Los días transcurrían, y Makarena junto a Joaquín habían finalizado la documentación necesaria para los cambios en la Editorial, enviándola al Gerente para su revisión. Ese día lo dedicarían a entrevistar a los empleados que habían sido despedidos, justificadamente o no, para examinar sus expedientes y determinar si serían recontratados o compensados por el despido. Por otro lado, Alice se sentía muy ansiosa; había decidido invitar a Tobías a almorzar para revelarle la verdad sobre el prometido de Makarena. Era imperativo hacerlo ese día, ya que la boda era en tres días y necesitaba todo el tiempo posible para asimilar la noticia. Perdida en sus pensamientos, fue interrumpida por el timbre de la puerta. Al abrir, encontró a Tobías y Lucho charlando alegremente.
- Hola amor, estás hermosa. - Comentó Lucho, besando a su esposa.
- Gracias por la invitación. - Respondió Tobías, saludando a su amiga con un beso en la mejilla.
- Gracias a ti por aceptar. - Contestó Alice, visiblemente nerviosa.
- Amor, ¿por qué tanto misterio? Nunca habías preparado algo así para otras personas, ¿acaso tienes algo que decirnos? – Preguntó Lucho, mirando fijamente a su esposa.
- Primero hay que comer – respondió Alice, dirigiéndose hacia la cocina. Todos se sentaron a la mesa y disfrutaron del almuerzo entre risas y brindis. Alice recogió los platos y, al ponerlos en el lavadero, agarró con fuerza los bordes para darse valor, respiró hondo y salió a la sala donde estaban los chicos, tomando whisky con hielo. Se acercó y se sentó junto a su esposo.
- Alice, ¿quieres uno? – ofreció Lucho, sirviéndole un vaso.
- Gracias – dijo Alice, bebiendo casi la mitad del contenido de un sorbo.
- Vaya amor, calma, veo que tienes sed – comentó Lucho con una sonrisa.
- Sí, Alice, nunca te había visto beber así, cualquiera pensaría que estás nerviosa – expresó Tobías, sorprendido.
- Disculpen, necesito armarme de valor – se excusó Alice.
- ¿Valor para qué? – preguntó Lucho, extrañado.
- Sí, Alice, ¿hay algo que debes decirnos? – inquirió Tobías, movido por la curiosidad.
- Sí – afirmó Alice, tomando el vaso de su esposo y vaciándolo de un trago.
- ¿Y qué es? - Preguntó Lucho, algo preocupado.
- Está relacionado con Makarena. - Respondió Tobías, también preocupado.
- Sí. - Confirmó Alice, tomando un sorbo más.
- Dime qué pasó con ella. - Exigió Tobías.
- Oye, no le grites a mi esposa. - Intervino Lucho.
- Pero que hable, ¿qué pasó con ella? ¿Está bien? - Preguntó Tobías, siendo retenido por Lucho.
- Ella está bien, se trata de otra cosa. - Aclaró Alice, dejando sorprendidos a ambos.
- Si ella está bien, entonces, ¿qué pasó? ¿Qué tienes que decir sobre ella? - Insistió Lucho.
- Ya sabes quién es, ¿verdad? - Preguntó Tobías, sorprendiendo a su amigo.
- Sí. - Murmuró Alice, bajando la mirada.
- Creo saber lo que vas a decir, pero quiero oírlo de ti. - Dijo Tobías, mirando tristemente a Alice.
- ¿Quién es él? ¿Acaso están hablando del prometido de Makarena? - Indagó Lucho, intrigado.
- El... prometido de Makarena es... es... Joaquín. - Reveló Alice, temblorosa.
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TU, EL DUEÑO DE MI AMOR
Ficção Adolescentecuando crees que un amor de la adolescencia lo es todo en la vida, y termina siendo el peor error de todos, decides escapar, huyendo del dolor, la traición y los arrepentimientos de las malas decisiones, dejas tu vida atrás, pero las consecuencias t...