Capítulo Sesenta y Tres: La mañana Después (Parte Uno)

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Capítulo Sesenta y Tres: La mañana Después (Parte Uno)

POV de Natala (Esmeralda):

Aunque estaba despierta, aún no había abierto los ojos. Seguía disfrutando de la dicha de la noche anterior. Por fin nos habiamos apareado y esa extraña sensación de vacío que habia sentido finalmente se habia ido. Ahora me sentia completa, sabiendo que era porque nuestras almas, las mias y las de los cuatrillizos, se habían entrelazado. La actividad de la noche anterior estaba haciendo que mi cuerpo se sonrojara de nuevo. Diosa, definitivamente tenian mucho ahi abajo y no me decepcionaron como en todas las historias que había oído sobre ellos. Lo mejor era que ahora solo yo podia ser intima con ellos.

Incluso quedé sorprendida con mi comportamiento de anoche, diosa, me había convertido en algo, o más bien en alguien que nunca imaginé que podria ser. Aun asi, el deseo de complacer a mis parejas eclipsaba cualquier otra emoción que tuviera. Me deshice de todas las inhibiciones. Sabía que los cuatrillizos estaban sorprendidos de ver ese lado mio, siempre había sido dócil y sumisa a su alrededor, así que hacer algo tan audaz definitivamente era una novedad para ellos. Lo único que quedaba era marcarlos ahora, lo cual quería hacer anoche, pero todos ellos me agotaron.

Son insaciables.

Ahora tenía que preocuparme por el otro problema inmediato: mis hermanos excesivamente posesivos. Aunque ellos eran los que querían que nos apareáramos y completáramos el vinculo, yo ya sabía que se pondrían de mal humor en cuanto notaran que mi olor se entrelazara con el olor de mi pareja. Ya podia ver la suficiencia en los rostros de los cuatrillizos y los ceños fruncidos de mis hermanos; iba a ser un largo viaje hacia la manada de Diamante Supremo con todos los egos de los machos Alfas chocando.

Sabía que teníamos que partir hacia la manada de los gemelos, asi que, ¿dónde estaban los cuatrillizos? Sentia que estaba sola en la cama; intenté mover mis brazos y piernas para estirarme y poder buscar a mis compañeros, pero no podía mover mis extremidades. Mis ojos se abrieron instintivamente, parpadeando varias veces para despejar el sueño de mis ojos. Mire frenéticamente a mi alrededor y vi que tanto mis tobillos como mis muñecas estaban atados a los extremos de la cama con lazos rojos sedosos; al mirar mi cuerpo, me di cuenta de que estaba completamente desnuda.

¿Qué diablos? Estaba segura de que mis parejas me hablan vestido con algo la noche anterior.

Mis ojos recorrieron hacia abajo, llegando al final de la cama, lo cual me dejó sin aliento. Ahí estaban, en toda su gloria, mis cuatro parejas, cada uno con unos pantalones de chándal, sus torsos desnudos y esos deliciosos abdominales a los que quería pasarle mi lengua, estaban completamente expuestos. Mi v****a brillaba de anticipación por lo que estaba por venir.

Aunque estaba adolorida ahí abajo, demonios, si alguna vez rechazaria la idea de tener sexo con ellos. Mi excitación se extendió por toda la habitación, haciendo que las pupilas de mis parejas se volvieran negras de lujuria y gruñeran en aprobación. Antes de poder decir algo, vi a Azrael, Sam y Zeke tomar asiento en una de las sillas o en el sofá de la habitación, frente a la cama, mientras Ezekiel se colocaba al final de la cama, me miraba con una sonrisa picara en los labios. Se vela tan dominante y peligroso, debería haber tenido miedo, pero en cambio estaba cada vez más mojada entre mis piernas.

-¿Por qué estoy atada. Ezekiel? -pregunté.

Tan excitante corno esto era, no tenia un buen presentimiento al respecto, especialmente con los otros tres chicos sentados y observando como si estuvieran esperando que comenzara un espectáculo.

Cuatrillizos Alfa Y Su Princesa De Hielo Perdida Donde viven las historias. Descúbrelo ahora