Esa misma noche, Makarena estaba en su habitación organizando unos documentos cuando sonó su teléfono móvil.
- Aló. - Contestó Makarena sin mirar el identificador de llamadas.
- Hola preciosa, ¿cómo has estado? - Preguntó una voz masculina.
- Hola amor, muy bien, perdona por no llamarte en todo el día, estaba con Alice. - Respondió Makarena, apartando los documentos para concentrarse en la llamada.
- Entiendo, pero dime, ¿cómo te va con ese asunto? - Indagó la voz masculina.
- Pues tengo noticias maravillosas, ya completé la mitad de la investigación y estoy segura de que terminaré el informe para la editorial mucho antes de lo que imaginas, tal como te prometí que lo haría antes de que regresaras. - Explicó Makarena, muy entusiasmada.
- No dudo de eso, y me alegra oír que te va muy bien con el informe, pero no me refería a la investigación, y tú lo sabes. - Aclaró la voz masculina.
- ¡Ah!, respecto a eso, pues no tengo muy buenas noticias, todavía no he terminado de contarle todo a Alice. - Dijo Makarena, algo apenada.
- Preciosa, no te pongas triste; sabíamos desde el principio que no sería fácil, pero estoy aquí para apoyarte en cada paso que des y darte el tiempo que necesites para superar este asunto. – Dijo la voz masculina.
- Lo sé, aún recuerdo nuestra conversación antes del viaje, y no imaginas cuánto agradezco tu apoyo, especialmente ahora. Gracias por estar siempre conmigo, te amo. – Respondió Makarena en voz baja.
- Maka, princesa, nadie sabe mejor que yo cuánto has sufrido, y también entiendo lo necesario que es para ti hacer esto. Sería egoísta de mi parte no darte mi apoyo cuando más me necesitas. Sabes bien cuánto te amo, mi pequeña, y estoy contigo en todo. – Continuó la voz masculina.
- Tú podrías ser cualquier cosa menos egoísta, especialmente conmigo, amor. – Contestó Makarena, soltando una risa cómplice.
- ¡Hey! ¿Estás insinuando algo, traviesa? – Preguntó la voz masculina.
- ¿Yo? Nunca me atrevería a insinuar tal cosa. – Dijo Makarena, conteniendo la risa.
- Graciosa, ¡ah, mi amor! Quería decirte algo: hace unos días te envié un paquete, así que cuando puedas, ve a recogerlo. (Suspiro) Ay, mi pequeña, no sabes cuánto deseo que pasen los días para poder estar contigo, abrazarte fuerte y cubrirte de los miles de besos que me debes. - Dijo la voz masculina.
- Yo también estoy deseando tenerte a mi lado, amor, pero ambos conocemos bien el motivo de esta separación. – Respondió Makarena.
- Lo sé, preciosa, lo sé muy bien. – Afirmó la voz masculina.
- Sí, amor, te agradezco de antemano por el paquete. Quizás mañana vaya a recogerlo. Ahora voy a comer algo antes de dormir. – Comentó Makarena mientras se dirigía a la cocina.
- Está bien, preciosa, cuida esa hermosa barriguita y que tengas dulces sueños. – Dijo la voz masculina.
- Gracias, amor. Tú también duerme bien, te amo, adiós. – Se despidió Makarena, colgando el teléfono. Tras terminar de comer, se acercó a la ventana para observar el paisaje nocturno por unos minutos y, sintiendo el sueño llegar, se acostó en su cama.
Habían transcurrido cinco días desde la última vez que habló con Alice, y estaba segura de que no pasaría mucho tiempo antes de que su amiga la llamara para reunirse y continuar con la historia. Mientras esperaba, seguía revisando los documentos para finalizar el informe, tarea que fue interrumpida por el sonido de su teléfono. Al ver el nombre en la pantalla, no pudo evitar sonreír antes de responder.
ESTÁS LEYENDO
TU, EL DUEÑO DE MI AMOR
Teen Fictioncuando crees que un amor de la adolescencia lo es todo en la vida, y termina siendo el peor error de todos, decides escapar, huyendo del dolor, la traición y los arrepentimientos de las malas decisiones, dejas tu vida atrás, pero las consecuencias t...