Casi una hora después del incidente, Makarena llegó a su habitación, tomó una botella de vino y comenzó a beber despacio mientras pensaba en qué hacer. Media hora más tarde, Joaquín entró y la observó sorprendido al encontrar a su prometida bebiendo.
- Hola, pensé que llegarías más tarde de lo que te demoras en casa de Alice - comentó Joaquín, sentándose frente a ella.
- ¡Ah! Ya has llegado - respondió Makarena.
- ¿Estás bien? - preguntó Joaquín, confundido.
- La verdad es que no, me siento pésima - confesó Makarena, derramando algunas lágrimas.
- ¿Pasó algo? Si te ha ocurrido algo, sabes que puedes contármelo - dijo Joaquín, acariciando su mano.
- ¿Realmente estás seguro de que puedo contártelo? No puedo, porque terminaríamos peleando de nuevo - expresó Makarena, exhausta.
- Aunque hemos tenido muchas discusiones últimamente, eso no cambia que estaré aquí para apoyarte cuando te sientas mal o algo te suceda - aseguró Joaquín.
- Siempre he podido contar contigo, pero eso cambió el mes pasado y tú lo sabes. Solo hemos tenido peleas y discusiones, por cosas que no he hecho. No es mi culpa que él intente seducirme con detalles o regalos, ni tampoco es mi culpa que me hayas descuidado últimamente - dijo Makarena, con la voz entrecortada.
- ¿Qué estás tratando de decir? ¿Me estás comparando con él? Sabes que tengo que trabajar - dijo Joaquín.
- No es eso lo que quiero decir, es que ya ni siquiera sé qué es lo que quiero decir - respondió Makarena, frustrada, lastimando a Joaquín.
- ¿Estás pensando en la posibilidad de volver con él? - preguntó Joaquín, claramente molesto.
- No, no quiero pensar en eso, ni siquiera quiero considerar esa idea, pero lo que él hace me hace dudar, y no quiero dudar. Te amo, Joaquín, eres el amor de mi vida, pero no puedo manejar todo esto, especialmente porque siento que tú eres quien realmente no puede manejar esta situación. Y cuanto peor actúas, más él intenta acercarse a mí y peor me siento - explicó Makarena.
- Cariño, nunca haría algo para lastimarte, y eso lo sabes - afirmó Joaquín.
- Lo sé, pero yo sí lo hice - admitió Makarena.
- ¿Qué quieres decir? - preguntó Joaquín, mirando fijamente a Makarena.
- Tobías me besó hoy cuando salía de la casa de Alice, y... y yo le correspondí. Lo siento mucho, no sé qué me pasó en ese momento - confesó Makarena, llorando.
- Entonces te besaste con él - dijo Joaquín, luchando por contener su ira.
- Sí, Joaquín, no quería que sucediera, y si te lo cuento es porque no quiero mentirte. Cuando me di cuenta, lo empujé y le grité –explicó Makarena, intentando acercarse a Joaquín, quien se alejaba.
- Pero tú lo besaste, esa es la cuestión, tú lo besaste –exclamó Joaquín, lanzando la botella de vino contra la pared, que se hizo añicos.
- Joaquín, cálmate, nunca te había visto así, realmente lo siento –dijo Makarena.
- Lo bueno es que me lo dijiste, no, ten tu conciencia tranquila, pero yo no, tengo mucho que pensar, necesito estar solo –dijo Joaquín tomando su saco y saliendo del cuarto, subió a su auto y se fue al primer bar que encontró, donde comenzó a beber y a beber mientras pensaba e imaginaba a Makarena en brazos de Tobías. Sentado en la barra de aquel bar, comenzó a llorar. Varias chicas al verlo intentaron acercarse a él, pero de mala gana las rechazaba. Cuando sintió que estaba lo suficientemente mareado, salió del bar y caminó unas cuadras hasta que entró al primer hotel que encontró, sacó su celular y vio que Makarena le había llamado varias veces, lo guardó de nuevo y subió a su habitación. Allí, del pequeño frigobar, sacó todas las bebidas alcohólicas que encontró y siguió bebiendo, maldiciendo mientras recordaba todas las peleas con Makarena, hasta que se quedó profundamente dormido por la borrachera.
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TU, EL DUEÑO DE MI AMOR
Novela Juvenilcuando crees que un amor de la adolescencia lo es todo en la vida, y termina siendo el peor error de todos, decides escapar, huyendo del dolor, la traición y los arrepentimientos de las malas decisiones, dejas tu vida atrás, pero las consecuencias t...