Capítulo Cincuenta y Seis: Mi primero

12.2K 541 51
                                    

Capítulo Cincuenta y Seis: Mi primero

POV de Natala (Esmeralda):

Vi a los cuatrillizos observándome, mirándome de arriba abajo, logrando que mi v****a se mojara anticipando a sus Alfas. Los escuché murmurar entre dientes mientras se acercaban a mí con pasos controlados, como si les costara contenerse para no lanzarse sobre mí aqui y ahora.

-Te ves deslumbrante, Pequeña Luna... -dijo Ezekiel mientras se inclinaba hacia mi mejilla, pensé que me iba a besar, pero sentí su aliento cerca de mi oido, lo que me hizo estremecer- Suficientemente bueno para devorar -terminó, mordiendo mi lóbulo de la oreja, luego dando un beso en mi mejilla y retrocediendo.

Me sonrojé.

-De hecho, įmi amor! ¿No crees que es un poco revelador? Habrá muchos lobos no apareados abajo. No queremos que nadie babeé por lo que es nuestro -dijo Azrael mientras colocaba un mechón de mi cabello que caía sobre mi rostro detrás de mi oreja.

¡Si!

No, esta vez no. No iba a permitirlo. Necesitaban confiar en mí, incluso si no confiaban en esos lobos no apareados.

-Sí, ángel, te ves impresionante, pero no podemos permitir que la gente te mire durante toda la noche -dijo Zeke mientras besaba su marca en mi cuello.

¡No! Habían prometido relajarse después de marcarme, y ahora estaba marcada. ¡No podía permitir que me sometieran de esta manera! Era su igual, su compañera y Luna.

-Te ves jodidamente ardiente. Todo en lo que puedo pensar ahora mismo es en arrancarte ese lindo vestidito de ese delicioso cuerpo y poseerte toda la maldita noche -dijo Sam mientras se acercaba a mi cuello, preparándolo con besos de boca abierta.

Diosa. Sus manos en mi cuerpo me confundían. Tenía la sensación de que lo estaban haciendo a propósito, y todo en mi cuerpo me decía que les hiciera caso y me cambiara, pero si no defendía mis derechos hoy, siempre pensarían que podían usar el vinculo en mi contra. Ya había tenido suficiente de ser una persona fácil de manipular, si iba a ser su compañera y Luna de Tormenta Oscura, necesitaban tener fe en mí. Apartándome de ellos con dificultad, retrocedi, dejándolos un poco confundidos. Exhalé y los miré.

-Chicos, dijeron que una vez que me marcaran, no serían tan dominantes. ¿No creen que ese momento ha llegado ahora? -Iban a decir algo, pero levanté la mano, indicándoles que me dejaran continuar. Debe haber sido la primera en hacer eso y que no le arrancaran la cabeza. Los cuatrillizos eran despiadados, no tenían ni un nanosegundo de paciencia para las faltas de respeto. Mirándolos, asegurándome de mantener el contacto visual, continué. -Sé que no confian en los lobos machos a mi alrededor, pero necesitan confiar en mi, no en ellos, de la misma manera en que yo confío en ustedes. Todos han estado en relaciones extensas antes de encontrarme, pero no me ven imponiendo reglas sobre qué vestir y qué hacer con ustedes. Es porque confio en ustedes y los trato como mis iguales. Y, es justo que reciba el mismo trato a cambio. Soy su compañera, la futura Luna de Tormenta oscura. Merezco este respeto porque me consideren una igual ante sus ojos, para que confien en mí porque aún no he hecho nada que contradiga eso -terminė.

Mi corazón latía fuertemente en mi pecho, asustada de lo que mis compañeros pensarían, ya que sus rostros permanecieron impasibles; no pude ver ninguna emoción. No es que iba a retractarme de lo que dije y ceder si no me escuchaban, pero al menos quería saber qué estaban pensando.

¡La quietud me estaba agitando!

Sin embargo, después de unos minutos, los escuché exhalar y acercarse a mí. Azrael tomó mi mano y me llevó al sofá frente a la televisión, indicándome que me sentara mientras se agachaba frente a mi con mis manos en las suyas. Ezequiel y Sam se sentaban a cada lado y Zeke estaba en el suelo, agachado junto a Azrael.

Cuatrillizos Alfa Y Su Princesa De Hielo Perdida Donde viven las historias. Descúbrelo ahora