Mientras avanzaba por las calles oscuras y desiertas hacia su hogar, las palabras de Alice y, más aún, su comportamiento, no se apartaban de su mente.
- ¿Pero qué demonios está sucediendo? Realmente no entiendo nada. -murmuró Tobías, frotándose la cara con frustración.
Las pocas personas que cruzaban por su camino lo miraban con extrañeza, notando su rostro tenso por el enojo, mientras él soltaba maldiciones e insultos esporádicamente, tratando de entender el giro que estaba tomando la situación. Al llegar a su casa, se dirigió de manera automática a la cocina y tomó una botella de ron. Después de sostenerla en su mano por unos instantes, decidió devolverla a su lugar y se dejó caer en su cama, buscando en la televisión algo que lo distrajera de sus pensamientos, con una sola certeza: tenía que esperar a que ella lo convocara.
Los días transcurrían y Makarena se encontraba cada vez más indecisa sobre si llamar a Tobías o no. Sabía que debía hacerlo pronto, pero el miedo la paralizaba. Cada vez que tomaba el teléfono para llamarlo, recuerdos breves de aquel día terrible la hacían vacilar, repitiendo el mismo acto una y otra vez. Frustrada, apoyó sus codos en el escritorio y colocó su frente en sus manos, cansada de pensar en el asunto sin resolverlo. Decidió enfocarse en su trabajo; el informe estaba listo, solo necesitaba revisar algunos documentos. Estaba absorta en ellos cuando sonó su teléfono. Sin dejar de leer, lo tomó y contestó sin mirar quién era.
- Alo. - Dijo Makarena seriamente.
- ¿Con la mujer de mi vida? - Preguntó la voz masculina. Makarena, distraída, no lo reconoció de inmediato, pero al ver en la pantalla el nombre de "MI AMOR", sonrió.
- Hola amor, lo siento, estaba distraída con el informe. - Respondió Makarena, dejando los papeles a un lado.
- ¿Informe? ¿No habías dicho que ya lo terminaste hace días? - Inquirió la voz masculina.
- Sí, solo estoy revisando los documentos adjuntos, no quiero errores. - Explicó Makarena.
- Te conozco bien y sé que tu trabajo es más que perfecto. - Afirmó la voz masculina.
- Lo sé, solo quiero asegurarme de no haberme equivocado en algo o pasado por alto algún detalle importante. - Dijo Makarena, minimizando su preocupación.
- Makarena, te conozco desde hace años y esa actitud tuya tiene poco que ver con el informe. Algo te preocupa, así que dime, ¿qué sucede? - Preguntó la voz masculina con preocupación.
- No, en serio amor, es solo por el trabajo -dijo Makarena intentando sonar convincente.
- Te conozco tan bien que sé que estás mintiendo, pensé que confiabas más en mí -replicó la voz masculina.
- No es que no confíe en ti, es solo que me da vergüenza admitirlo, eso es todo -confesó Makarena, desanimada.
- Mi pequeña, si no puedes hablar ahora, lo entiendo, pero no necesitas mentir, no ahora -la voz masculina la tranquilizó.
- Sí, lo sé, a veces odio que me conozcas tan bien -Makarena dijo, frunciendo el ceño.
- Seguro estás haciendo pucheros como una niña adorable -la voz masculina dijo entre risas.
- ¡Oye! Te he dicho muchas veces que odio que me trates como a una niña -Makarena le reprochó.
- Está bien, está bien, tranquila preciosa, no hay razón para enfadarse, sabes que para mí eres la mujer más hermosa de todas -la voz masculina calmó a Makarena.
- Y la más indecisa y temerosa también -admitió Makarena.
- Amor, todos tenemos miedo de algo, no por eso debemos juzgarnos -la voz masculina le recordó.
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TU, EL DUEÑO DE MI AMOR
Teen Fictioncuando crees que un amor de la adolescencia lo es todo en la vida, y termina siendo el peor error de todos, decides escapar, huyendo del dolor, la traición y los arrepentimientos de las malas decisiones, dejas tu vida atrás, pero las consecuencias t...