Capítulo Treinta y Seis: La cita de Azrael (Parte Uno)

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Capítulo Treinta y Seis: La cita de Azrael (Parte Uno)


Martes

POV de Esmeralda:

Me estiré y busqué a los cuatrillizos, pero solo sentí una cama fría. Al levantar la cabeza de la almohada y abrir un ojo, vi que efectivamente estaba sola en la cama. Una triste sensación me invadió; me había acostumbrado tanto a despertar enredada entre extremidades y su fuerte aroma, que ahora sin eso, me sentía incompleta.

Me senté, estirando mis músculos. Un rubor involuntario apareció en mi rostro al recordar mi cita de ayer con Ezekiel porque decir que fue mágica sería quedarse corto. La forma en que me sacó, la comida, nuestro paseo junto al agua, la persecución y nuestro pequeño momento apasionado, quedarían grabados en mi mente para siempre.

¿Quién hubiera pensado que el gran y malo Alfa podría ser tan romántico?

Cuando regresamos ayer, fui capturada por mis otros tres compañeros y me dejaron sin aliento. Según los otros tres, estaban compensando el tiempo perdido. Rodé los ojos mentalmente, tan fuerte. Estaban locos, pero lentamente se estaban convirtiendo en mi locura a medida que se acercaban los días de mi cumpleaños y el vinculo se fortalecía. Aunque estaba llena, los cuatrillizos insistieron en que debería tomar una taza de café. No podía decir que no, aunque sabía que todos estaban de acuerdo en compartirme y el tiempo que pasé con ellos individualmente. Me sentia terrible por haber pasado más tiempo con Ezekiel que con los otros tres. Necesitaba encontrar un equilibrio, o me agotaría mentalmente si pensaba así. Desafortunadamente, no conocía a ninguna otra loba con múltiples parejas que pudiera darme algunos consejos.

Mis pensamientos fueron interrumpidos cuando alguien me lanzó de vuelta a la cama. Debería haber tenido miedo, pero sabia que solo una persona podia hacer esto. Mirando hacia arriba, para mi sorpresa, encima de mí estaba mí llamada mejor amiga, Hannah.

-Supongo que Luca olvidó ponerte una correa hoy -dije, riendo entre dientes.

Desde ayer, Hannah había estado bombardeando con el vínculo mental cuando Ezekiel y yo regresamos de nuestra cita. Aparentemente, era la primera vez que su hermano mayor salía con una chica, y esa chica era también su mejor amiga. Según ella, tenía que contarle todos los pequeños y jugosos detalles de nuestro tiempo juntos.

-Solo porque se supone que eres nuestra Luna, no significa que no pueda darte una paliza, Em. He estado muriéndome aquí por todos los detalles, y aquí sigues cómoda en la cama. ¡Me estás matando, chica! -dijo juguetonamente empujando mi cabeza de nuevo en la almohada.

Me rei entre dientes.

-En primer lugar, quítame tu trasero grande de encima, vaca. ¡Me estás matando aquí!

Al verme luchar, ella se rio, saltó de encima de mi y se acomodó junto a mí en la cama, sobre las sábanas, dándome toda su atención. Como si estuviera a punto de revelar algún detalle que alterara su vida

No pude evitar ruborizarme nuevamente recordando ayer. ¡Dios mío! ¿Qué me están haciendo estos cuatro a mí?

Al verme sonrojada, Hannah me empujó con el codo y levanto las cejas, animándome a seguir.

-Bueno, verás. Ezekiel y yo fuimos a este restaurante junto al lago. Te lo juro por la Diosa, Han, ¡era precioso! Tenía todo el lugar reservado, y comimos con vista al mar. Nos conocimos mejor, ¿sabes? ¿Le gusta reconstruir motocicletas en su tiempo libre? Nunca lo hubiera imaginado con ese tipo, siempre es tan elegante, perfecto y guapo... -Antes de que pudiera seguir, Hannah interrumpió mi estado de enamoramiento, pero riéndose a carcajadas y dijo:

Cuatrillizos Alfa Y Su Princesa De Hielo Perdida Donde viven las historias. Descúbrelo ahora