio un fuerte beso, luego celebramos todos los puntos que había sumado.
—Siento que todo esto fue gracias a tí, eres como mi amuleto de la buena suerte.— Me dice y yo sonrió.
—Todo esto es mérito propio, Logan. Tú eres el mejor.— Le digo y este me carga entre sus brazos.
—Quisiera enfermarme más seguido entonces...— Dice el con una tonta risa.
—¡Ni lo digas!— Le digo y de repente un estornudo sale de mi.
—Oh, no...— Decimos los dos al mismo tiempo.
—¡Me enfermaste!— Le digo y ambos estallamos en risas.
—¿Te sientes caliente?— Pregunta inocentemente.
—Oh, sí, no sabes cuánto.— Le respondo en forma burlesca.
—¡Oye! No lo decía en ese sentido.— Dice y yo río.
—Solo te dije la verdad.— Le respondo y nos dirigimos hacia dentro, donde todo el equipo está.
—Debo ir a hacer algunas entrevistas, cuando llegue nos iremos directamente a casa a descansar, no quiero que te enfermes, ¿está bien?— Me pregunta y yo asiento.
—Claro que sí, ¡te amo!— Le grito y este me envía un beso desde el aire.
Definitivamente, Logan es el mejor chico de todos, pienso mientras siento mi cara roja y calurosa, lo que solo significa una cosa: fiebre.
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One Shots || Fórmula 1
FanfictionHistorias cortas de todo tipo con nuestros amados pilotos.