Capítulo Treinta y Cuatro: Pero, ¿Por qué? (Parte II)

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Capítulo Treinta y Cuatro: Pero, ¿Por qué? (Parte II)


Lunes

POV de Esmeralda:

Estaba algo aliviada de que los gemelos se fueran, especialmente con esta extraña atracción que sentía hacia ellos, y sin mencionar que también estaba sintiendo una vibra similar de los trillizos. No tan fuerte como los gemelos, pero la atracción aún estaba ahí. Todo finalmente estaba mejorando para mí y no quería que ninguna idea equivocada lo arruinara. Sin embargo, pensar en que los gemelos y los trillizos se fueran hacía que mi corazón llorara, no de manera romántica sino de forma anhelante. Me daban una sensación de seguridad, no tanto como los cuatrillizos, pero más cercana a eso, como si estuviéramos de alguna manera conectados.

Sacudiendo los pensamientos, me apresuré hacia el vestidor. No había mucho que pudiera hacer acerca de este sentimiento, ellos se iban y apenas nos veríamos de nuevo, especialmente a los Reyes Licántropos. Sabía que decirles a los cuatrillizos no era una opción, con sus auras dominantes y posesivas probablemente llevaría a un drama innecesario, tal vez podría hablar con Hannah al respecto más tarde.

Me enfundé en un vestido verde botella con cuello redondo y mangas largas que llegaba un poco más abajo de mis rodillas. Lo combiné con zapatos de ballet negros. Dándome una última mirada en el espejo, sali apresuradamente y me dirigí hacia el comedor. Caminando por los corredores masivos, no pude evitar recordar lo que había sucedido desde que los gemelos y los trillizos llegaron aquí.

¿Debo enfrentarlos antes de que se vayan? Los gemelos, no a los Reyes Licántropos. Probablemente me volvería loca si intentara enfrentar a nuestros Reyes.

¿Sienten ellos lo que yo siento? Y si, es así, ¿por qué no han dicho nada?

Estaba tan perdida en mis pensamientos que ni siquiera me di cuenta de que había chocado directamente con una pared. Espera, pero desde cuándo las paredes tienen brazos para agarrarte. Sabía que no era uno de los cuatrillizos ya que no sentia las chispas cada vez que alguno de ellos me tocaba.

-¿Estás bien ahí, Luna? Parecías tener una gran guerra en tu cabeza -Vi a uno de los Reyes Licántropos mirándome desde arriba con una leve sonrisa en sus labios y una pizca de travesura en sus ojos. Rápidamente me enderecé, di un paso atrás, doblé la rodilla y le mostré mi cuello.

-Disculpas, Su Majestad, no estaba prestando atención a dónde iba -dije, manteniendo mis ojos en el suelo en señal de respeto hacia nuestro Rey.

-Nada de eso, Luna, por lo que parece, estamos más cerca de lo que piensas. Soy Hayden, por cierto, si no pudiste distinguirme.

¿Eh? ¿Más cerca? Espera, ¿cómo y qué quiso decir con eso?

¿Por qué me piden que los llame por sus nombres? Nunca los llamaría por sus nombres. Eso es completamente irrespetuoso. Ellos son nuestros Reyes, los más altos entre todos nosotros, y además, no quiero que alguien me azote. Podía sentir las miradas fulminantes de las lobas cuando el Rey Tristan bailó conmigo ayer y cuando los gemelos vinieron en mi defensa. Esto probablemente se propagará como un incendio y recibiré más miradas cuando regrese a la academia. Perfecto, como si mi vida no fuera lo suficientemente perfecta desde que todos se enteraron de que tal vez sea su potencial Luna.

Tratando de cambiar de tema, le pregunté al Rey Hayden:

-¿Hay algo en lo que pueda ayudarte? Iba camino al comedor para desayunar.

Cuatrillizos Alfa Y Su Princesa De Hielo Perdida Donde viven las historias. Descúbrelo ahora