Al día siguiente falto a clases y, al regresar, estaba completamente perdido, deprimido, no hablaba con nadie y eso nos preocupaba. Sin embargo, lo que más me intrigó fue que, a pesar de la prohibición de acercarse a nuestro aula, Joaquín venía en cada recreo. Primero miraba dentro del aula, pero luego empezó a preguntar si alguien te había visto. Sentí pena por él, así que decidí hablar con él.
- Profe, ¿puedo hablar con usted? - Le dije, sorprendiéndolo mientras miraba dentro del aula.
- ¡Eh! Sí, dime alumna, ¿en qué puedo ayudarte? - Respondió el profesor.
- Sé que usted sabe que soy la mejor amiga de Makarena. - Comenté, notando cómo su expresión se entristecía al mencionar tu nombre.
- Lo sé, pero no entiendo, ¿a qué viene eso? - Preguntó el profesor, confundido.
- Bueno, quería saber si usted había tenido noticias de ella. - Dije, bajando la mirada.
- Yo también quería hacerte esa pregunta. - Dijo el profesor, algo preocupado.
- La verdad es que yo tampoco sé nada de ella. - Confesé, resignada.
- Esto es muy extraño, hace unos días ella me envió un mensaje que me dejó intrigado, pensé que era una broma, pero no responde a mis llamadas y no la he visto en el colegio. Incluso fui a su casa, pero no había nadie. - Compartió el profesor con tristeza.
- ¿Un mensaje? ¿Podría verlo? - Pregunté con esperanza.
- Sí, (buscando en su teléfono) este es. - Dijo el Profe, entregándome su celular. Al tomarlo, vi lo que habías escrito.
"Hola Joaquín, pensarás que soy una cobarde por escribirte un mensaje, pero la verdad es que no me atrevo a mirarte a la cara. No sabes cuánto lamento haber arruinado lo nuestro, espero que algún día puedas perdonarme. Eras lo mejor que tenía y si hubiera sabido antes, todo sería diferente. Lo lamento mucho, sé que nunca te lo dije, pero sí te amé, y si no fuera por mi estupidez, hoy sería feliz contigo. Pero lo arruiné todo, espero que encuentres a alguien que valga la pena y no sea como yo, pero más que nada, que seas muy feliz, porque te lo mereces. Cuídate mucho, TE QUIERO, MAKA".
- Me lo envió hace tres días. - Dijo Joaquín, tomando de vuelta su teléfono.
- Tres días. - Repetí, recordando que hace tres días te habías ido.
- Sí, en cuanto lo recibí intenté llamarla, pero desde ese día su teléfono está apagado. Le escribí a su correo y por mensaje, pero no he tenido respuesta. Por eso vine a ver si podía encontrarla aquí, porque ni sus vecinos saben nada de ella. - Explicó el Profe con tristeza. Me entristeció verlo así, así que decidí contarle la verdad.
- Profesor, no sé dónde pueda estar Makarena, pero la verdad es que ella... – comencé, siendo interrumpida por Tobías.
- La verdad es que ella no quiere saber nada de ti, y por si no lo sabías..., ahora ella es mía. – Tobías expresó con rabia
- ¿Qué te pasa, Tobías? ¿Por qué dices esas cosas cuando sabes bien que...? - comencé, pero Tobías me agarró fuertemente del hombro, causándome tanto dolor que me quedé sin palabras.
- No digas nada - ordenó él, mirándome con odio.
- Tobías, estás lastimando a tu compañera, déjala - intervino Joaquín al ver mi expresión de dolor.
- Nadie me dice qué hacer - replicó Tobías, soltándome y enfrentándose a él - y si te preocupa tanto ese maldito mensaje, fui yo quien le ordenó enviarlo, porque ahora ella es mi mujer y vive conmigo - afirmó sin quitarle la mirada llena de ira a Joaquín.
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TU, EL DUEÑO DE MI AMOR
Genç Kurgucuando crees que un amor de la adolescencia lo es todo en la vida, y termina siendo el peor error de todos, decides escapar, huyendo del dolor, la traición y los arrepentimientos de las malas decisiones, dejas tu vida atrás, pero las consecuencias t...