NARRADOR.
Después de la pequeña charla de ambas chicas a las puertas del edificio, salieron juntas, Ruslana con su típica seriedad en el rostro, pero no demostraba ningún tipo de enfado y Chiara iba sonriente, cosa que a Violeta, Denna, Bea y el resto del grupo vieron como lo más raro del mundo. No estaban preparados para ver a Chiara y Ruslana juntas sin estar discutiendo o con los ceños fruncidos y los brazos cruzados. En el partido esa buena vibra que había con la pelirroja y la medio inglesa se notó incluso más, parecían estar jugando solo ellas dos. Tiempo más tarde de la cena, Álvaro decidió acompañar a Ruslana y Bea hacia su habitación, con precaución de no ser pillado por alguna monja o profesor y una vez dentro, se relajó y con confianza de dejó caer en la cama de su mejor amiga, Bea, que se sentó al borde de esta mientras observaba como la otra chica se acostaba en su propia cama y veía la imagen de los presentes.
– Me ha caído una semana en el aula de castigados por saltarme el castigo – comentó la pelirroja, llevándose sus manos hacia la parte trasera de su cabeza para apoyarla en ellas y mirar al techo, moviendo sus pies de un lado a otro aún con los zapatos puestos.
– ¿Y a Chiara también? – se interesó el rizado, apoyando los codos en la cama para quedar casi tumbado y poder mirar a la cara a la ucraniana, que no aparataba la mirada del techo blanquecino.
– Claro, joder, si ella también se lo saltó por venir a darme la turra – le contestó.
– No entiendo cómo Chiara, chica perfecta que no se mete en problemas, pudo saltarse un castigo así como así – añadió Bea a la conversación y Álvaro no le quedó de otra que darle la razón – ¿Qué le dijiste para que se fuera contigo?
– ¿Pero por quién me tomáis? Yo no le dije nada, es ella, que está obsesionada con hacerse la súper heroína y me dio la charla de mi vida – con la agilidad mental que la caracterizaba, habló y mintió sin trabarse y sabiendo disimular a la perfección su pequeño nerviosismo que residía en su estómago.
– ¿Y qué te dijo? – volvió a hablar Bea y Ruslana suspiró sabiendo que no se iba a librar tan fácil de ellos.
– Pues sus rollos de niña mimada, que quiere que todo el mundo la trate como una reina y me soltó que no entendía por qué la trataba tan mal – les explicó.
– Es que eres una tía con mucho carácter, Rus – habló esta vez el sevillano, encogiéndose de hombros – y Chiara no está acostumbrada a estas cosas. La has pillado por sorpresa, vamos.
– Es una pija de mierda, las cosas como son – dijo, siguiendo con su papel, aunque eso no era del todo mentira.
– Será una pija, pero es preciosa. Tiene detrás a medio internado y normal, con esos ojazos que se carga – habló Bea, con total sinceridad y sin una pizca de envidia.
– Y que es muy buena persona también, verla sonreír por los pasillos te contagia la alegría por muy amargado que vayas a clase – Álvaro siguió con los halagos de su amiga – ¿Tanto te cuesta llevarte bien con ella? ¿De verdad?
– Aunque sea por Martin, que ya sabes que son muy buenos amigos.
– La verdad es que no sería difícil, no...– murmuró la pelirroja, pensando en voz alta y arrepintiéndose al segundo de abrir la boca. Rápidamente y de un salto se levantó de la cama para ir hacia el armario y tomar su neceser junto al pijama y su toalla –. Mejor me voy a la ducha, anda, que ya me estáis comiendo la cabeza, marujas malas.
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Amén - Ruski
Fanfiction(Historia ficticia de Ruslana y Chiara) Ruslana es una rebelde considerada por sus padres, pero ella se ve como una auténtica rockstar; sale a escondidas de casa, tiene un círculo social que no la influye para nada bueno y se pasa todas las noches...