Por fin la semana de exámenes había acabado. Mis amigas y yo estábamos planeando salir esta noche, y estaba dispuesta a decirle sí a todo.
—Tengo dos propuestas.— Habla mi amiga Karina. —La primera es ir a una discoteca donde probablemente hayan muchos chicos guapos y terminemos borrachisimas.— Nos dice la primera opción.
—¿Y la otra?— Le pregunto yo.
—Ir a una carrera ilegal.
Todas nos miramos, sí, sin duda la segunda opción daba más adrenalina. Sin esperar más empezamos a organizarnos para salir al lugar de la carrera. Luego de estar completamente listas tomamos un taxi, pues aunque yo tuviera coche no quería arriesgarme a conducir estando borracha en un futuro, por lo que decidimos ser precavidas.
Al llegar al lugar noto que hay mucha más gente de lo que esperaba, pero así se sentía mejor. Las chicas se veían terriblemente hermosas, me gustaría tener el estilo de ellas. Llegamos a donde se supone que empezaría la carrera de autos, aún no estaban los pilotos pero ya se sentía la tensión en el ambiente, básicamente el lugar estaba dividido en dos bandos, por un lado estaba la gente con pañoleta verde que apoyaban a un tal "Scott" mientras que del otro lado y, donde había más gente gritaban "Hamilton", cuyo apellido me hizo recordar a alguien que conozco, sin embargo ignore esas señales. Mis amigas y yo no sabíamos a donde ir, por lo que nos quedamos en el lugar de gente nueva.
—Cuidado con Scott, sabes que juega sucio.— Escucho la conversación de dos chicos mientras voy por unas bebidas.
—-Descuida, sabes que soy el mejor.— Habla una voz que se me hace reconocida.—Suerte, Lewis.— Se estrechan de manos y mi boca está abierta de par en par.
Lewis voltea hacia mi para dirigirse a su auto, cuando me ve sus ojos se abren.
—Chiara, ¿qué haces aquí?— Pregunta al verme.
—¿Qué haces tú aquí?— Le cuestionó con reproche.
—¿George sabe qué estás aquí?— Hace otra pregunta.
—Demasiadas preguntas, Hamilton. Y no, George no sabe.— Le confieso.
—Entonces le diré para que venga por tí.— Contesta y yo río.
—Entonces yo llamaré a la policía para que vengan por tí.
—Chiara, no sabes la gente tan peligrosa que te puedes encontrar aquí, vete.— Me ordena, pero yo no estoy dispuesta a obedecerle.
—Vine con mis amigas y tú no me mandas.— Le respondo con brusquedad.
Lewis me toma de la mano y me lleva a un lugar más apartado.
—Chiara, no te puedo dejar aquí sin protección, llamaré a alguien que venga por ti y tus amigas.— Me avisa, yo niego.
—No, Lewis. Quiero verte correr.— Le confieso.
—Vaya, vaya, una motivación extra antes de correr.— Llega un tercero, Hamilton se tensa.
—Scott, lárgate.— Le ordena, quien reconozco como Scott viene con más gente a su lado, todos me miran a mi.
—¿Ayer no trajiste a otra chica?— Habla con la intención de provocarlo.
—¿Tanto te interesa con quién me acuesto?— Responde Hamilton con algo de enojo, mi única reacción es tomarlo de la mano con algo de nervios.
—Vamonos.— Le susurro con temor.
Hamilton toma con fuerza mi mano y salimos de ahí, noto sus músculos tensos y en su cara hay una expresión de enojo que se ve claramente.
—Por eso te digo que no quiero que te quedes sola, y ahora menos que saben que etas conmigo.— Dice, yo lo miro confundida.
—Pero, no estamos juntos.— Le recuerdo.
—Los demás piensan eso.— Responde.
—Pero, no me quiero ir...
—Mira, llamaré a alguien para que cuide a tus amigas, tú te subirás al auto conmigo.— Aclara, yo lo miro sorprendida.
—¿Estás loco? No me voy a subir a ese auto, posiblemente moriré.— Digo con algo de exageración.
—¿No me querías ver correr?— Pregunta.
—Sí, pero no así.
—Es eso o te vas a tu casa.— Me da esas dos opciones.
—Lewis, si me muero por tu culpa mi hermano te va a odiar por siempre, y sabes que George es muy vengativo.— Le recuerdo, Lewis ríe.
—Confia en mi, princesa.— Me guiña un ojo y mis piernas tiemblan por un momento.
Voy con mis amigas y les explico la situación, ellas me comprenden pero aún así no dejan de mirarme con picardía. Voy hacia Lewis y siento la mirada de toda la gente encima mío, poniéndome nerviosa.
—Conduce suave.— Le digo a Lewis mientras me subo a su auto.
—Puedo hacer otras cosas suaves, pero conducir no es una de ellas.— Responde riendo, mi inocencia no entiende lo que él quiere decir.
—Dios mío, no sé por qué acepté venir.— Susurro para mí misma.
Del otro lado de la pista veo a Scott y a una chica pelirroja a su lado, siento miedo y adrenalina a la misma vez. La bandera se baja y la carrera empieza, mi única reacción es cerrar los ojos fuertemente, escucho a Lewis hablándome pero no soy capaz de interpretar sus palabras.
—Chiara, abre tus ojos.— Pide, yo niego pero él insiste, los abro y por poco y mi corazón se sale.
—¡Estás loco, Lewis!— Le grito.
—Si ganó está carrera, sales conmigo.— Dice, yo lo miro incrédula.
—Aceptare porque quiero motivarte, no porque quiera hacerlo de verdad.— Miento.
—Sí, haré como que te creo.— Responde, inevitablemente miro sus manos sujetar el volante y... Wow, que manos. Su perfil se ve precioso y ese piercing de la nariz lo hace ver sexy como nunca antes.
Luego de curvas y de más gritos por parte mía, veo que estamos de primeros y Scott viene más atrás de Hamilton, amaría ver su cara de arrogante perdedor cuando crucemos la linea de meta. Por fin, la linea de meta se hizo visible, y sí, tal como pensé, Hamilton lo hizo. Había ganado una carrera, bueno, en realidad lo hizo Hamilton, pero seguro que la apuesta le hizo efecto en él y eso causo que ganaramos. Cuando bajamos del auto mi cabeza daba vueltas, pero Lewis me abrazó con fuerza, mis amigas aplaudían fuertemente y la mayoría de gente también lo hacía.
—Me debes algo.— Habla a mi oído.
—No lo recuerdo.— Juego con él.
—Pronto lo recordarás.— Exclama, yo sonrió.
—¿Me llevas a mi casa?— Le preguntó, tal vez hay algunas intenciones ocultas dentro de mí.
—¿O vamos a la mía?— Coquetea.
—Vas muy rápido, y no me refiero a los autos.— Río.
Luego de que los amigos de Hamilton lo felicitarán me subí a su auto, mis amigas decidieron tomar un taxi para no incomodarnos, pero yo les dije que no había problema e igualmente se negaron.
—Que gran actuación la de hoy.— Habla con éxtasis.
—Si George se entera, me mata luego que a tí.— Le digo, ambos nos reímos.
—Entonces que se entere de esto también.— Se abalanza sobre mi en su auto y me besa con pasión, no sabía por cuanto tiempo había estado esperando esto pero definitivamente lo necesitaba.
Nos besamos podría decir que toda la noche....
A veces me preguntó por qué Lewis tiene que ser tan hermoso.
ESTÁS LEYENDO
One Shots || Fórmula 1
FanfictionHistorias cortas de todo tipo con nuestros amados pilotos.