Max.

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Desde pequeña convivía con la familia Verstappen, y eso influyó en mi enamoramiento hacia Max. A los diecisiete me enamoré perdidamente de él, pero... Él nunca se fijo en mi, tan solo me veía como una hermana o algo así.

Cuando mi papá murió, Max fue mi mayor apoyo, pero sabía que él tarde o temprano se iría a cumplir sus planes, o mejor dicho, los de su padre.

Habían pasado dos años desde que no veía a Max en persona, aún veía las noticias sobre él y cada carrera en la que corría, con su hermana aún mantenía el contacto, pero, me dolia saber que en la mente de Max yo no ocupaba ningún lugar.

—¿En qué piensas?— Pregunta el hombre que duerme a mi lado.

—En lo bien que estoy contigo.— Le sonrió falsamente.

Por otro lado, estaba Matthew, un hombre que mamá me había presentado con ciertas intenciones. Al principio, creí que no seríamos nada más que una amistad, pero desde la primera vez que nos acostamos juntos por error fue inevitable que no ocurriera de nuevo, mi mamá era la más feliz con nuestra relación falsa, ya que él y yo sabíamos que lo nuestro solo era sexo, pero mamá no.
Sin embargo, mi corazón le pertenecía a un hombre que hace años no veía.

Veo en la pantalla de mi teléfono una llamada entrante de Victoria, y siento que no pudo llamar en mejor momento.

—Hola, Vic.— La saludo levantándome de la cama.

—Buenos días, bella durmiente. Tengo una súper noticia.— Me dice y, yo la escucho atentamente.

—Espero que no sea otro embarazo...— Río.

—¡También espero eso! Sin embargo, no se trata de eso. Max estará aquí en la tarde, me acabo de avisar... ¿qué te parece si pasamos la noche como antes, los tres juntos?— Me dice y yo solo me concentro en la frase que dice que Max estará aquí.

—¡Sí! Claro que sí.— Exclamo y nos despedimos, cuelgo la llamada con una emoción creciente en mi pecho.

Voy a la habitación a ponerme la ropa y salgo sin darle explicaciones a Matthew, él no las necesita. Necesito ir al spa y a la peluquería para estar lista, mi meta es que Max se de cuenta de que yo puedo ser su pareja.
Victoria me envía los datos de donde vamos a quedar y veo que es un bar lujoso en el centro de la ciudad, inmediatamente planifico mi outfit.

Me siento nerviosa por entrar al lugar, quiero ver a Max, pero no sé cómo reaccionará Max a mí llegada.
Entro decidida y allí los veo, a los dos riendo, el rubio no me puede parecer más hermoso.

—Hola.— Saludo en un susurro.

—¡Mi mejor amiga!— Me saluda Victoria con un fuerte abrazo, inmediatamente se lo devuelvo.

—Hola, Helen.— Saluda Max, me sorprendió que no me saludara de un abrazo si no de un apretón de manos, por lo que tomé la decisión de abrazarlo yo, sin embargo, lo sentí incómodo.

Nos sentamos y en eso, una castaña llegó y se sentó al lado de Max, yo miré a Victoria confundida.

—Helen, ella es la novia de Max.— Dice y mi mundo inmediatamente se derrumba, ¿a qué vine?

—Mucho gusto, me llamó Kelly.— Responde y yo apretó su mano en saludo.

Creí que mi reencuentro con Max sería algo más... Romántico. Nunca me espere esto, toda la noche la pasé incómoda, rezando para que la tierra se abriera y me tragará.

—Vic, sabes que no puedo tomar alcohol.— Dice Max.

—Papá no te dirá nada.— Le responde la rubia.

—¿Jos aún sigue controlando tu vida?— Pregunto con imprudencia, inmediatamente tapo mi boca con mis manos.

—No, él no lo hace.— Responde con algo de enojo.

—Lo siento, no quería decir eso...

Luego de ese momento tan incómodo no me queda otra que recordar los momentos que había pasado con Max, cuando su padre lo castigaba e incluso lo maltrataba, yo siempre estuve ahí para él, siempre fui su apoyo, él simplemente era un víctima de los planes de su padre para ser el mayor campeón. Y, de repente, me sentí egoísta, llevaba años con el recuerdo de Max en mi cabeza y en mi corazón, tanto que se me había olvidado pensar en mí.

—Me tengo que ir.— Me levanto abruptamente del sillón y ellos me miran.

—¿Pasa algo?— Pregunta Victoria.

—No, simplemente no me siento cómoda.— Les confieso y Max me mira espectante, tal como si estuviera esperando por esto toda la noche.

—Te acompaño a la salida.— Dice Max, yo niego.

—Puedo ir sola.

Sin embargo, Max no me dejó ir sola. Llegamos al estacionamiento y busque mi auto, en ninguna parte del trayecto él me dirijo la palabra, yo tampoco.

—Kelly no es mi novia.— Dice abruptamente, yo lo miro con sorpresa.

—¿Y eso qué tiene qué ver conmigo?— Le pregunto con una falsa risa.

—Nunca he dejado de pensarte, y sí, tenías razón, mi papá aún me controla, mi relación con Kelly es obra de él.— Confiesa y yo lo miro con ojos brillantes.

—Nunca seguiste los consejos que te di.

—¿Qué querías que hiciera? ¿Que rechazará todo y fuera un fracaso?— Pregunta con algo de enojo.

—Te dije que siempre podías contar conmigo, que sí en algún momento sentías que ya no podías más, nos largariamos de este lugar a otro donde nadie pudiera encontrarnos.— Le recuerdo.

—¿Crees que aún podamos hacerlo?— Pregunta con tristeza.

—Siempre estaré dispuesta a irme contigo.

—¿Estás segura que estás enamorada de mí o solo del pensamiento que tienes de mí?— Pregunta y yo me descolocó.

—Estoy enamorada de tu yo del pasado, pero no me cabe duda de que puedo enamorarme de tu yo del presente.— Le confieso.

—Quiero que nos lo tomemos con calma.

—También quiero eso, arregla tus asuntos con esa chica y con tu padre, pero sabes que siempre estaré contigo, no importa lo que pase.— Le digo.

—Mañana te espero en mi departamento.—
Me pasa su número de teléfono y yo lo guardo en mi móvil.

—Te extrañé demasiado.— Le confieso.

—También yo, Helen. Extrañaba tu voz y tu manera de preocuparte por mi.— Acaricia mi mejilla.

Nos fundimos en un abrazo por unos cuantos segundos y luego me dio un corto beso, me subo a mí coche y vuelvo feliz a mí apartamento. Me hacía feliz volver a ver a Max.

One Shots || Fórmula 1 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora