CAPITULO 02: BUSCANDO TU PERDON (07)

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Cuando Makarena terminó su relato, se sumieron en un profundo silencio. Alice observaba atentamente a su amiga, quien con un pañuelo desechable intentaba arreglar su maquillaje, arruinado por las lágrimas. Quería decirle tantas cosas, aunque le costaba creer que todo fuera real. Conocía bien a su amiga y sabía que no mentiría sobre algo así, especialmente sin necesidad, ya que era una historia de hace diez años. Suspiró pesadamente, buscando las palabras adecuadas para su amiga, que contemplaba el paisaje con una mirada triste y melancólica.

- Makarena (la mencionada se giró hacia ella), amiga, la verdad... (exhaló rápidamente) no sé qué decirte -confesó Alice, sintiéndose la peor amiga del mundo por haberla juzgado sin considerar lo que ella pudo haber sufrido todo ese tiempo.

- Tú no tenías por qué saber nada, Alice. No sabías de esto, y nada fue tu culpa. ¿Cómo podrías opinar sobre algo que desconocías? -respondió Makarena, mirando a su avergonzada amiga.

- Lo sé, Maka, pero eso no es excusa. Durante todos estos años, siempre estuve del lado de Tobías, lo defendí y permití que te señalaran como la mala. La verdad, ni siquiera merezco que me llames amiga -dijo Alice, empezando a llorar y cubriéndose el rostro con las manos.

- (Sonrió) No importa que pasen los años, ni que me apuñales por la espalda, siempre serás mi mejor amiga. No tengo nada que reprocharte ni reclamarte; no hiciste nada que no esperara de ti. (Alice la miró asombrada) Tú estabas aquí y yo no; solo conocías una versión de la historia, por eso no puedo juzgar tus acciones. Él también es tu amigo y al verlo sufrir, simplemente lo defendiste. No hay razón para culparte por eso. -Dijo Makarena, ofreciendo una cálida sonrisa a su amiga.

- Maka, sigo sintiéndome culpable. Vi cómo estabas el día que te fuiste y, aun así, como todos, te culpé por la situación de Tobías. Debí haber dudado, defenderte, no dejar que la ira me consumiera y verte como la mala, la egoísta, la mujer sin corazón que abandonó a Tobías sin despedirse. Lo peor es que él siempre juró que no te había dado motivos. -Dijo Alice, con pesar.

- Antes de venir aquí, ya sabía que muchos me señalarían y juzgarían por lo sucedido. Aunque han pasado diez años, escándalos así siempre se recuerdan. Para todos, yo desaparecí y él era la víctima. Era obvio que me convertiría en la mala, especialmente porque solo yo conocía el acuerdo entre él y Shirley. -Expresó Makarena con tristeza.

- Ahora entiendo, (bajó la mirada) comprendo por qué estabas tan triste el día que te fuiste. Por eso no quisiste decirme nada. Pero no entiendo por qué ahora sí decidiste contarme todo, especialmente cuando imagino lo doloroso que debe ser recordar ese sufrimiento. -Dijo Alice.

- Aunque sigue siendo difícil, era algo que tenía que hacer. Además, lo hice porque necesito tu ayuda. -Makarena miró seriamente a Alice.

- Ayuda, ¿para qué? ¿O para qué? – preguntó Alice con intriga.

- (Suspiro) Necesito hablar con Tobías. – respondió Makarena.

- ¿Qué? Makarena, tú no tienes nada que hablar con ese imbécil. Él arruinó tu vida, se aprovechó de ti. Disculpa que sea tan directa, pero no entiendo. Ese hombre no merece ni que le hables, no sabes cómo me irrita su cinismo, haciéndose la víctima. Cuántas veces lo cuidé cuando se emborrachaba o lloraba por ti, mientras tú... solo pensar en lo mucho que te costó superar todo eso, me rompe el corazón. – dijo Alice con profunda tristeza e indignación.

- Entiendo a qué te refieres, y tienes razón, no fue fácil para mí superar todo lo que pasó, y lo sé bien porque lo viví. No tenía autoestima, y hasta salir a la calle era una agonía para mí. Fue un esfuerzo conjunto; al principio, mis padres, mis psicólogos, mi psiquiatra, todos trataron de sacarme del pozo en el que estaba, pero al final tuve que entender que eso no era suficiente. Lo que realmente necesitaba era a él. – dijo Makarena, sacando algo de su cartera y apretándolo fuertemente entre sus manos.

TU, EL DUEÑO DE MI AMORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora