Makarena estaba inquieta en la cama de la clínica.
- Amiga, deja de temblar así, no te hace bien y afecta al bebé -dijo Alice.
- Si tuviera mi teléfono, intentaría comunicarme con él, lo extraño mucho, Alice, no quiero que se vaya -respondió Makarena.
- Tú misma me pediste que no te lo diera, y el médico dijo que evites las emociones fuertes. Tu embarazo es delicado, Makarena. Si no es por ti, hazlo por tu bebé, cálmate. Hablar con él en este estado solo te alteraría más -explicó Alice, mientras esperaba noticias de Tobías.
- Tienes razón, pero quería escuchar su voz antes de que se fuera -dijo Makarena, llorando.
- ¿Crees que él sería capaz de dejarte tan fácilmente? -preguntó Alice, sentándose a su lado.
- No lo sé, parecía decidido, pero nunca lo había visto así. Me asusta pensar que pueda irse y no volver -confesó Makarena, llorando, justo cuando el médico entró con unas enfermeras.
- Señora, le dije que evite las emociones fuertes, y siempre la encuentro llorando -reprochó el médico.
- Doctor, lo intento, pero mi estado emocional y personal no me lo permite -respondió Makarena, secándose las lágrimas.
- El coágulo en su útero no es grande, pero debe permanecer en reposo y con cuidado. Cambiaremos los medicamentos para fortalecer su útero y verificaremos que todo esté bien antes de darle el alta mañana -informó el médico.
- ¿Podré irme mañana? -preguntó Makarena, emocionada.
- Dependerá de cómo amanezca. Si todo está bien, no será necesario mantenerla más tiempo, pero si algo está irregular, se quedará un día más -concluyó el médico.
- Está bien, intentaré estar bien –dijo Makarena.
- Bien, enfermera, adminístrele las vitaminas y los medicamentos según lo prescrito y comuníqueme cualquier novedad –indicó el médico antes de salir de la habitación.
- El médico solo desea su bienestar, por eso toma tantas precauciones, especialmente por su pérdida anterior –explicó la enfermera.
- Lo sé, este bebé me parece un milagro –respondió Makarena, acariciando su vientre.
- Los hijos son la mayor bendición, independientemente de la situación de los padres. No quiero entrometerme, pero la he oído hablar con su amiga. Si el padre de su bebé realmente la ama, luchará por usted, sin importar nada; buscará la manera de estar a su lado. De lo contrario, nunca fue la persona que creía y solo le quedará refugiarse en el inmenso amor que su hijo le brindará –aseguró la enfermera.
- Gracias, no sabe cuánto me reconforta escuchar eso de otras personas –agradeció Makarena, bajando la mirada.
- Mira Makarena, debes ser feliz, disfruta este momento, vas a ser mamá –dijo Alice, consolando a su amiga.
- Mamá –repitió Makarena con una sonrisa.
La madrugada avanzaba y Tobías seguía desesperado buscando a Joaquín, sin poder encontrarlo.
- Parece como si se lo hubiera tragado la tierra –dijo Tobías, frustrado.
- Si al menos supiéramos de alguien cercano que pudiera saber dónde está –comentó Lucho, pensativo.
- No lo sé, he preguntado a muchas personas, pero nadie sabe nada –confesó Tobías.
- Claro, pero qué idiota soy, ¿por qué no lo llamamos a él? - Dijo Lucho, confundiendo a Tobías.
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TU, EL DUEÑO DE MI AMOR
Genç Kurgucuando crees que un amor de la adolescencia lo es todo en la vida, y termina siendo el peor error de todos, decides escapar, huyendo del dolor, la traición y los arrepentimientos de las malas decisiones, dejas tu vida atrás, pero las consecuencias t...